América Latina: Buena oportunidad para fortalecer la capacidad de resistencia
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América Latina: Buena oportunidad para fortalecer la capacidad de resistencia

La recuperación mundial está ocurriendo a varias velocidades. El ritmo más lento se registra en Europa. En Estados Unidos, pese a cierto freno causado por la política fiscal, la recuperación está cobrando impulso. Entre tanto, el crecimiento de las economías emergentes se afianza poco a poco.

Como se explica en Perspectivas de la economía mundial (informe WEO, por sus siglas en inglés), la recuperación mundial está ocurriendo a varias velocidades. El ritmo más lento se registra en Europa. En Estados Unidos, pese a cierto freno causado por la política fiscal, la recuperación está cobrando impulso. Entre tanto, el crecimiento de las economías emergentes se afianza poco a poco.

Contra este telón de fondo, según las proyecciones el crecimiento de América Latina y el Caribe aumentará de 3% en 2012 a alrededor de 3,5% en 2013. Este repunte estará respaldado por la paulatina recuperación mundial, la persistencia de condiciones de financiamiento favorables y un nivel elevado de precios de las materias primas, así como los efectos de las políticas expansivas que están aplicando algunos países.

  • En el caso de Brasil, la actividad y la inversión han estado respondiendo recientemente a las políticas monetarias y fiscales de respaldo desde mediados de 2011, así como a medidas encaminadas a abordar las restricciones de oferta. Se prevé que el crecimiento de la economía más grande de la región repunte de menos de 1% en 2012 a aproximadamente 3% este año.
  • En el resto de América Latina, el crecimiento del producto conserva en general el vigor, principalmente gracias a la solidez de la demanda interna y el crédito, que a su vez están incrementando los déficits de la cuenta corriente externa (ver gráfico).

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Riesgos latentes

Ahora bien, aunque nuestras proyecciones parecen favorables para gran parte de la región, continúan predominando los riesgos, sobre todo a mediano plazo.

Los riesgos a corto plazo se han moderado desde que actualizamos nuestras proyecciones en octubre de 2012, pero siguen inclinándose a la baja. No se puede descartar una agudización de la crisis de la zona del euro, que tendría efectos negativos en la confianza mundial, el comercio y los flujos de financiación externo. Asimismo, si se mantiene un endurecimiento excesivo de la política fiscal estadounidense el crecimiento podría ser menor el año próximo, con implicaciones negativas para las economías que mantienen lazos estrechos con Estados Unidos.

También persisten riesgos a medio plazo. La falta de medidas decisivas en economías avanzadas para encarrilar las finanzas públicas hacia una trayectoria sostenible podría provocar un aumento generalizado de las primas soberanas y corporativas, con fuertes repercusiones en la confianza y la actividad mundial. Por otro lado, una contracción fuerte del crecimiento de las economías emergentes, sobre todo en Asia, reduciría el crecimiento mundial y afectaría profundamente a los precios de las materias primas.

Retos para la política económica

Nuestra principal recomendación no es muy diferente de la de hace un año: creemos que las autoridades de América Latina deberían aprovechar las condiciones externas, que aún son favorables, para reconstituir el espacio de la política económica y salvaguardar la estabilidad del sector financiero. Concretamente:

  • En un contexto de brechas del producto cerradas, una orientación fiscal más prudente aligeraría la presión sobre la capacidad y frenaría el deterioro de la cuenta corriente externa. El fortalecimiento del saldo fiscal aliviaría la carga que recae en la política monetaria y brindaría más flexibilidad para responder a la evolución de las circunstancias económicas.
  • Países con marcos de política sólidos deberían de seguir aprovechando la flexibilidad cambiaria para desalentar flujos de capitales especulativos. Y posiblemente haya que complementarla con medidas prudenciales para salvaguardar la estabilidad financiera ante un rápido crecimiento del crédito. Además, teniendo en cuenta que un porcentaje creciente del crédito se otorga fuera del sistema bancario, será necesario reforzar la supervisión del sector financiero general y de las grandes empresas.

Los países exportadores de materias primas con marcos de política económica más débiles se beneficiarían gastando una proporción más pequeña de los ingresos que generan esas exportaciones. Los desafíos son particularmente agudos en algunos países, donde un endurecimiento de las políticas macroeconómicas es necesario para contener los crecientes desequilibrios externos y reducir la elevada inflación.

En los países de América Central la prioridad crítica sigue siendo reducir la deuda pública a niveles cercanos a los de antes de la crisis de Lehman. Para ello, es necesario redoblar los esfuerzos por movilizar ingresos y reemplazar los subsidios generalizados con planes de apoyo bien focalizados.

En gran parte del Caribe, el elevado endeudamiento y la debilidad de la demanda externa continúan limitando el crecimiento. El reto es el mismo de los últimos años: recortar la elevada deuda pública, estimular la competitividad y abordar las vulnerabilidades del sector financiero.

El crecimiento inclusivo como centro de atención

Aunque gran parte de América Latina se mantiene relativamente dinámica, es necesario esforzarse por aprovechar las condiciones favorables actuales y sentar las bases de un crecimiento fuerte y sostenible. En particular, hay que poner más empeño en ampliar el margen de maniobra de la política económica y salvaguardar la estabilidad financiera. La coyuntura actual ofrece también una oportunidad para llevar a cabo reformas estructurales que promuevan el crecimiento y lo apuntalen a mediano plazo si los vientos de cola aminoran.

Presentaremos más detalles de las cuestiones que enfrenta la región durante el lanzamiento de nuestro informe sobre las perspectivas económicas regionales el 6 de mayo en Uruguay.

De Diálogo a fondo