La AEMET afina su previsión y avisa de lo que está por venir en el puente de mayo
El cambio es cuestión de días.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha dado más detalles sobre su previsión para el puente de mayo y ha avisado de lo que está por venir a partir de finales del mes de abril.
Para este sábado, el organismo público ha asegurado que habrá "chubascos en el extremo norte peninsular, pudiendo ser tormentosos y de fuerte intensidad en el extremo noreste. Rachas de viento fuerte o muy fuerte en el valle del Ebro".
En el caso de este domingo, la AEMET ha avisado que el gran cambio se vivirá en las temperaturas máximas. Habrá "precipitaciones en el extremo noreste peninsular y Baleares".
El organismo público ha asegurado que, en las próximas horas, "las temperaturas máximas bajarán, de forma notable en la mitad norte peninsular".
Pero en el mapa de predicción de la AEMET se ve un importante frente que entrará por el oeste peninsular que traerá precipitaciones en gran parte del país a partir del próximo jueves 1 de mayo, en pleno puente.
En su blog, han asegurado que, para la segunda mitad de mayo, "se formará una borrasca en el Atlántico cuya trayectoria está aún por determinar, y esto influirá decisivamente en qué áreas serán las más afectadas por las lluvias y en la evolución de las temperaturas".
"La semana del 12 al 18 de mayo, con la información actualmente disponible, podría tener temperaturas propias de la época en general, quizás algo más altas en puntos del Mediterráneo y Baleares, mientras que las precipitaciones podrían ser de nuevo superiores a lo habitual en el oeste de la Península", ha detallado.
Desde Meteored, aseguran que los mapas señalan la entrada de una borraca fría a partir de la próxima semana. "Una dorsal anticiclónica móvil se encargará de mantener estas condiciones al menos hasta el martes. Sin embargo, en el Atlántico próximo, una profunda vaguada se descolgará rápidamente hacia el sur, al este de las Azores, hasta cerrar su circulación y formar una depresión independiente", explican.
"En algún escenario de previsión se contempla su disipación en superficie, por lo que perdería, por definición, su denominación de borrasca y pasaría a ser una DANA. No obstante, no está todavía clara esta evolución y parece la menos probable", razonan.
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