Cómo las ciberestafas también se han colado en los Premios Nobel: "Era un número raro y lo silencié"
Es una situación que muchos viven a diario. A la inmunóloga Mary Brunkow, premiada con el Nobel de Medicina, la saltó una llamada, de madrugada, desde Suecia. Pensó que era 'spam' y no lo cogió.
Las ciberestafas cada vez son más trabajadas. Este tipo de fraudes se habían multiplicado por correo electrónico o mensaje de texto, pero cada vez es más común conocer a alguien al que le ha llegado ese mismo día una llamada por teléfono de un número extranjero. Algo que se ha hecho notar también en los Premios Nobel.
La inmunóloga Mary Brunkow, premiada con el Nobel de Medicina 2025, estaba durmiendo en su casa de Portland (Estados Unidos), cuando, de pronto, su teléfono comenzó a vibrar y su reacción fue totalmente entendible al ver que la llamada procedía de Suecia. Terminó colgando.
"El teléfono empezó a vibrar sobre las 01:00 de la mañana, cuando estaba profundamente dormida. Miré el teléfono y ponía Suecia. Era un número raro y simplemente lo silencié. Bueno, era spam", ha contado, en declaraciones a la CNN.
Hasta ahí, todo fue bien. Pero la vida de Mary Brunkow iba a cambiar con esa llamada, aunque terminó siendo un par de horas después. "El perro ladró una vez y se oyó un ruido. Mi esposo se levantó y había una joven de Associated Press en la puerta principal", ha revelado.
Al ver a la fotógrafa, el susto fue enorme, pero fue ella la que les comunicó que había sido premiada. "Sabía que no debía ser ella quien hiciera el anuncio, pero la única forma de entrar en la casa era decirle a mi esposo algo como: 'Tu esposa ha ganado el Premio Nobel", ha explicado.
Eran las 4.30 de la mañana y, tras enterarse por la prensa, Mary Brunkow sí descolgó el teléfono. Esta vez, para hablar con los encargados de otorgar el premio Nobel de Medicina 2025 tanto a ella como a su equipo Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi, por sus hallazgos en la tolerancia inmunitaria periférica.
La parte positiva es que la inmunóloga ya se había garantizado el premio y no hacía falta coger la llamada para ser una de las elegidas. En ese caso, no se lo habría perdonado nunca. Pero si ya tiene una anécdota que contar por haber recibido tal reconocimiento, la forma en la que se enteró le acompañará siempre.