Un 33% de las europeas y un 22% de las españolas han sufrido violencia machista, según la UE
Más de 9 millones de mujeres europeas víctimas de violación. Un 33% de las mujeres han sufrido violencia física o sexual, porcentaje que se reduce hasta el 22% si se toman solo las españolas.
Sólo una de cada tres víctimas denuncia las agresiones. Esas son algunas de las cifras del mapa de la violencia de género que dibuja un estudio de la UE, publicado este martes por la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA).
Estos fríos datos son la expresión estadística de un problema que el propio estudio denuncia como "un vasto abuso de los derechos humanos que la Unión Europea no puede permitirse ignorar".
Para sacar a la luz la gravedad de la situación, la agencia ha realizado una encuesta entre 42.000 mujeres de los 28 países de la Unión Europea (UE).
Los números son impactantes: un tercio de las europeas entre 18 y 74 años (unas 62 millones) ha sufrido algún tipo de abuso físico, una de cada diez ha sido agredida sexualmente y una de cada veinte ha sido violada alguna vez en su vida.
APENAS UN 14% DE LAS VÍCTIMAS DENUNCIA
Pese a lo terrible de estos porcentajes, la FRA señala que apenas el 14% de las víctimas de violencia de género denuncia a la Policía la agresión más grave sufrida.
"Muchas mujeres no denuncian sus experiencias de abuso a las autoridades, así que la mayoría de la violencia contra las mujeres sigue oculta y, por tanto, los delincuentes no son confrontados", advierte el director de la FRA, Mortem Kjaerum, con sede en Viena.
El estudio de la FRA revela que en los 12 meses previos a la realización de la encuesta, entre abril y septiembre de 2012, 13 millones de mujeres de la UE de entre 18 y 74 años de edad fueron víctimas de violencia física, desde empujes o puñetazos a quemaduras y estrangulamientos.
FUERA DE LA PAREJA
En un 67% de los casos en los que la agresión tuvo lugar fuera de la pareja, el atacante fue un varón, un porcentaje que se dispara al 97% cuando el abuso es sexual.
Aunque la violencia y los abusos, ya sean físicos o psicológicos, en pareja o en el trabajo, son un problema en toda la UE, el informe señala grandes diferencias entre unos países y otros.
El porcentaje de mujeres que aseguran haber sido víctimas desde la edad de 15 años de violencia física o sexual por una pareja actual o pasada es del 52% en Dinamarca, del 47% en Finlandia y del 46% en Suecia.
Holanda (45%), Francia (44%) y Reino Unido (44%) son otros de los países donde más mujeres reconocieron haber sido víctima de violencia.
Polonia (19), Austria (20), Croacia (21), Chipre (22) y España (22) son, por contra, los socios UE con menor incidencia.
UN ASUNTO TABÚ
Con todo, la FRA recuerda que esas diferencias puede deberse a factores como el tabú que para muchas mujeres supone admitir que han sido agredidas o la consideración de que la violencia de género es un asunto familiar que no debe airearse.
La FRA no sólo pone el foco en la violencia doméstica, sino que insiste en que el fenómeno se da "todos los días en todas partes".
Así, un 45% de las europeas afirma haber sido objeto de las formas más duras de acoso sexual, como abrazos y toqueteos, bromas ofensivas o recepción de material pornográfico.
Más de un tercio de las víctimas aseguraron haber sufrido esas agresiones en el ambiente laboral, bien por parte de jefes, compañeros o clientes.
ESCALA SOCIAL, EMBARAZADAS
Cuanto mayor es la responsabilidad profesional y el grado de formación académica, mayor es también el riesgo de ser objeto de ese tipo de ofensas sexuales, asegura la FRA.
En este panorama de violencia, nadie queda a salvo, ni siquiera las embarazadas. Un 42% de mujeres agredidas por una pareja anterior siguieron siendo maltratadas durante el período que esperaba un bebe.
Un 12% de las encuestadas aseguró haber sido víctimas de algún tipo de abuso sexual cuando aún eran menores de 15 años, un porcentaje que sube al 35 cuando se añaden otras formas de maltrato físico y sicológico.
El informe analiza también el impacto que este escenario de violencia tiene en las vidas de las mujeres, no sólo por las agresiones, sino por el miedo a sufrirlas, lo que lleva a muchas europeas a evitar determinadas situaciones o lugares.