Una maestra de guardería revela los padres más raros que ha sufrido: "Vino para amamantar a su hijo de 5 años"
Algunas historias son realmente difíciles de creer.

Trabajar con menores es en muchos casos, tan agradecido como complicado. El cuidado de los niños, ya sea en una guardería o colegio, es una de las profesiones más vocacionales que puede existir, ya que es complicado que puedas ejercerla sin sentir un profundo interés y amor por tu trabajo.
El problema de este tipo de trabajos por lo general, no tiene que ver con los niños, sino con los padres de los niños, ya que muchas veces, pueden actuar de formas más imprevisibles que los propios niños, tal y como argumentan numerosos profesionales de este ámbito.
Comportamientos inadecuados, costumbres poco entendibles que a su vez se trasladan a sus hijos y un sinfín de factores, hacen que tratar con ellos, muchas veces, sea todo un problema. Un caso muy peculiar lo cuenta la educadora de una guardería: Marietheres Waschk, quien relató para un medio local, algunos comportamientos sorprendentes por parte de los padres de algunos niños a los que tenía que cuidar, en su trayectoria de más de dos décadas.
De entre todas las situaciones surrealistas que le ha tocado vivir, Waschk destacó algunas especialmente llamativas, aunque una por encima del resto. Algunas de esas historias puede parecer un poco extrañas pero pueden entrar dentro de la normalidad.
"Una vez una madre me preguntó por qué no podíamos empezar un grupo contra los piojos cuando tantos niños seguían teniendo piojos", explica, mientras que también recuerda el momento en el que "un padre me preguntó si su hijo podía cantar el himno de un equipo de fútbol en lugar de la Canción de los Faroles porque no le gusta la Canción de los Faroles (canción típica en Alemania.
Sin embargo la más particular de todas, asegura que tuvo que ver con una madre que quería acudir al centro educativo para amamantar a su hijo de cinco años. Esta historia es sin duda, una de las más extrañas ya que, con esa edad un niño no debe -ni puede- seguir recibiendo leche materna.
Otras veces, destaca la educadora, le han propuesto cuidar niños por las tardes u organizar fiestas de cumpleaños infantil, algo para lo que ella nunca se ha ofrecido, ya que no es su labor, y revela entre risas, que ella ya tiene tres hijos.
