La resaca tras la protesta: qué supone que cientos de miles de personas marchen por la sanidad

La resaca tras la protesta: qué supone que cientos de miles de personas marchen por la sanidad

Madrid "entero" se levantó este domingo en defensa de la sanidad pública y de sus trabajadores: "Ahora pienso que la situación puede cambiar".

Manifestación contra el plan sanitario de Díaz Ayuso, el 13 de noviembre de 2022, en Madrid.Aldara Zarraoa/Getty Images

A la enfermera y epidemióloga Pilar Serrano todavía se le ponen “los vellos de punta” cuando recuerda lo vivido este domingo en Madrid en la manifestación por la sanidad pública. Ángela Hernández, cirujana, confiesa también que se le llenaron los ojos de lágrimas cuando, a la altura de la calle Princesa, la gente empezó a aplaudir “espontáneamente” a los médicos que sostenían la pancarta de la columna Este. “Sólo por eso me mereció la pena”, cuenta Hernández. “Nos hicieron un pasillo, fue muy bonito, muy emocionante”.

Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS, se ha convertido estos días en la cara visible de la protesta médica en la Comunidad de Madrid que ha estallado tras el plan de Urgencias extrahospitalarias del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Dice que no recordaba haber estado en una manifestación tan multitudinaria “desde [el asesinato de] Miguel Ángel Blanco”, en 1997. Se estima que la movilización de este domingo en Madrid por la Sanidad reunió a más de 200.000 personas –según Delegación del Gobierno–, el triple según los organizadores. 

A Hernández no le importa admitir que no se esperaba tal cantidad de gente saliendo a la calle por la sanidad, después de la campaña de desprestigio lanzada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid contra los sanitarios, y después de las agresiones que están sufriendo los profesionales en su puesto de trabajo. La psiquiatra Marta Carmona, en cambio, sí esperaba esa afluencia. “La situación es muy mala, pero ver a esa gente, escucharla y notarla a tu alrededor no deja de calentarte el corazón”, reconoce. 

La situación es muy mala, pero ver a esa gente, escucharla y notarla a tu alrededor no deja de calentarte el corazón
Marta Carmona

Para Eduardo Olano, médico de familia y portavoz de la plataforma AP se mueve, lo de este domingo supuso “por fin notar el cariño de la gente otra vez, después de los aplausos”. Se refiere a los agradecimientos que, durante la pandemia, la población dedicaba cada día a los sanitarios y otros trabajadores esenciales por poner en riesgo su vida para salvar la de otros, y que pronto se olvidaron una vez pasó lo peor. “Cuando atiendes a tus pacientes, puedes atender a 50 amables, pero luego si viene uno violento te vas con mal sabor de boca”, relata Olano. Las agresiones, al menos verbales, no son anecdóticas, aseguran los sanitarios.

La profesión sanitaria lleva como poco desde 2020 viviendo en una especie de montaña rusa –por decirlo suavemente– propiciada primero por el covid; después por unas condiciones laborales que, al menos en la Comunidad de Madrid, en general han empeorado; y luego, por un descrédito diseminado por el Gobierno regional que, desde el punto de vista de los profesionales, no ha hecho más que avivar la tensión y la agresividad de la población contra ellos en las consultas. 

“Un tema chiquitito que se les ha ido de las manos”

La manifestación de ayer supuso un bálsamo para los maltratados sanitarios de Madrid, pero es evidente que significó muchas más cosas. Con el lema ‘Madrid se levanta por la Sanidad Pública contra el Plan de Destrucción de la Atención Primaria’, la protesta de este domingo fue, también, una llamada de atención a la Consejería de Sanidad para que se “replantee la situación” y “escuche”, apunta Teresa Galindo, enfermera y secretaria general de SATSE Madrid. 

De cara a la galería, el Gobierno madrileño ha seguido en su empeño por ignorar las críticas, restar importancia a la manifestación y rechazar la protesta por considerarla “politizada”. Pero a estas alturas es imposible obviar el problema e “imposible negar el éxito” de la convocatoria de este domingo, indica Javier Padilla, médico de familia y diputado de Más Madrid. 

No ha habido un ataque tan grave a la sanidad madrileña desde el plan de Lasquetty de 2012
Ángela Hernández

Sin ir más lejos, este lunes la Consejería de Sanidad se ha puesto en contacto con AMYTS para convocar al Comité de Huelga SAR-SUAP para este martes a las 13 horas. Es la primera reunión de la Consejería con el Comité de Huelga después de que se celebrara una obligatoria hace días para establecer los servicios mínimos. La huelga de los médicos SAR y SUAP lleva en pie desde el pasado día 7, y ya se ha extendido al resto de médicos y pediatras de Atención Primaria, convocados a parar desde el próximo 21 de noviembre. 

Ángela Hernández reconoce no tener “muchas esperanzas” en esta nueva reunión por las posturas “bastante distanciadas” de las partes, después de que el viernes se conociera el quinto plan del Gobierno regional para las urgencias extrahospitalarias, que incorpora la consulta por videollamada en 29 de los 80 ‘nuevos’ Puntos de Atención Continuada (PAC). Pese a las reticencias de AMYTS, la de este lunes era “una llamada que estábamos esperando” por parte de la Consejería, admite Hernández. 

  Manifestación contra el plan sanitario de Díaz Ayuso, el 13 de noviembre de 2022, en Madrid. Más de 200.000 personas asistieron.Aldara Zarraoa via Getty Images

La secretaria general de AMYTS describe el problema actual con las urgencias extrahospitalarias como “un tema chiquitito que se le ha ido de las manos a la Consejería”. No esperaban que un plan que afectaba a unos 700 profesionales hiciera “tanto ruido”. Y sin embargo, apunta Hernández, “no ha habido un ataque tan grave desde el plan de Lasquetty de 2012”. “Este es a una escala menor, pero es muy grave también”, recalca.

“No todo está perdido”

Ahora la salida a la crisis, indica Hernández, “pasa por volver a montar los SAR, tratar de recuperar a los 28 médicos que han renunciado en estas semanas, y comenzar una negociación pausada, tranquila”. Porque el malestar se ha visibilizado con fuerza este domingo en Madrid, pero la disconformidad por el nuevo plan de urgencias surgió hace dos meses entre los sanitarios afectados.

Desde el pasado 27 de octubre, con la apertura de los PAC, el plan saltó por los aires: médicos avisados de su nuevo lugar de trabajo de madrugada, centros sin personal ni material para atender a los pacientes, sistemas informativos estropeados, agresiones a sanitarios por los déficits en la atención, pacientes desconcertados, médicos desbordados, ataques de ansiedad…

“No podemos continuar así”, zanja la enfermera Teresa Galindo. “Y Madrid entero se ha levantado por un problema”, describe. Este domingo ella se sintió “muy emocionada”, “como enfermera y como usuaria” de la sanidad pública madrileña.

Madrid entero se ha levantado por un problema
Teresa Galindo

Además de esa emoción, Pilar Serrano, vicepresidenta de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP), sintió “ilusión” y “motivación”: tuvo la sensación de que, aunque el sistema sanitario público está “gravemente amenazado”, “no todo está perdido”. 

  Manifestación contra el plan sanitario de Díaz Ayuso, el 13 de noviembre de 2022, en Madrid.Aldara Zarraoa/Getty Images

Haciendo un símil médico, Serrano explica que la enfermedad del paciente –en este caso, la precariedad de la sanidad– se ha “cogido tarde”, pero ya hay un diagnóstico y un tratamiento: “Hay que poner recursos que no se están poniendo”, receta. La enfermera y epidemióloga sostiene que desde el Gobierno madrileño se está haciendo un “esfuerzo concienzudo para desmantelar la sanidad pública”. Y que la que está “más gravemente herida” es la Atención Primaria. 

Es muy angustioso ver cómo se destruye la parte más importante del sistema: la Atención Primaria
Marta Carmona

Coincide con ella Marta Carmona, presidenta de la sección madrileña de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). “En Madrid vemos muy cerca el colapso de la Atención Primaria; de ahí la urgencia”, dice. “La situación es muy alarmante, y resulta muy angustioso ver cómo se destruye la parte más importante del sistema”, explica. 

“El Gobierno debe escuchar, los servicios son de la ciudadanía”

La caída de la Primaria, añade Carmona, implica que “necesariamente todos los demás [ámbitos y profesionales de la sanidad] vamos a ir detrás”. En el momento en que la Atención Primaria es incapaz de funcionar correctamente, debería encenderse una alarma, advierte, pues “la atención que damos el resto de escalones asistenciales es de mucha peor calidad”.

Su diagnóstico general para la crisis madrileña es crudo: “Cada vez más descaradamente el objetivo de la sanidad pública es proveer a la privada de pacientes”. “Sacar dinero a costa de la pública es terrible; pero mucho más terrible es el deterioro asistencial de la base del sistema”, zanja la psiquiatra.

Cada vez más descaradamente el objetivo de la sanidad pública es proveer a la privada de pacientes

Para Marta Carmona, coautora del ensayo Malestamos, “el mensaje clarito” de los cientos de miles de manifestantes para el Gobierno madrileño es que “algo está haciendo mal” en la gestión de la sanidad, que “por aquí no es”. Y el Gobierno, advierte Carmona, “tiene que escuchar”. “Los servicios públicos no son de las consejerías, son de la ciudadanía; las consejerías se deben a los ciudadanos”, insiste la psiquiatra. 

“Es la singularidad sanitaria madrileña”, no del resto de España

¿Sobre el ninguneo de la Administración Ayuso a la protesta? Nada nuevo, en realidad. Javier Padilla, que firma con Carmona Malestamos, recuerda que ya en las mareas blancas de 2012 el Gobierno madrileño tuvo una reacción similar: que los que protestaban eran “cuatro sindicatos”, que el impacto y la magnitud de las movilizaciones no eran para tanto. “No han actualizado el argumentario”, lamenta Padilla. Para él, este nuevo negacionismo, el tachar la manifestación de “fracaso”, sólo “muestra la debilidad” del Ejecutivo y su “incapacidad” para presentar una alternativa. 

“Intentan que se desinfle diciendo que el problema de la sanidad es nacional, pero esto no ocurre en toda España; es la singularidad sanitaria madrileña”, razona el médico y diputado. Unos datos para contextualizar: mientras que, de media, las comunidades autónomas destinan un 6,9% de su PIB a sanidad, sólo Madrid se sitúa más de dos puntos por debajo, con un 4,7%, siendo la siguiente en la cola La Rioja, donde el presupuesto alcanza el 6,2%. Madrid es, también, la penúltima comunidad en número de médicos de atención primaria por pacientes después de Baleares, y la última en enfermeras en esa misma área.

Desde la pandemia somos más conscientes de nuestra fragilidad y de la fragilidad de nuestra salud. Así que ojo con lo de ‘salvar la economía’ antes que la salud

Que cientos de miles de personas hayan marchado este domingo por las calles de Madrid significa que ya están hartos del deterioro de lo público, pero al mismo tiempo que hay esperanza de que la situación cambie. Marta Carmona cree que la pandemia ha supuesto “un antes y un después” también para esto. “La vida y el sistema sanitario ahora se entienden de otra manera: somos más conscientes de nuestra fragilidad y de la fragilidad de nuestra salud, y la mirada es diferente”, abunda. “Así que ojo con lo de ‘salvar la economía’ antes que la salud, porque puede haber muchos más problemas aparte del económico”, afirma.

  Manifestación del 13 de noviembre en Madrid por la sanidad pública.OSCAR DEL POZO via AFP via Getty Images

“Ahora pienso que la cosa puede cambiar”

Eduardo Olano, por su parte, está convencido de que la movilización de este domingo “tiene que producir algún movimiento, tiene que generar algún cambio”. “Ahora pienso que se puede cambiar”, dice, optimista. Tanto a él como a sus compañeros les alegró observar que la manifestación fue “muy transversal”. Hubo muchas familias, muchos jóvenes, muchos médicos, gente “muy distinta, de distinto signo político, de diversas procedencias”, detalla Olano. “Todos los espectros ideológicos dicen que así no se puede”, coincide también Ángela Hernández.

La sanidad es política, no partidismo
Pilar Serrano

La vicepresidenta de AMaSaP, Pilar Serrano, añade un matiz importante: lo que atañe a la sanidad “no debería ser una cuestión partidista, pero siempre será política”, por mucho que desde el Gobierno de Ayuso se utilice el adjetivo “político” de forma peyorativa para atacar estas protestas.

Considera Serrano que, por parte del Ejecutivo madrileño, se están “confundiendo los términos”; no hay que olvidar que “las políticas impregnan el diseño de los sistemas y modelos que rigen la sanidad”, y que estos “son un determinante de la salud” de la población. Por tanto, incide Serrano, las políticas sanitarias “deberían estar blindadas a favor de la ciudadanía, de sus derechos y de su salud”. Y “eso es política, no partidismo”, concluye. Deberían entender la diferencia.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es