Sevilla impone una medida para frenar el auge de los pisos turísticos pero atención al doble tirabuzón
"Las estrictas normas de la ciudad no están funcionando como se esperaba".

La crisis de vivienda es el problema principal de muchas ciudades españolas, y uno de los obstáculos principales es la desmesurada proliferación de los pisos turísticos.
Para intentar poner un poco de freno a esta cuestión, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha decidido prohibir los pisos turísticos en edificios donde también vivían familias locales, para intentar paliar así las quejas de los vecinos residentes.
Al igual que muchas otras ciudades españolas populares, Sevilla ha intentado tomar medidas drásticas contra este tipo de alojamientos, que tienen un efecto directo sobre el aumento repentino de los precios de la vivienda.
Sin embargo, la estricta normativa municipal orientada a paliar las molestias que sufren los residentes por el turismo excesivo no está funcionando como se esperaba porque no se aplica a los negocios.
Un ejemplo de esto es que seis apartamentos turísticos en el centro de Sevilla saldrán a la venta para turistas británicos, en zonas previamente vacías de un edificio de oficinas propiedad de Scalpers, una empresa de moda española que comenzó su actividad en la capital andaluza.
La concesión de estas licencias a una empresa es un indicio de cómo las grandes empresas están sacando provecho del auge del turismo en España, que representa el 12% del PIB.
En Sevilla, más del 10% de las viviendas se han convertido en apartamentos turísticos destinados a los 3,5 millones de turistas que van a visitar la ciudad, según datos del pasado año aportados por el ayuntamiento de la capital.
Solo el año pasado, el ayuntamiento declaró que 1.000 apartamentos turísticos incumplían la normativa municipal. 76 solicitudes de apartamentos turísticos fueron rechazadas entre enero y mayo.