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Abren un camión tras 1.200 kilómetros de viaje y al escuchar un ruido extraño se activa un inesperado rescate

Abren un camión tras 1.200 kilómetros de viaje y al escuchar un ruido extraño se activa un inesperado rescate

Nadie podía creer lo que había dentro del vehículo.

Un camión circula por la autopista al atardecer.MIGUEL ANGEL ORTEGA

Los expertos siempre aconsejan revisar en profundidad los vehículos antes de ponerlos en marcha para comprobar que ningún animal haya buscado refugio en sus entresijos y evitar así situaciones como la que vivió un camionero tras más de 15 horas de viaje.

El trabajador, informa La Stampainspeccionó el camión al llegar a Long Island, su destino. Todo parecía normal, hasta que escuchó un sonido persistente. Era un chirrido leve, repetido, que parecía una llamada de auxilio. Al agacharse y mirar bajo la estructura, descubrió un nido oculto en una cavidad entre la carrocería y el escudo del camión. Dentro, había tres polluelos que se encontraban hambrientos y asustados después de haber sobrevivido a un trayecto de 1.200 kilómetros.

Inmediatamente, contactó con Nubia Villatoro, asistente ejecutiva del lugar de entrega y habitual colaboradora en rescates de fauna, quien se quedó perpleja al ver la escena. Los pajaritos, al verla, abrieron sus picos y comenzaron a piar con fuerza. Consciente de que necesitaban atención especializada, Villatoro recurrió al Sweetbriar Nature Center, un centro de rehabilitación de vida silvestre en la zona.

Janine Bendicksen, directora del centro, también se sorprendió de ver la vitalidad de las crías: "Abrimos la caja y sus pequeñas cabezas sobresalían y decían: 'Aliméntanos'". A pesar del largo trayecto, estaban en "condiciones sorprendentemente buenas". Tras cuatro semanas de cuidados, los polluelos aprendieron a alimentarse solos. A finales de mayo, cuando ya eran independientes y el clima lo permitió, fueron liberados.

Una especie robusta, ejemplo de dedicación y cuidado parental

El misterio de su resistencia radica en la especie. Eran crías de petirrojos americanos, conocidos por su robustez. "Creo que están hechos para sobrevivir, de alguna manera. Son un poco más resistentes que la mayoría", señala Bendicksen.

El petirrojo americano se distingue por su característico pecho rojo anaranjado, similar al del petirrojo europeo, aunque no están emparentados, recoge el portal robinsnestabookforchildren.com. Su nombre científico es Turdus migratorius, donde Turdus significa zorzal, un pájaro de dorso marrón y canto fuerte, y migratorius procede del latín migrare, que significa "moverse" o "ir".

  Imagen de archivo de un petirrojo americano.Getty Images

Estas aves habitan en América del Norte y México, aunque también se les puede ver en Guatemala. Durante el invierno, viajan hacia el sur para encontrar alimento y un lugar seguro para poner sus huevos.

Su dieta se basa en lombrices, saltamontes, escarabajos, bayas y frutas. Gracias a su aguda vista y oído, localizan fácilmente su comida bajo tierra. De hecho, les encanta que alguien use rociadores o cave en el jardín, porque así los gusanos salen a la superficie, listos para ser devorados.

Las hembras ponen entre 2 y 5 huevos de color azul. La madre los incuba durante 14 días mientras el macho la acompaña cantando. Al nacer, ambos padres se encargan de alimentarlos y mantener el nido limpio. Tras dos semanas, los jóvenes, conocidos como novatos, abandonan el nido pero permanecen cerca del suelo mientras continúan recibiendo cuidados de sus progenitores.

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