Una peluquera señala con qué frecuencia debes lavarte el pelo a partir de los 50: todo depende del tipo de cabello
"A medida que envejecemos, la textura de nuestro cabello cambia", advierte la estilista de Hollywood Cheryl Marks, quien ofrece unas pautas para cuidarlo.

Para sacar la mejor versión de nuestro pelo, debemos brindarle un cuidado especial, siempre adaptado al tipo de cabello: rizado, liso, corto, fino o grueso. Lo más importante es nutrirlo y mantener su equilibro natural, una ecuación en la que la frecuencia de lavado actúa como factor determinante, aunque establecerla no siempre es sencillo.
La estilista de Hollywood Cheryl Marks, tres veces nominada al Emmy, explica en una entrevista con Express.co.uk que no existe una fórmula única para todos. "La frecuencia con la que debes lavarte el pelo es una pregunta frecuente, y depende de tu tipo y textura. ¿Tienes el cuero cabelludo graso? ¿Haces ejercicio a menudo? Todo depende de cada persona, y no hay una solución universal", señala.
"Generalmente recomiendo lavarse el cabello cada dos días para que se acumulen algunos aceites naturales, lo cual es excelente para un cuero cabelludo saludable", añade. Sin embargo, advierte que otros factores, como la edad o el estilo de vida, influyen significativamente en la textura y el aspecto del cabello.
"A medida que envejecemos, la textura de nuestro cabello cambia. Puede volverse más seco, por lo que no se recomienda lavarlo todos los días. Deja que algunos de tus aceites naturales se acumulen", asevera la estilista.
La frecuencia ideal según el tipo de cabello
Como regla general, quienes tienen cabello liso deben lavarlo cada dos o tres días, mientras que las personas con cabello rizado, grueso o encrespado, que tiende a ser más seco y poroso, pueden hacerlo cada cuatro a siete días.
Aunque la frecuencia varíe, hay algo que todos los tipos de cabello tienen en común: la necesidad de productos de calidad. Marks recomienda el champú y acondicionador reparadores con aceite de argán de HASK, que considera "perfectos para la limpieza diaria". Según la estilista, su fórmula ayuda a restaurar la apariencia del cabello, suavizarlo, desenredarlo y protegerlo contra el daño y la rotura.
"Desarrolla un régimen rápido y fácil que puedas seguir sin importar cuánto tiempo tengas y utiliza productos con buenos ingredientes", detalla. "La salud de tu cabello es siempre lo primero en lo que debes concentrarte, y tampoco es algo en lo que necesites gastar mucho dinero. Los productos HASK son económicos, pero contienen ingredientes de calidad que priorizarán la salud de tu cabello", concluye.
Por su parte, Melanie Palm, dermatóloga certificada y cirujana cosmética en Art of Skin MD, señala que la salud capilar no depende solo de los productos, sino también de la forma en que se utilizan. La especialista recomienda el "doble champú", lavar el cabello dos veces en una misma ducha, solo para personas con cabello rizado o grueso que pasan varios días sin lavarlo.
En cambio, quienes se lavan el cabello a diario o cada dos días deberían evitar esta técnica, ya que podría eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo. "El doble lavado puede incluso provocar sequedad, caspa o descamación en personas con cuero cabelludo sensible", advierte.
El papel del estilo de vida en la salud capilar
Más allá de los productos, el estilo de vida tiene un impacto profundo en la fortaleza, el brillo y el crecimiento del cabello. Desde la dieta hasta el estrés, cada aspecto de la rutina diaria influye directamente en su apariencia y salud.
En este sentido, la Peluquería Cruz, ubicada en Madrid, señala en su página web que la alimentación equilibrada rica en vitaminas y minerales esenciales, como hierro, zinc, vitamina D y proteínas, es fundamental para mantener el cabello fuerte y saludable. Alimentos como pescado, nueces, espinacas y huevos "pueden proporcionar los nutrientes necesarios para un crecimiento óptimo del cabello". En cambio, la carencia de estos "puede llevar a problemas como la caída del cabello y la fragilidad capilar".
La hidratación también juega un papel clave. Beber suficiente agua ayuda a mantener el cabello "saludable y brillante", mientras que "la deshidratación puede hacer que el cabello se vuelva seco, quebradizo y más propenso a la rotura".
El estrés también puede ser un enemigo silencioso. El estrés crónico no solo debilita los folículos pilosos, sino que puede acelerar la caída del cabello. Practicar actividades que reduzcan la tensión, como el yoga, la meditación o el ejercicio, ayuda a mitigar estos efectos y mejora el bienestar general.
El descanso es otro pilar fundamental. Durante el sueño, el cuerpo se regenera y repara los tejidos, incluidos los folículos pilosos. "La falta de sueño puede alterar este proceso, llevando a problemas como la caída del cabello y un crecimiento más lento", avisan los expertos, que recomiendan "asegurarse de obtener un sueño adecuado y de calidad".
Finalmente, el ejercicio regular contribuye tanto a la salud física como capilar, al mejorar la circulación sanguínea y favorecer el transporte de nutrientes y oxígeno al cuero cabelludo.
Además de los factores internos, los hábitos diarios de cuidado del cabello son esenciales para mantenerlo en óptimas condiciones. Evitar el uso excesivo de herramientas de calor, protegerlo del sol y la contaminación, y optar por productos suaves son prácticas básicas que marcan la diferencia.
En definitiva, el secreto para una melena saludable no está en lavarla todos los días ni en seguir modas pasajeras, sino en escuchar las necesidades del propio cabello, nutrirlo con buenos productos y mantener un estilo de vida equilibrado. Pequeños cambios diarios pueden transformar no solo tu cabello, sino también la forma en la que te sientes contigo mismo.
