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Un cliente va al Aldi y se lía cuando ve lo que ocurre con las fresas: “¿Por qué la gente es así?”

Un cliente va al Aldi y se lía cuando ve lo que ocurre con las fresas: “¿Por qué la gente es así?”

Spoiler: el debate acabó enfrentando a los fans del ahorro con los guardianes de la moral

Una mujer entra en un supermercado Aldi.krblokhin

No es la primera vez que una simple fotografía revienta una red social, pero pocos esperaban que esta vez el detonante fueran unas fresas. La escena ocurrió en un supermercado Aldi de Kassel, en Alemania, y desde entonces la imagen no ha dejado de circular por Threads, la red social impulsada por Meta como alternativa a Twitter. El revuelo arrancó el pasado 25 de mayo, cuando un cliente publicó una foto con una pregunta lapidaria: “¿Por qué la gente es así?”. En la imagen se ven dos tipos de bandejas de fresas, una a ocho euros el kilo prácticamente vacía y otra justo al lado, con un precio de cinco euros, completamente llena.

Según explicó el autor del post, varios clientes habrían traspasado las fresas caras a los envases más baratos para ahorrarse unos euros. “Gente codiciosa que se cree especialmente lista ha metido las fresas caras en las bandejas de las baratas”, denunció en su mensaje. Y remató el comentario con una acusación que no pasó desapercibida: “Eso es energía criminal”. Desde entonces, el tema se ha convertido en carne de debate viral, enfrentando a quienes lo ven como un robo descarado con quienes lo justifican como un acto de picardía o, incluso, de resistencia silenciosa contra las grandes cadenas.

“No es robar si es en el Aldi”

La polémica, recogida por el medio alemán Merkur, ha hecho aflorar todo tipo de opiniones. Una usuaria confesó que también suele recolocar las fresas, pero no para colarse con el precio, sino para esquivar las piezas en mal estado: “Muchas veces hago eso para no llevarme fresas pochas”. Otro argumento recurrente ha sido el del “da igual porque lo pesan en caja”, mientras que los más combativos directamente defendieron el gesto como un acto moralmente legítimo. “¿Es que los pobres no tienen derecho a disfrutar de unas buenas fresas?”, soltó un usuario. Y remató: “Jamás robaría en una tienda de barrio, pero a los millonarios del Aldi no les quito nada”.

Hubo quien tiró de sarcasmo: “Oh no, los pobrecitos herederos de Aldi”. También aparecieron testimonios de escenas parecidas en Lidl, donde las famosas “Rettertüten” (bolsas de alimentos con fecha próxima de caducidad) han sido objeto de prácticas similares. Una usuaria se quejó de que la fruta a granel es un caos: “Siempre hay huesos de cereza entre los pepinos o de albaricoque entre los pañuelos. Lo de la fruta suelta es una guerra sin cuartel”.

Por si fuera poco, el contexto no ayuda. Las fresas en Alemania se han convertido este año en un capricho caro. Según datos de watson.de, las bandejas de medio kilo se están vendiendo entre cuatro y seis euros, dependiendo de la zona. Las subidas salariales y los costes de producción han empujado los precios al alza, aunque productores como Robert Dahl, responsable de Karls Erdbeerhof, aseguran que han intentado mantener tarifas estables pese a las dificultades. Dahl cree que en las próximas semanas los precios bajarán porque se espera una cosecha abundante.

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Mientras tanto, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿es un hurto encubierto o una forma de desobediencia frente a un sistema que convierte la fruta en artículo de lujo? En cualquier caso, las fresas han conseguido lo impensable: sacar los cuchillos en una red social por algo más que política.