Billetes falsos, cerveza y alguna charla: el espectáculo de MundoCrypto

Billetes falsos, cerveza y alguna charla: el espectáculo de MundoCrypto

"La verdad es que ha sido decepcionante". Algunos asistentes de entre los 7.000 que acudieron al evento de Mani Thawani en Madrid acusan su excesiva superficialidad.

Desde la calle, a las cinco de la tarde nada hacía pensar que en el WiZink Center ocurriera nada extraordinario. Sin embargo, bastaba cruzar las puertas para toparse con la feria. La fiesta reunió a 7.000 personas a pesar de que ni Cristina Pedroche, Pablo Chiapella y Jorge Fernández acudieron. Las figuras televisivas decidieron retirarse tras la polémica suscitada por el aviso de la CNMV sobre el evento. Sin embargo, el show siguió adelante.

Una de las atracciones preferidas del público fue un photocall con el suelo alfombrado por billetes de un dólar con la cara de Mani Thawani, el CEO de MundoCrypto, la empresa organizadora. Todo un reclamo, no hay dinero más fácil y rápido que el que no vale para nada salvo para fardar en redes.

La gente hace turnos para sacarse fotos lanzando los billetes del photocall contra la cámara de sus móviles para luego subir los videos a Instagram. José Vicente es uno de ellos. Tiene 32 años, estudia estructura de sistemas e invierte en criptomonedas.

Afirma que la advertencia que hizo la CNMV sobre el evento y algunas de las empresas que participan en él, a las que los reguladores tildaron de “chiringuitos financieros”, parte de la desinformación. “Lo que se necesita es una buena formación para poder actuar con cabeza en criptodivisas”, asegura José. Pagó 1.500 euros por un curso y asegura que ha ganado 15.000. Pero no todo luce, también ha perdido, aunque no dice cuánto.

  Billetes con la cara de Mani Thawani.N.G.

Un poco más allá, siguiendo el recorrido del anillo del WiZink, una horda, en su mayoría hombres, jalea a los audaces que se atreven a colgarse de una barra. Fuera, dos chavales fuman un cigarrillo un poco antes de que el evento empiece.

No han querido dar su nombre, y uno de ellos, que estuvo en otro evento de MundoCrypto el año pasado, es claro. “Noto que hay mucha gente aquí que no tiene información, que han seguido el tema por las redes sociales, que se han dejado llevar por gurús que les venden humos”, comenta.

Sabe de lo que habla: “A mí me vendieron humo y tuve un buen lío”. Ese vendehumos del que habla es IM Academy, la criptosecta acusada de enganchar a jóvenes en una estafa piramidal. “Yo ahora soy mucha más autodidacta, busco yo la información”.

Tanto él como su amigo admiten que han llegado a perder. “Yo he llegado a perder cuatro cifras en minutos con una inversión a corto plazo...” ¿Y no duele? “Provoca muchísima ansiedad, es algo que no recomiendo”, concluye.

Comienza el evento. Las gradas abarrotadas y la platea con una terraza de asientos y mesitas para los asistentes VIP. Repartidores de cerveza y aperitivos fritos para los primeros, servicio de camareros y copas sin cesar para los de abajo. Siempre hubo clases, eso no hay blockchain que lo cambie.

El primer bloque del programa incluía charlas de expertos, conferencias de empresarios de casas de criptomonedas y el debate de los economistas Javier Lacalle, Pablo Gil y Juan Manuel Rallo. Este último puso al público en pie nada más empezar su intervención: “Quería saludar a los reguladores de la CNMV, si es que están por aquí”.

Yo no voy a ir en contra de la CNMV, me parece bien que se señalen los posibles riesgos que conlleva invertir
Pablo Gil, economista.

Ovación, vítores, un clamor. A continuación habló Pablo Gil, que fue en la dirección contraria. “Yo no voy a ir en contra de la CNMV, me parece bien que se señalen los posibles riesgos que conlleva invertir”. Poca chicha para el pueblo, que le contestó con algunos aplausos.

La conversación a tres de los economistas continuó durante unos 20 minutos. Sin embargo, la grada iba por otro lado. “¿Qué tal estas?, cuánto tiempo”, “¿Has visto esta publicación?”, “Le estoy dando al bitcoin ahora...” y demás susurros.

Poco interés por algunos sectores del público hacia los tres expertos. Más de una persona dio alguna cabezada de esas imposibles de disimular. Por suerte para ellos, llegó el descanso y la gente salió a la calle.

Andrés y Nicolás son dos inversores interesados en el mundo de la tecnología, y muestran su “decepción” con la primera parte del evento mientras fuman un cigarrillo. “Todo lo que están diciendo aquí te lo puedes aprender directamente mirándote cuatro videos de Youtube”, se queja Andrés. Nicolás, que viene desde Sevilla expresamente para el encuentro de MundoCripto, tampoco se muestra muy convencido.

Todo lo que están diciendo aquí te lo puedes aprender directamente mirándote cuatro videos de Youtube
Andrés, asistente al evento de MundoCrypto.

Lleva menos tiempo en el mundillo de las criptodivisas, pero, al menos hasta el descanso, el evento le ha aportado poco. “Las charlas están durando muy poco y son muy superficiales, y además la gente parece que no se lo toma en serio”, apunta.

No es la primera vez que la empresa de Thawani le decepciona. Llegó a pagar 500 euros por una formación de MundoCrypto. “Yo que tenía algún conocimiento, pagué por un mes de clases y todo fue muy genérico, no aprendí nada”.

Andrés zanja el asunto, ha venido a ver si alguna cosa podía interesarle, pero nada de lo que ofrece MundoCrypto en sus cursos: “Todo lo que he aprendido ha sido de manera autodidacta, el que te vende un curso vive de eso, de venderte una estrategia, no de llevarla a cabo”.

Guillermo y Borja, otros dos asistentes, no se muestran muy decepcionados con la primera parte, también porque sabían que no les iba a interesar demasiado. Están aquí para ver cuál es la mejor criptomoneda para captar inversión para un proyecto que están creando. “Se trata de unir a los aficionados al surf con las marcas a través del metaverso, y que puedan invertir con tokens y llevarse recompensas”, apunta Guillermo.

Para realizarlo, han creado una colección original de NFTs, obras de arte digital, que sacarán pronto, explica : “Se trata primero de que la gente vea que el proyecto es serio, que tiene algo detrás, justo lo que comentaba Pablo Gil en la charla”, explica Guillermo. Al menos hay dos personas que sí atendieron.

Entre un público mayoritariamente masculino, una mujer accede a hablar con El HuffPost bajo condición de que no salga su nombre. Admite que “no conoce” lo suficiente el mundo de las criptomonedas, y viene a estos eventos para formarse. En su opinión, la CNMV solamente busca “tocar los huevos” y no le interesa la polémica. Busca la formación que necesita.

Tras el descanso, se reanudaba el evento con un número de magia de menos de 10 minutos. Poco se puede añadir.

Fue lo más parecido a un mitin donde no faltaron loas al presidente de ese país, Nayib Bukele, sobre el que pesan acusaciones de vulneración de derechos fundamentales
Sobre la participación de la comitiva de diputados salvadoreños.

Llegó después el turno de una comitiva de diputados de El Salvador, uno de los pocos países que han adoptado el Bitcoin como moneda legal de curso, y que a consecuencia de su hundimiento ha comprometido toda su economía. Fue lo más parecido a un mitin donde no faltaron loas al presidente de ese país, Nayib Bukele, sobre el que pesan acusaciones de vulneración de derechos fundamentales, como informa El País en este reportaje.

El gran momento, una experiencia inmersiva en el metaverso en el que participarían los 7.000 asistentes al evento, llegó y con las mismas pinchó. El wifi se cayó, y después de un rato en el que la organización trató de arreglar el problema,  se dieron por vencido y pusieron un vídeo. La acción se anunció como un nuevo récord guinness, pero el resultado ha sido un gran fiasco.

Las actuaciones musicales y algunos concursos en vivo pusieron al público en pies en algún momento, pero en general, todo se movió en buena medida entre ese espectáculo y el sopor, convirtiéndose las gradas en auténticos gallineros y foros sobre inversión y movimientos de criptos. No hay duda de que Cristina Pedroche, Jorge Fernández y Pablo Chiapella no se han perdido gran cosa.