Ni obra, ni tan social: Las cajas dicen adiós a su cara más amable

Ni obra, ni tan social: Las cajas dicen adiós a su cara más amable

Flickr: Lorena Betta

Material para mejorar la movilidad de discapacitados físicos, vales de comida para familias sin recursos o actividades de ocio para mayores solos. Todas esos servicios, clave en la Obra Social de las cajas de ahorro, tienen fechan de caducidad. Pero no sólo. Las actividades culturales, programas de investigación o becas para estudiantes también están en peligro.

La Obra Social de las cajas de ahorro sufre su ocaso por el constante embate de la crisis. Según el último informe de la Confederación de las Cajas de Ahorro (CECA), 99 millones de personas se beneficiaron de alguna forma de la Obra Social. La inversión del conjunto de cajas españolas fue de 1.462 millones de euros. Los datos son de 2010 y ya se han quedado viejos. En 2011, año para el que todavía no hay informe de la CECA, la inversión se redujo entre un cuarto y un tercio de esa cantidad, todavía por encima de los mil millones de euros, según fuentes del sector.

Lo peor está por venir. “La Obra Social de las cajas ha ido reservando remanentes desde hace años y en muchos casos hay un importante patrimonio inmobiliario y monumental que supone otra fuente de ingresos”, aseguran. Según el informe de 2010, el patrimonio total de la Obra Social de las cajas asciende a 4.274 millones de euros. “Hay un desfase entre los datos que tenemos ahora y la ejecución real, que nunca volverá a niveles previos a la crisis”, añaden.

La "desaparición" de la Obra Social tiene ya "un impacto serio" en el trabajo de las entidades sin ánimo de lucro en el ámbito de la discapacidad, según aseguró a EFE Francisco Sardón, presidente de la Plataforma Representativa Estatal de Grandes Discapacitados (PREDIF). Hay ya "muchos proyectos paralizados" y esta asociación exige que artículos como sillas de ruedas especiales, que no figuran en catálogos desactualizados, puedan seguir financiándose. No se trata de "artículos de lujo, sino necesidades para tener un mínimo de calidad de vida", lamenta Sardón. Es sólo un ejemplo, una cara de una moneda que tiene una gran cruz en la paralización de la Ley de Dependencia tras la llegada del Gobierno de Mariano Rajoy.

La fusión de siete entidades en BFA y su posterior nacionalización dejan a la importante tarea de Caja Madrid y Bancaja en peligro. Las siete cajas que conforman el Banco Financiero y de Ahorros invirtieron en 2011 un total de 174 millones de euros en Obra Social, acusando ya un fuerte descenso con respecto a los 206 del año anterior.

Una portavoz de Bankia reconoció que, tras la intervención del Estado, "el nivel de inversión no podrá seguir siendo el de ahora". Las cajas todavía pretenden "dar prioridad al foco social", aunque en la práctica eso es casi misión imposible.

“Las cajas de ahorro solían dedicar como máximo un 25% de sus beneficios a la Obra Social. En la mayoría de los casos, las partidas que destinaban han caído menos que sus beneficios, pero en entidades intervenidas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria prácticamente ha desaparecido”, relatan desde el sector. La explicación puede parecer paradójica, tratándose de un instrumento del Estado, pero los préstamos del FROB implican la entrada en las cajas de enviados del Estado que sólo se preocupan de sanear la entidad para devolver cuanto antes lo prestado sin atender a otras funciones sociales. Por otra parte, BFA registró pérdidas el año pasado y es de los dividendos de donde se nutren las obras sociales.

En el caso de Bankia, los empleados de la Obra Social se resignan ya a ver desaparecer el grueso de sus servicios e incluso buques insignia culturales que se han fundido con la idiosincrasia de varias ciudades, como el centro cultural La Casa Encendida en Madrid.

La excepción a esta tendencia parece marcarla La Caixa, que sigue dedicando 500 millones de euros a su Obra Social a pesar de la caída de los dividendos. La entidad puede hacerlo, ya que controla el Caixa Bank, el nuevo banco nacido de la reforma financiera. No es el caso de otras cajas, cuyo poder se diluye en un entramado accionarial que no controlan o que protagonizan bancos que nunca han tenido Obra Social. "En la Obra Social de La Caixa hemos mantenido la inversión pese a que los dividendos han bajado", aseguran desde la institución. "Incluso la Obra Social de Banca Cívica, que es complementaria", aseguran las fuentes consultadas, en referencia a la entidad absorbida.

Aunque se salve parte de la Obra Social, la perteneciente a cajas de ahorro más potentes, su orientación cambiará sustancialmente. De actividades relacionadas con la asistencia sanitaria o social, así como la cultura, pasará a otras generadoras de crecimiento o innovación que puedan complementar el período de estancamiento económico al que se ve condenado España durante años. El proceso de la mercantilización de la Obra Social que sobreviva ha comenzado ya.