El músico Enrique Bunbury ha contado la escena que vivió con Paul McCartney cuando vio a éste en un restaurante vegano de Los Ángeles y que dice mucho de cómo es.

En una entrevista en Rock Fm, Bunbury ha recordado que el local era "de lujo vegano" y él acudió allí con unos amigos españoles. "Estábamos con nuestra comida y en la mesa de al lado se sienta Paul McCartney con yo no sé cuántos nietos tiene, pero había todo niños, seis o siete niños. Ni una sola persona adulta más y ningún guardaespaldas a la vista", recuerda.

"Casualmente ese día era el día de los Grammy y estaba nominado Paul McCartney, pero no fue a los Grammy y se fue con sus seis o siete nietos a comer", subraya Bunbury, que admite que, desde que le vieron, tanto sus amigos como él no pararon de hablar de él.

El músico reconoce que tenían dudas sobre si acercase a él o no: "Al final yo, cuando pasé por la mesa, le dije: 'Disculpa, lo último que quiero hacer es molestar'. Y pensé que esa oportunidad no la tenía todo el mundo y pensé en agradecerle por los músicos españoles, en nombre de la humanidad entera, porque Paul McCartney ha hecho mejor este mundo".

Bunbury dice que el músico estuvo "muy simpático": "Es un profesional de la simpatía. Él es así, pero creo que es imposible que trate mal a nadie. Ejerce de Paul McCartney las 24 horas del día".

La cosa fue a más porque, según dice, McCartney acabó cantando una canción infantil en español que aprendió en el colegio. "Era de un conejito. Una situación absolutamente surrealista", admite antes de subrayar que, por supuesto, McCartney no sabía quién era él.