Sube una carta parodia de un restaurante y los usuarios ponen el grito en el cielo por su parecido a la realidad
"Es la dictadura de la tontería. Cartas clonadas a precios de aeropuerto suizo".

Ir a comer a un restaurante es cada vez una aventura más extrema, ya que entre las enormes subidas de precios de los productos y las ínfulas de modernidad de algunos sitios, es posible que salgas con bastante menos dinero y sin saber muy bien ni qué has comido.
De esto es de lo que se ha quejado el crítico gastronómico PabloBM (@pbrionesmqz), quien para quejarse sobre este tema ha subido a su cuenta de la red social X una carta ficticia, a modo de parodia, de un restaurante inventado llemado Copia&Pega.
En el apartado de brunch se pueden encontrar tres opciones: Specialty coffee single shot por cinco euros; chicken waffle con bacon por 12 euros y huevos benedict con falsa holandesa por 18 euros.
En la sección de picoteo se podrían pedir: 'Nuestra gilda' a nueve euros la unidad; 'Croqueta fluida que ni puedes agarra' a nueve euros la unidad; 'Taco de kimchi con pastrami' a diez euros la unidad; 'Flor de alcachofa de bote' a siete euros la unidad; 'Gyozas de la china' a 15 euros la unidad y 'La ensaladilla más cremosa' por 18 euros.
Como plato fuerte, en la carta se puede encontrar la sección 'La comilona', con platos como 'Pollo karaage que ni sé lo qué es' por 24 euros; 'Usuzukuri de pescao' por 26 euros; 'Ramen 3.0' por 30 euros; 'Ceviche de llama' por 22 euros; 'El verdadero currý de Khao San Road' por 38 euros o 'La mejor hamburguesa de España' por 34 euros.
Y, por último, los postres, en la sección 'Lo dulce', donde se podrían pedir la cheesecake japovasca por 12 euros, la torrija con helado de sésamo por 15 y coulant de quinta gama por 16 euros.
"Estoy desencantado. Desencantado con las nuevas aperturas, precios locos para cartas clónicas. El envoltorio parece novedoso, pero luego es más de lo mismo: gildas, croquetas, ensaladilla, brioches y platos internacionales que ni hemos probado en sus países de origen para saber si están bien ejecutados (ceviches, gyozas, curries...)", ha manifestado el tuitero.
"Sigo diciendo que tenemos un recetario propio muy rico que no sabemos explotar y nos vamos dejando llevar por modas. Hay cabida para todo, pero no es normal que me sea más fácil comer un ramen que un guiso de patatas", ha añadido, concluyendoa así su divertida crítica.
Pero lo que no se esperaba el crítico gastronómico es que esta publicación causase todo un revuelo en la red social, con multitud de usuarios escandalizados por los precios del supuesto restaurante.
Tanto es así que ha tenido que salir Pablo a aclarar que se trataba de una parodia, no de un local real: "ACLARACIÓN: Disculpad porque se ha liado una buena y no pensaba que nadie se creería que es un restaurante de verdad (aunque visto lo visto parece que sí)".
"Es un menú que me inventé exagerando la situación que vivimos de bares clónicos y sin personalidad, dejando de lado el enorme abanico de platos que tenemos", ha explicado el especialista en gastronomía.
"Es una carta totalmente creíble y que puedes encontrar en cualquier restaurante 'fusión' de los que no saben ni cuál es su cultura ni su cocina"; "No se que da mas miedo, que tu parodia sea tan buena que parezca real, o la capacidad lectora de la gente", han comentado algunos usuarios.
"Es la dictadura de la tontería, de comer algo diferente para presumir en Instagram; lugares con buena decoración y cartas clonadas a precios de aeropuerto suizo. ¿Y las cartas de vinos? De locura", ha apuntado otro tuitero.
