Un culturista a punto de competir enseña lo que come en una boda y muchos se preguntan si merece la pena
"Sí, me emplataron el táper"

No nos engañemos, está muy bien eso de que los novios estén dispuestos a amarse en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza… pero lo que de verdad recuerdan los invitados de una boda, a veces años después del enlace, es lo que se come. Que si el jamón serrano estaba bien cortado, que si el hojaldre del solomillo Wellington estaba en su punto, que si el agua se convertía en vino como en las bodas de Caná o del postre, que hizo inútil cada ensalada de los anteriores tres meses de dieta para embutirse en el traje.
Por eso lo que Xabi Orbe ha publicado en TikTok no es una mera anécdota. Para algunos, de hecho, se acerca peligrosamente a la provocación. Porque no es habitual ver a alguien plantarse en una boda con la comida preparada de casa y que el restaurante, en un gesto de cortesía, le emplate el táper con cariño. Pero lo suyo tiene explicación: es culturista y, como aclara en el omnipresente rótulo que se ve en el vídeo, la boda le pilló en la cuenta atrás para asistir a una competición de culturismo natural. Así que, "a 8 semanas" de ese evento, en lugar de hacer una excepción, Xabi eligió la vía de la disciplina: sin postre y con un brindis sin alcohol.
Xabi no se saltó la dieta, pero sí decidió grabarlo todo con su móvil y después compartirlo con el resto del mundo. En el primer plano del vídeo aparece él, ajustándose la corbata y sonriendo a cámara, como si no estuviera a punto de enfrentarse al único menú sin concesiones de toda la boda: una papilla beige decorada con unas frutas (eso parecen) que intentan salvar una presentación que sería motivo de expulsión en cualquier edición de MasterChef. Le sigue una manzana verde, sencilla y brillante, a palo seco, sin nada más. A su alrededor, el banquete de verdad: hojaldres, platos que llegan humeantes y pastelitos. Platos que contempla con la actitud de quien sabe que mirar no engorda.
Sin previo aviso, la escena cambia de lugar. Toca salir del comedor porque empieza el baile, el grupo al que han contratado está tocando, la pista de baile se va llenando de gente. Las copas van y vienen con la ligereza que da el alcohol. También él sostiene la suya. A simple vista, es idéntica a las demás. Pero dentro no hay ni vino, ni cava, ni nada que invite a celebrar gran cosa. Solo Coca-Cola Zero. Un brindis sin azúcar y sin premio.
El vídeo termina como empezó: con Xabi en primer plano, esta vez en modo selfi. En la cara, dos brillantes pegados a las mejillas (a modo de lágrimas, o de adorno, o de ambas) y una expresión tan neutra que lo dice todo. No habla, no sonríe, no brinda. No hace falta.
El postre lo ponen en TikTok
Luego están los comentarios de los seguidores de Xabi o de algunos que también habrían visto el vídeo, que no tienen desperdicio. Los hay que se ponen profundos y se lo toman muy a pecho: “Un día comprenderás que la vida trata de momentos y que estos no vuelven”, le lanza uno. Otros, intentan razonar: “Tío, en una boda… A 60 días no te hace ni cosquillas”, jura otro, con más fe que ciencia.
Tampoco faltan los nutricionistas espontáneos: “Esa comida te la regula el cuerpo en dos días”, asegura uno. Y los filósofos del realismo: “Para competir en tu pueblo y llevarte dos bolsas de proteína y una medalla bañada en nada… mejor quédate en casa”. Por supuesto, también hay quien defiende a Xabi: “Ni caso. Ya disfrutarás cuando acabes”. Hay quien cree también que ha dado con la gran metáfora para explicar lo que hace: “Igual que un celíaco no puede comer gluten, tú no puedes comer hojaldre”.
