Ramón Espinar firma la reacción más sonada al apretón de manos entre Trump y Sánchez
Saca una conclusión clara.
El apretón (nunca mejor dicho) de manos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo de EEUU, Donald Trump, durante el acto de firma del plan de paz para Gaza ha dado mucho de qué hablar. Es una imagen que se va a recordar durante mucho tiempo y que se está comentando sin parar.
El motivo es simple: Trump agarró la mano de Sánchez como suele hacer, con fuerza, y le dio un tirón hacia él. El objetivo normalmente es demostrar que él manda. Pero el jefe del Ejecutivo no se amilanó y, con firmeza, contragolpeó para dejar los brazos donde estaban en un primer momento.
Esa escena ha provocado una multitud de reacciones, pero pocas tan sonadas como la del exdirigente de Podemos Ramón Espinar, que ha dado su contundente visión de la anécdota.
"Es que esta imagen de resistencia con dientes es fabulosa. España es la principal línea divisoria entre convertir a la UE en un felpudo de Trump y mantener una cierta autonomía política. Este Gobierno vale la pena, amigos", ha sentenciado Espinar.
También Patrycia Centeno, experta en comunicación política, ha analizado la escena al detalle: "De las apariencias 'amables' a lo que en verdad ha sido (microgestos) el saludo entre Trump y Sánchez #bodylanguage".
Arruga la nariz
"Aparentemente, Trump sonríe. Pero fijémonos en cómo levanta arruga la nariz y sube la comisura del labio (=asco) en la sonrisa forzada (aprieta labios=reprimer)", ha subrayado Centeno.
"Trump alarga medio brazo (no todo=reticencia). Ofrece mano en lateral, a diferencia de lo que suele hacer que es ofrecer palma hacia arriba. Es decir, pese a lo que pueda parecer, lo trata como un igual. Hay que entender que a Trump le agrada que lo desafíen", ha explicado la experta.
"Enseguida aparecen los dientes en su sonrisa diplomática (desafío). Sánchez también sonríe, pero aparece la mueca de disgusto (arruga nariz) en el lado izquierdo", ha proseguido la especialista en protocolo.
"El tirón de Trump es habitual en su saludo. Es llevar al adversario o interlocutor a su terreno. Lo hace con todos, hay que valorar la intensidad del tirón. Aquí, en comparación, ha sido media-alta. Dos toques sobre la mano (aquí mando yo) a lo que Sánchez contraataca con un golpe en el brazo (yo también mando)", ha dejado claro.