"Niños, mentir está mal"

"Niños, mentir está mal"

Mentir a tus hijos no te convierte en un mal padre, solamente en uno efectivo. Algunas mentiras son necesarias, para protegerlos a ellos o incluso a uno mismo. También por pura pereza o ignorancia, porque hay veces que hacen preguntas demasiado existenciales para lo pequeños que son.

Las mentiras piadosas ayudan a que el día a día de muchos padres sea más sencillo. Como el nuevo Ford C-MAX, que les facilita la vida al adaptarse a las necesidades de toda la familia. Versátil, espacioso e innovador, está diseñado para que todos los trayectos, sean largos o cortos, vayan sobre ruedas.

¿Cuáles son los trucos y mentiras que dicen los padres a los niños para lograr que se porten bien? ¿Y las que recuerdas que tus padres te contaban a ti? Participa en el concurso que Ford organiza en Facebook y Twitter con las mejores que hayas contando o que te hayan contado, utilizando los hashtags #mentirasapeques y #FORDCMAX. El ingenio tiene premio: puedes ganar un viaje a PortAventura para toda la familia.

“Es la hora de acostarse”

El cansancio de toda la semana empieza a hacer mella. Ellos no tienen reloj. Tú sí.

“Ya casi hemos llegado”

Faltan tres horas. Con un poco de suerte se duermen en el asiento trasero del coche.

“El DVD de Dora la exploradora se ha roto. Y el resto de niños se han comprado los que quedaban”

Después de 357 visionados, el disco se podía haber rallado sin ayuda.

“Si no me das la mano al cruzar la calle vendrá un policía y me arrestará”

¿Sabes a quién le encanta jugar a los LEGO? A tu padre / madre

O a tu hermano, abuelo, tía o vecina del sexto.

“Es pollo”

En realidad es hígado… de pollo. Técnicamente no es mentira.

  5c8aad9b2400000a05a37a8f

“Cuando no te acabas el pollo me llaman del comedor para contarmelo”

No habría horas del día para hablar con todos los padres.

“No podemos tener mascota. Tienes alergia. A todas las clases de animales”

Y no lo es al perro de su compañero de clase, al hámster de su vecino o a la cobaya de sus primos porque no pasa el tiempo suficiente con ellos. Tú simplemente te niegas a cuidar de ningún animal, ni siquiera de peluche.

“Se lo ha llevado el ratoncito Pérez junto con tu diente. Por haberlo dejado tirado en el suelo”

Las primeras cien veces, la ambulancia de juguete con sonidos era divertida.

“Te prometo que no te van a poner una inyección”

Van a ser al menos dos. Técnicamente no es mentira.

“Tienes alergia a las Oreo. Me las voy a tener que comer yo”

Al menos el ratoncito Pérez no se llevará otro juguete ni habrá más inyecciones.

“Si te metes en el agua después de comer te dará un corte de digestión y te ahogarás”

Es verano. Es la hora de la siesta. No apetece estar vigilando a nadie en este momento.

“Vámonos a casa. Mañana volvemos a hacerle una visita”

Como si ese cachorro y su dueño fueran a estar en el parque toda la vida.

“Me voy y ahí te quedas”

Bueno, alguna que otra vez se fantasea con que esta frase es una verdad.

“Mentir está mal”

Excepto si eres padre de niños pequeños. Hay que sobrevivir.