El Parlamento británico pide a May que renegocie el Brexit con la UE

El Parlamento británico pide a May que renegocie el Brexit con la UE

Los Comunes votan siete enmiendas al texto inicial de la 'premier': rechazan un divorcio sin acuerdo y tampoco quieren un segundo refrendo.

Theresa May, durante su alocución de hoy en el Parlamento de Londres.Handout . / Reuters

El Parlamento británico ha votado esta tarde-noche siete enmiendas al acuerdo del Brexit que apoya la primera ministra, Theresa May, pero que en su estado actual fue rechazado por los Comunes el pasado 15 de enero, y con enorme contundencia. El temido plan b tuvo que activarse.

Sus señorías han dicho básicamente que rechazan un divorcio de Reino Unido y la Unión Europea (UE) sin acuerdo, que no quieren una extensión del plazo para abandonar el club comunitario si no se logra ratificar un pacto de salida, que tampoco quieren un segundo refrendo ni que sea la Cámara la que tome las riendas del proceso, relevando al Gobierno conservador. Y han dicho sí, por contra, a eliminar del acuerdo el backstop, la salvaguarda irlandesa, y a buscar alternativas al texto actual, la llave para para May intente reabrir las negociaciones con la UE.

Así, los Comunes han aprobado por 317 votos frente a 301 una enmienda que urge al Gobierno a negociar con Bruselas una solución alternativa al controvertido mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte después de la separación. Un logro para la premier, que era la principal avalista del texto, aunque tras muchos cambios de opinión, bien es cierto. Literalmente, la enmienda llama al Gobierno a buscar "arreglos alternativos" a esa salvaguarda. La UE, una y otra vez, se ha negado hasta ahora a reabrir la negociación sobre el acuerdo.

Según informan EFE y Reuters, May presionó antes de la votación al sector más euroescéptico de su formación para que respaldara la enmienda y contribuyera así a incrementar la presión sobre la Unión Europea, reacia hasta ahora a ofrecer nuevas concesiones al Reino Unido. Lo logró, aunque no con una victoria aplastante.

"Esta enmienda me dará el mandato que necesito para negociar con Bruselas un acuerdo que pueda apoyar una mayoría en esta cámara", había dicho May durante el debate previo a la votación de las enmiendas.

Ya después de conocer los resultados, la primera ministra británica, se mostró convencida de que el Parlamento apoyará "por mayoría" su acuerdo si se introducen esos cambios sobre la salvaguarda irlandesa. "Esta claro que ahora hay una ruta que puede asegurarnos una mayoría en esta cámara para abandonar la Unión Europea con un acuerdo", señaló. Ahora, dijo, hablará con el bloque comunitario sobre cómo "abordar" los puntos de vista de los Comunes expresados en esta compleja tarde.

Palabras que, por el momento, chocan con el mensaje lanzado, apenas unos minutos después de la sesión del Parlamento de Londres, por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. A través de un portavoz, ha afirmado: "El acuerdo de retirada es y sigue siendo el mejor y único medio para asegurar una salida ordenada de Reino Unido de la UE. El backstop es parte del acuerdo de retirada y el acuerdo de retirada no está abierto a renegociación".

El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, se ha mostrado dispuesto a reunirse con May para dialogar sobre un acuerdo que a los suyos les sea "posible" respaldar.

'Backstop': ¿qué es eso?

La solución definitiva para evitar una frontera interior en la isla de Irlanda debe ser el futuro acuerdo de libre comercio que Londres y Bruselas quieren negociar y que regiría al final de un período de transición previsto hasta el 31 de diciembre de 2020, pero prolongable hasta finales de 2022.

Sin embargo, si al término de ese plazo las partes en litigio siguen sin haber hallado una solución, entraría en vigor el archinombrado 'backstop', una "red de seguridad" que consiste en mantener una "unión aduanera" entre la UE y Reino Unido.

Además, Irlanda del Norte mantendría las normas del "mercado único" necesarias para evitar una frontera clásica, como las relativas a los productos agrícolas o las fitosanitarias.

La otra gran decisión de la noche es que los Comunes rechazan que el Reino Unido abandone el barco el próximo 29 de marzo (fecha prevista para la desconexión) sin un acuerdo. La cláusula presentada por la conservadora Caroline Spelman no es legalmente vinculante, pero añade presión sobre el Gobierno para evitar una retirada abrupta si no logra ratificar un tratado de salida con Bruselas. El texto tampoco ganó por goleada, 318 diputados frente a 310.

Aunque asume que no le gusta, May ha insistido en que no puede descartar la posibilidad de una ruptura abrupta, sin acuerdo, y que la única opción para evitar ese escenario es lograr un pacto que conquiste el respaldo de una mayoría en la Cámara de los Comunes, la misma que le tumbó el actual Brexit por 432 votos.

En la misma sesión de hoy, los diputados han rechazado otras dos enmiendas que pedían de forma explícita que la jefa de Gobierno solicite una extensión del plazo para abandonar la UE, si el 26 de febrero no ha logrado ratificar un tratado en el Parlamento. Las dos cláusulas propuestas por diputadas laboristas fueron rechazadas: por 321 votos frente a 298 la de Yvette Cooper y por 290 contra 322 votos la de Rachel Reeves.

Igualmente, la posibilidad de un segundo referéndum ha sido descartada. El Parlamento ha rechazado la enmienda presentada por los laboristas en la que se proponía votar sobre todas las posibles opciones del Brexit, entre ellas una unión aduanera con los Veintisiete y un posible segundo plebiscito. Resultado: 327 votos en contra frente a 296 a favor.

El referéndum que dio inicio a la salida de Europa se celebró el 23 de junio de 2016. Un 51,9% de los votantes que acudieron a las urnas dijeron entonces que ya no querían ser más parte de la UE.

De forma inmediata, la libra esterlina ha empezado a caer, después de que el Parlamento rechazara pedir una extensión del plazo para abandonar la Unión Europea si los diputados no logran ratificar un acuerdo de salida.

La moneda británica bajó un 0,7 % frente al dólar, situándose en 1,3072 dólares, y un 0,6 % ante el euro, hasta 1,1443 euros, poco después de conocerse el resultado de esas votaciones.