Una fruta popular en España puede valer 18.000 euros y su cáscara se tira sin saber que es oro
Se trata de unas cáscaras de mandarinas procedentes de China cuyo proceso de elaboración dura tres años.
La cáscara de cierta fruta, utilizada por la medicina tradicional china, ha alcanzado un valor de miles de euros. En algunos casos, la fruta se subasta, y su antigüedad del producto incrementa considerablemente su precio, llegando incluso a los 18.000 euros por kilo. Se trata de la cáscara de mandarina deshidratada de Xinhui, China, que se ha convertido en los últimos años en un producto de lujo de gran valor, según publica Libertatea.
Xinhui es un popular barrio de la ciudad de Jiangmen, en Guangdong donde llevan siglos produciendo estas cáscaras secas de mandarina, denominadas "chenpi". Su aroma se asocia con la riqueza para los lugareños. El proceso de producción del "chenpi" es largo: consiste en secar estas cáscaras al sol durante al menos tres años.
Existen, además, diversas variedades, desde las cáscaras verdes recolectadas antes de la maduración hasta las cáscaras rojas, que llegan a estar completamente maduras en diciembre. El suelo y el agua de esta región confieren a las mandarinas una calidad única.
En cuanto a sus usos y beneficios, cuenta la tradición china que antiguamente estos frutos eran reservados para el emperador y la emperatriz en la Ciudad Prohibida, aunque ahora los chenpi se utilizan tanto en la cocina como en la medicina tradicional del sur de China. Entre sus propiedades, se cree que favorecen la digestión, la salud respiratoria y la presión arterial.
Esto tiene que ver con su contenido en aceites esenciales, flavonoides y fibra dietética, lo que le confieren múltiples beneficios para la salud. Algunos estudios lo califican como un antiviral y también antienvejecimiento. También favorece la digestión, ya que alivia la dispepsia (indigestión); tiene propiedades antiinflamatorias, y puede ayudar a reducir la inflamación de las vías respiratorias.
Sus antioxidantes son los que ayudan a combatir también el estrés oxidativo, puede ayudar a regular los niveles de triglicéridos y a prevenir la obesidad. Y, finalmente, se considera que favorece el equilibrio de la microbiota intestinal, ayudando a la salud digestiva.