Un contenedor con destino a Barcelona intriga a los funcionarios de aduana: dentro estaba el 'premio gordo'
El operativo ha destapado una compleja red de narcotráfico que usaba rutas comerciales entre Sudamérica y el Mediterráneo para introducir droga en Europa.

Lo que parecía un rutinario envío de bobinas de cartón resultó esconder casi 140 kilos de cocaína casi pura. El hallazgo, valorado en unos nueve millones de euros en el mercado negro, se ha producido gracias a la actuación conjunta de las autoridades aduaneras francesas y españolas, tras detectar una imagen sospechosa durante una inspección en el puerto francés de Fos-sur-Mer. Cuatro personas han sido detenidas en Cataluña y la investigación ha confirmado la existencia de complicidades dentro del sistema portuario, según ha informado la edición marsellesa de la web Actu.fr.
La operación comenzó a finales de junio, cuando un buque procedente de Chile, escala previa en Ecuador, atracó en Fos-sur-Mer, cerca de Marsella. Dada la procedencia del cargamento, los agentes activaron un protocolo de control reforzado sobre el 10 % de los contenedores descargados. Tras varios días de inspecciones, una de las imágenes de escáner levantó sospechas: en el interior de un contenedor declarado como transporte de material industrial, los funcionarios de la brigada de aduanas de Port-Saint-Louis-du-Rhône localizaron varios sacos ocultos entre las bobinas, repletos de ladrillos de cocaína.
La droga viajaba camuflada según el método conocido como rip-off, utilizado por organizaciones criminales para contaminar mercancías legítimas introduciendo droga durante las escalas intermedias, normalmente con la colaboración de empleados portuarios. “Es una técnica clásica, pero muy eficaz si no se detecta a tiempo”, señalan fuentes próximas al caso. Una vez realizada la incautación, las autoridades decidieron mantener el contenedor en circulación para poder seguir la pista a los destinatarios finales.
El 10 de julio, ya bajo vigilancia estrecha, el envío cruzó la frontera rumbo al puerto de Barcelona. Una semana después, el 17 de julio, el contenedor abandonó la terminal catalana y fue trasladado a un almacén ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad. En ese momento, los agentes de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) y del dispositivo de inteligencia español desplegaron el operativo final: detuvieron a dos individuos en el lugar y practicaron registros que destaparon la implicación directa de trabajadores del entorno portuario.
El balance provisional incluye cuatro personas arrestadas y una red desmantelada que, según las primeras pesquisas, contaba con ramificaciones a ambos lados del Atlántico. Paralelamente, la Fiscalía francesa ha abierto una causa por “importación no declarada de sustancias peligrosas para la salud pública, cometida por una organización criminal”. Las autoridades insisten en que no existe vínculo probado con otro alijo de 16 kilos de cocaína intervenido días antes en el mismo puerto francés.
