Todo lo que necesitas está en una máquina expendedora

Todo lo que necesitas está en una máquina expendedora

Las grandes marcas recurren a éstas como modelos de venta.

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Una de las primeras cosas que llaman la atención cuando llegas a los aeropuertos de Estados Unidos es la proliferación de las máquinas expendedoras. No se trata de máquinas para comprar agua, Coca-Cola o patatas fritas (que también). Lo que resulta realmente llamativo son las máquinas de firmas de cosméticos, música o complementos —en muchos casos de lujo— que venden sus productos en ellas.

Benefit Cosmetics, la firma nacida en San Francisco que se está comiendo el mercado cosmético millennial estadounidense, fue una de las primeras marcas en adoptar esta forma de venta. Sus máquinas expendedoras de sombras de ojos, maquillajes y cremas están por todos los sitios. Después llegaron las máquinas de la marca multimedia BOSE, que te venden desde auriculares de 300 dólares hasta los gadgets de último minuto.

Es evidente que este modelo de venta debe de ser un negocio para el fabricante y una comodidad para el consumidor.

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Un reciente informe de IBISWorld sobre el sector de máquinas expendedoras de productos no comestibles en USA ofrece datos reveladores. Resulta que el negocio en Estados Unidos supera los 7.000 millones de dólares al año (5.889 millones de euros). Ocupa el tercer lugar, por detrás de Japón que factura unos 28.000 millones de dólares (23.559 millones de euros) y de España —¡sorpresa!—, con una venta anual de 8.000 millones de dólares (6.731 millones de euros). La verdad es que en Madrid aún no hay instaladas máquinas expendedoras de botellas de Moet Chandon por las calles como hay, por ejemplo, en Las Vegas. Tampoco máquinas expendedoras de magdalenas de lujo como las de Nueva York. El caso de las magdalenas es paradigmático porque las compras a través de un cajero automático.

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Y ahora Uniqlo, el gigante japonés de la ropa que le hace competencia directa a Zara, va a instalar en Nueva York diez máquinas expendedoras de ropa. Sí, de ropa para hombre, mujer y niño. ¿Qué tienes frío? Pues te compras el plumas que cabe en cualquier lugar.

Parece evidente que las formas de vender y de comprar están cambiando, quizá en ello tenga que ver la subida de los alquileres en las grandes ciudades o la falta de espacio... O quizá la razón sea aún más curiosa: ya sabemos lo que queremos y no necesitamos más que una máquina que nos sirva el producto, se llame champagne, caviar o un fular.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Pilar García de la Granja es periodista, especializada en economía y finanzas. Licenciada en Ciencias de la Información por el CEES- Universidad Complutense de Madrid. En España ha desarrollado su carrera en Expansión TV, Onda Cero y el grupo Intereconomia y columnista en medios especializados como ElEconomista. Actualmente es corresponsal de Tele5 en Estados Unidos y colaboradora de El Programa de Ana Rosa en T5 y cofundadora de la plataforma especializada TheLuxonomist. Es autora de “¡Me equivoqué!” (Planeta) y “En qué jardín nos han metido: ideas prácticas para salir de la crisis” (Ed. Homo Legens).