La escritora Ana Polo ha entrado en directo y ha contado algunas de estas manías que tiene Carlos III: desde que le planchen los cordones algo que, dice, es común en otras monarquías, a dormir, pase lo que pase, con las ventanas abiertas.
Ha revelado la experta que Isabel II tenía a parte de su séquito planchando una sábana durante una hora para que no tuviese ninguna arruga y que le gustaba el baño lleno a 18 centímetros y a 20 grados “con lo cual cada mañana la doncella tenía que ir con un termómetro especial a medírselo”.
Carlos III adquirió alguna de estas manías en el internado escocés “de una disciplina espartana” en el que pasó la infancia. En ese colegio, que era una especie de barracones que había utilizado el ejército y donde también estudió su padre, adquirió la manía de dormir con las ventanas abiertas de par en par sin importar el tiempo que hiciese.
Lo explica Ana Polo Las excentricidades de la reina Isabel II: "El baño tenía que llenarse 18 centímetros y a una temperatura de 20ºC" pic.twitter.com/XWYxMoelpD
Pero sin duda, la manía que más ha llamado la atención de Cristina Pardo es la que tiene que ver con lo que hace al salir de la ducha Carlos III. Según el programa, cuando el monarca sale del baño debe de haber una toalla extendida encima de una silla y así no tiene que hacer mucho esfuerzo para secarse.
Esa manía, ha contado Polo, se debe a que en el internado lo primero que hacía por la mañana era ducharse con agua gélida: “Dicen que antes de sentarse en esa famosa toalla lo primero que hace es una ducha de agua helada seguida de un baño bien calentito”.
Después de despedir a la invitada, a Pardo le ha entrado la risa y no ha tenido reparos en valorar lo de la toalla de “guarrada”. Además, ha señalado que todas estas manías se pueden tener porque no se lo tiene que hacer él. “Si te lo hace otro todo fenomenal, que te planchen hasta el calcetín”, ha afirmado la presentadora.
El féretro de Isabel II llega a Westminster
A las puertas del palacio Buckingham, todo preparado para despedir a la reina.
El féretro con los restos de la reina ha sido cubierto con la corona de Escocia, la pieza más antigua de Reino Unido, el estandarte real y una corona de dalias y rosas blancas.
Los cuatro hijos de la reina Isabel II —de izquierda a derecha—: el rey Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo.
Tras los hijos de la reina caminaban el príncipe Guillermo y el príncipe Harry, junto a Peter Philips, el hijo de la princesa Ana.
La princesa Ana durante el solemne desfile. La hija de la reina no se ha separado del cuerpo de su madre desde que falleció el pasado jueves.
El rey Carlos III y su hijo Guillermo, desfilando hacia Westminster.
El tercer hijo de la reina Isabel II, el príncipe Andrés, y tras él, el príncipe Harry. Ellos son los dos únicos miembros del cortejo principal que no lucían uniforme militar.
La reina consorte, Camilla, y la princesa de Gales, Kate, han hecho el recorrido desde el palacio de Buckingham hasta el de Westminster en coche.
Soldados del The Life Guard, el regimiento más antiguo del ejército británico, han custodiado el féretro de Isabel II.
Miles de personas han abarrotado las calles de Londres para seguir el desfile y decir adiós a su monarca.
El féretro de Isabel II entra en el palacio de Westminster.
El ataúd de la reina Isabel II llega al Salón de Westminster donde ha quedado instalada la capilla ardiente hasta el lunes 19, cuando se celebrará el funeral de estado.
El ataúd de la reina Isabel II en el salón de Westminster donde se ha instalado la capilla ardiente.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, y los duques de Sussex, Harry y Meghan, en un momento del oficio religioso celebrado por el arzobispo de Canterbury.
La familia real al completo entra en el salón de Westminster donde se ha instalado la capilla ardiente.
El príncipe Harry no ha podido evitar emocionarse en el acto religioso celebrado en honor de su abuela.
Camilla, Kate, Sofía y Meghan durante la celebración del oficio religioso.
La princesa de Gales y la condesa de Wessex, mujer del príncipe Eduardo, dirigen una mirada triste al féretro de la reina.
Harry y Meghan presentan sus respetos ante el féretro de la reina.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, abandonan la capilla ardiente al terminar el oficio religioso.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, abandonan la capilla ardiente al terminar el oficio religioso.
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Los hijos y nietos de la reina saludan al féretro a su paso. El rey Carlos III, la princesa Ana y el príncipe Guillermo, con saludo militar; el príncipe Andrés y Harry, vestidos de civil, inclinan la cabeza en se&ntil...
El féretro con los restos de la reina ha sido cubierto con la corona de Escocia, la pieza más antigua de Reino Unido, el estandarte real y una corona de dalias y rosas blancas.
El tercer hijo de la reina Isabel II, el príncipe Andrés, y tras él, el príncipe Harry. Ellos son los dos únicos miembros del cortejo principal que no lucían uniforme militar.
El ataúd de la reina Isabel II llega al Salón de Westminster donde ha quedado instalada la capilla ardiente hasta el lunes 19, cuando se celebrará el funeral de estado.
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, y los duques de Sussex, Harry y Meghan, en un momento del oficio religioso celebrado por el arzobispo de Canterbury.