Daenerys no está loca, está hasta el toto

Daenerys no está loca, está hasta el toto

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Atención: este post contiene spoilers de todas las temporadas de Juego de Tronos

Llevábamos siete años esperando a la octava temporada de Juego de Tronos. Muchos de nosotros con ansia, después del subidón que ha supuesto cada nueva entrega de una de las mejores series de la última década. Pero, después de cada una de las decenas de muertes inesperadas, de los giros argumentales y de tirarnos horas charlando y debatiendo sobre el final de la serie, los creadores se han ido a lo fácil (y más que predecible): dejar a Daenerys, una de las protagonistas, de ‘loca del coño’.

Su personaje, que era el favorito a ocupar el Trono de Hierro para muchos de los fans, ha cambiado de tercio en sólo dos capítulos, a pesar de que alguna vez había dejado entrever una pizca de tiranía. Pero ha evolucionado de una forma bastante predecible: tras siete temporadas liberando esclavos, salvando el mundo de los malvados y cuidando de sus dragones y de todo aquel que tiene cerca, Daenerys se vuelve loca como su padre y arrasa Desembarco del Rey, quemando a los civiles a lomos de su último dragón, Drogon.

A todos nos ha sorprendido ver cómo la madre de Dragones decide arrasar la ciudad a pesar de que los habitantes tocan las campanas para avisar de que se rinden. Incluso los personajes que más creían en ella, Jon Nieve y Tyrion Lannister, se quedan rollo “What the fuck?” cuando ven que a su reina se le ha ido la olla y le da por matar a ancianos, mujeres y niños.

Pero llegados hasta aquí, démosle una vuelta a esto: chavales... ¿cómo no se va a volver loca Daenerys? La tipa lleva años luchando por llegar al Trono de Hierro y la verdad es que no se lo han puesto fácil. Además, llega a Desembarco del Rey con la experiencia traumática de la muerte de Ser Jorah defendiéndola a mano de los caminantes blancos en su cara mientras ella presencia el final del hombre al que nunca correspondió.

Pero no contentos con eso matan también a su fiel acompañante Missandei, decapitándola ante la impotencia de la Targaryen. Y lo peor: ¡se han cargado a dos de sus hijos! Y uno de ellos ha revivido y ha vuelto a morir. Pero, ¿qué mujer aguanta siete temporadas con el peso de dar de comer a tres dragones enormes y miles de soldados? ¿Quién es capaz de gestionar sus poliamores —uno de ellos, por cierto, siendo su sobrino— y librar tantas batallas a la vez?

Y por último, Daenerys ha agotado todas sus fuerzas y sus tropas para salvar a Poniente de los caminantes blancos. Gracias en parte a ella y sus dragones —además de la épica aparición de Arya en el capítulo 3—, los personajes que tanto nos gustan no se han convertido en zombies caníbales. ¿Y así se lo agradecemos?

¿Nunca os ha pasado que habéis explotado por una tontería y os han llamado histéricas aunque en realidad acumulábais cientos de cosas por las que explotar? Pues eso. Daenerys no está loca como su padre, Daenerys ha acabado hasta el mismísimo toto. Y con razón.