Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
Un abogado laboralista señala la temperatura exacta a partir de la cual te puedes quejar a tu jefe por el calor

Un abogado laboralista señala la temperatura exacta a partir de la cual te puedes quejar a tu jefe por el calor

El Real Decreto 486 y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales no son un adorno en la oficina.

El abogado laboralista, Ignacio de la Calzada.TIKTOK

“Pasar calor en el trabajo no es legal”. Así, sin vaselina, lo suelta Ignacio de la Calzada, abogado laboralista con pinta de haber perdido la paciencia tras demasiadas excusas del tipo “es que el aire está roto”. En TikTok se hace llamar Un Tío Legal y su último vídeo corre como la pólvora mientras España se derrite por la primera ola de calor del verano. En apenas un minuto, este abogado pone las cartas sobre la mesa y saca a pasear una norma olvidada en el fondo de muchos cajones: el Real Decreto 486/1997, que obliga a mantener unas condiciones térmicas mínimamente humanas en los centros de trabajo.

La cosa no va de sensaciones térmicas ni de si tú aguantas mejor que tu compañera. La ley lo deja clarito: 27 grados como máximo si tu curro consiste en estar sentado frente a un ordenador o atendiendo al público, y 25 si tu jornada implica moverte, cargar, sudar o cualquier esfuerzo físico moderado. Por debajo de eso, puedes resoplar; por encima, la empresa está en falta. Y si hay alerta naranja o roja por ola de calor, que nadie se haga el loco: hay que activar medidas especiales. “Cambios de horario, pausas, zonas de sombra o ventiladas y agua fresca”, desgrana De la Calzada. Nada del otro mundo. Básicamente, que no os cuezan como garbanzos.

Cuando el calor no se aguanta, se denuncia

Y ahora, la parte práctica, que es donde más suele escocer. ¿Qué pasa si el jefe sigue en modo esto siempre se ha hecho así? Pues que toca plantarse. “Informa por escrito, por mail o WhatsApp, indicando que hace un calor extremo, que hay riesgo para vuestra salud y obtén pruebas: la temperatura, las condiciones, vídeos, lo que haga falta”, aconseja el abogado. Porque en este país igual cuesta que te escuchen, pero si vas con pruebas ya cambia la cosa.

¿No sirve de nada? Pues se llama a Inspección de Trabajo. Y si aún así la cosa sigue igual, se puede paralizar la actividad si existe un riesgo serio. “Tu salud no es negociable”, sentencia De la Calzada, que remata la lección con un mensaje sin filigranas: “El calor no se aguanta, se denuncia. Que no te engañen”.

No hace falta llegar a desmayarse ni sufrir una lipotimia para que te tomen en serio. El marco legal está ahí, clarito como el agua, aunque a muchos responsables de personal se les derrita la memoria cada vez que suben los grados. Lo que no se puede permitir es que, en pleno 2025, haya que elegir entre cobrar o conservar la salud por culpa de una empresa que se niega a encender el aire.

Y sí, el Real Decreto tiene ya más de 25 años, pero no ha prescrito. Si alguien lo tiene cogiendo polvo en el despacho, que lo saque. Porque el calor aprieta, pero lo que de verdad quema es que te traten como si trabajar en condiciones dignas fuese un capricho.