Ciudadanos al borde de un ataque de nervios

Ciudadanos al borde de un ataque de nervios

El escándalo de las primarias de CyL, las encuestas a la baja, descontento en el sector centrista…

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82 votos anulados. Un vuelco total en el resultado. Y un palo descomunal para Albert Rivera. Las primarias en Castilla y León de los naranjas han provocado un auténtico terremoto dentro y fuera del partido. Desde Madrid se había diseñado una operación para colocar a Silvia Clemente (que militaba hasta hace unos días en el PP) como candidata y fichaje estrella. Todo a escondidas, negociaciones secretas.

El sábado se anunciaba el resultado: victoria pírrica de la candidata del aparato. Pero el zumo de naranja que se exprimió estaba agrio, adulterado, caducado desde el primer momento. La Comisión de Garantías del partido ha dado la razón este lunes al candidato alternativo, Fernando Igea. Olor a pucherazo, aunque en la calle Alcalá -sede del partido- se habla de un "error".

Más allá de adjetivos, Cs se ha visto inmerso en una crisis de credibilidad justo a un mes de que arranque la campaña electoral. Los naranjas siempre se habían presentado como un partido regenerador, abierto, que hacía de las primarias una de sus señas de identidad. Pulcritud frente a los 'chanchullos' de los viejos partidos.

La dirección dice que se precipitaron al dar los datos sin comprobar posibles descuadres de votos y garantizan que el sistema lo hubiera detectado en estas horas. Y fuentes cercanas a Albert Rivera defienden que en 24 horas "se ha subsanado el fallo" y que se han hecho 300 procesos de primarias en cuatro años.

La polémica en Castilla y León ha incendiado internamente más a un partido que estaba acostumbrado hasta ahora a acatar las directrices que emanaban de Rivera y de su entorno más cercano. Una formación naranja a la que le pilló con el pie cambiado la moción de censura y que desde ese momento busca un perfil que no termina de encontrar en los sondeos.

Y es que las críticas no solo llegan desde pequeñas agrupaciones o grupos alejados a Rivera. En esta guerra en Castilla y León, se ha posicionado contra la propia dirección Luis Garicano, gurú económico de Rivera y candidato del partido a las elecciones europeas. Hasta en Twitter ha felicitado al aspirante que ha ganado, Francisco Igea, que impulsó la reclamación interna, y a su partido "por tener los mecanismos para resolver las irregularidades".

El sector más moderado, preocupado por los pactos y Colón

Todo esto llega con una parte del partido incrédula ante la decisión tomada por la Ejecutiva de no pactar ni con Pedro Sánchez ni con el PSOE después del 28 de abril. Especialmente en regiones que esperan llegar a entendimiento con los socialistas después de las autonómicas. Esto ha situado directamente en el bloque de la derecha a Cs, que tiene como principal objetivo convertirse en el primer partido de este espectro ideológico por encima del Partido Popular.

Las encuestas internas señalan en principio que es el camino a seguir por Rivera. Pero sectores más centristas entienden precisamente que se está dejando al PSOE una gran masa de votantes en el centro, que es donde se suelen situar la mayoría de votantes y el espectro en el que se decantan los comicios. Los socialistas, empezando por el propio Sánchez, está utilizando este movimiento contra Cs y denunciando el "cordón sanitario" marcado por los naranjas, algo que no han hecho con los ultraderechistas de Vox.

El cordón sanitario al PSOE ha provocado críticas internas

Vox, ese gran problema de Cs. La relación con el partido de Santiago Abascal también ha provocado malestar interno. Finalmente recibieron sus votos para lograr la Presidencia del Parlamento en Andalucía -Marta Bosquet- y formar Gobierno con el Partido Popular. Pero la tensión fue evidente, empezando por el candidato en Barcelona, Manuel Valls. Sus socios europeos en ALDE finalmente aceptaron el movimiento, pero están especialmente vigilantes de cara a las elecciones continentales del 26-M: que se presentan como una gran contienda entre los europeístas y los grupos eurofóbos y ultras.

Una imagen se ha quedado en la retina estas semanas: la foto en la plaza de Colón. Allí aparecieron juntos Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. De hecho, esa imagen fue uno de los detonantes para el adelanto electoral por parte del presidente, al entender que identificaba a Cs con la derecha más dura. Inés Arrimadas no llegó por un retraso de su vuelo...

Hace ya dos años que Ciudadanos se quitó la etiqueta de socialdemócrata para pasar a ser "liberal progresista" -el giro de la asamblea de Coslada-. Y desde ese momento, con el procés en plena efervescencia, empezó su viaje hacia la derecha. La crisis catalana catapultó a los naranjas, logrando su gran hito: ser la fuerza más votada en las elecciones de Cataluña del 21 de diciembre de 2017, en pleno 155.

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¿Y qué dicen las encuestas?

Pero todo cambió con la moción de censura de Sánchez. ¿Y el giro a la derecha les da resultados? Este lunes se ha publicado una encuesta en ABC de GAD3 -que fue la que más se acercó en las elecciones andaluzas-. Y los naranjas lograrían seis escaños más que en las generales de 2016, pero serían tercera fuerza y muy lejos de arrebatar al PP el dominio de la derecha. Además, solo tendrían dos diputados más que Vox y la suma de las tres derechas no sería suficiente. Lo más preocupante para los de Rivera es que en apenas un mes, respecto al anterior sondeo, han perdido 2,5 puntos de intención de voto. Se detecta principalmente que la fuga de votantes vendría de los de centro izquierda de Cs, que ahora estarían decantándose por el PSOE. Una tendencia a la baja para Ciudadanos: en el barómetro de diciembre tenían 74 asientos en la Cámara Baja.

Aunque en Cs no se creen el CIS, hay que mirar también el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas. También se reflejaba una caída en el último, al pasar Ciudadanos a la tercera posición y volver el PP a la segunda (con el PSOE a la cabeza). En concreto, el órgano dirigido por José Félix Tezanos daba a los de Rivera un 15,3% en febrero, mientras que enero habían registrado un 17,7%.

Ante esta situación también están intentado distanciarse de PP y Vox en temas sociales, principalmente se ha visto durante el 8-M. Un grupo de políticas naranjas acudió a la manifestación en Madrid y además han impulsado el mensaje de un "feminismo liberal". Eso sí, recibieron críticas ese día al hacer un acto de Albert Rivera junto a candidatas en el que sólo habló él.

Ciudadanos ha intentado marcar distancia con PP y Vox en el 8-M

En Cs son conscientes de la importancia de estas elecciones. Cuando el partido empezó a desplegarse a nivel nacional hace cinco años, optaron por quedarse fuera de los gobiernos y hacer pactos de apoyo parlamentario. Pero en la última asamblea acordaron ya empezar a entrar en ejecutivos a partir de 2019: Andalucía fue el primer paso. Pero este rápido crecimiento se ha visto también acompañado de falta de líderes y de fichajes a uno y otro lado. Recientemente han atraído para su causa al exministro socialista Celestino Corbacho, al que habían criticado duramente en la época de José Luis Rodríguez Zapatero.

En este intento de llegar fuertes al 28 de abril se enmarca el salto a la política nacional de Arrimadas. Cansada ya de la vida en el Parlament, quiere tirar del carro de la lista de Barcelona, la segunda circunscripción en número de escaños después de Madrid. Y también en esa estrategia está la de buscar una candidatura conjunta con PP y UPN en Navarra para el 26-M.

Un mes para la campaña, y Ciudadanos vive sus días más convulsos internamente desde su nacimiento. El partido al que miraban muchos ciudadanos desencantados con PP y PSOE, pero alejados de los postulados de Podemos. Hoy tienen ya una mancha en esa blanquísima propuesta que presentaban a los españoles. Y hastaThe Economist pone 'naranja' a Rivera: "Su sectarismo podría prolongar la parálisis política en España".