Ocho detenidos por el atentado de Kenia
Las fuerzas de seguridad kenianas han detenido a ocho personas por su supuesta relación con el ataque a la Universidad de Garisa, en el que murieron 147 personas y que fue perpetrado por el grupo islamista radical Al Shabaab.
El ministro del Interior keniano, Joseph Nkaissery, ha anunciado estas detenciones y ha afirmado que a lo largo del sábado las autoridades confirmarán si estos detenidos formaron parte del ataque, según ha informado la cadena CNN.
Además de los 147 fallecidos en el ataque, de los que todos eran estudiantes menos cinco miembros de seguridad, 104 personas resultaron heridas, de las que 19 continúan en condición crítica.
Durante la búsqueda de las fuerzas de seguridad tras finalizar el ataque, se ha encontrado a un hombre que no era estudiante escondido debajo de una cama, que ha sido detenido, según fuentes de la cadena estadounidense.
Además, durante esta búsqueda se han encontrado a tres estudiantes que continuaban escondidos en el edificio. Una joven estaba debajo de una pila de cuerpos, otra estaba escondida en un armario y un joven ha sido encontrado en el baño.
EL ATENTADO
El ataque contra la universidad, que tuvo lugar el jueves, se ha convertido en el peor atentado en suelo keniano desde el que se produjo contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi, en agosto de 1998, cuando murieron 213 personas.
Alrededor de las 5.30 (hora local) varios hombres armados entraron en la Universidad de Garissa haciéndose pasar por fieles que iban a rezar a la mezquita que se encuentra en el campus.
Una vez dentro, han detonado una bomba para desatar el caos y "han abierto fuego de forma indiscriminada", tal y como ha relatado el inspector de Policía Joseph Boinnet. Posteriormente, se han esparcido por todo el campus y finalmente se han concentrado en una residencia de estudiantes femenina que suele albergar a 800 personas.
PROMETEN "UN NUEVO BAÑO DE SANGRE"
Mientras, Al Shabaab ha emitido un nuevo comunicado en el que amenaza con perpetrar nuevos ataques en Kenia. El grupo, en este sentido, ha confirmado que se trató de un asalto especialmente dirigido contra los kafir, los no creyentes.
"Todos los musulmanes recibieron permiso para abandonar el lugar antes de que procedieramos con las ejecuciones de los infieles. La sangre de un musulmán es inviolable, la del infiel no tiene protección alguna", hace saber Al Shabaab, antes de extender sus amenazas al resto de la población.
"Las ciudades kenianas se teñirán de rojo con sangre", ha hecho saber el grupo menos de una semana después del ataque contra el campus, el más letal en suelo keniano desde el atentado de Al Qaeda contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que costó la vida a más de 200 personas.