Si sientes que después de dormir ves las cosas de otra manera, es por esto

Si sientes que después de dormir ves las cosas de otra manera, es por esto

La solución del insomnio a veces no está en lo que ocurre por la noche, sino en lo que hacemos con nuestras emociones durante el día.

dormirGETTY IMAGES

Dormir no cumple únicamente la función de dar descanso a nuestro cuerpo. El sueño nocturno también tiene que ver con las emociones y con los recuerdos. Muchas de las cosas que nos pasan en el día a día son ya sabidas y predecibles, y otras son irrelevantes. Lo importante (sabemos que lo es porque nos genera emociones) necesita almacenarse en nuestros archivos de memoria. Son nuestras referencias, nuestros aprendizajes vitales. Parte de este trabajo de almacenar la información significativa ocurre de día, pero como vamos de una cosa a otra, y no nos paramos todo el tiempo necesario a observar cómo nos sentimos, mucho trabajo se queda sin hacer.

Por la noche nuestro cerebro trabaja en lo que nos ha ocurrido en el día. Nuestro sistema nervioso va pasando de un sueño más profundo a activarse y generar los sueños (más frecuente en la llamada fase REM). Este cambio de sueño profundo a sueño REM se produce unas cinco veces cada noche. Los temas que nos han preocupado durante el día vuelven por la noche y se mezclan en nuestros sueños.

Todas las noches soñamos varias veces, pero generalmente a la mañana siguiente no lo recordamos. En este proceso de soñar, es como si el sistema nervioso tratase de hacer la digestión de nuestras experiencias y las emociones que todavía están asociadas a ellas, para que no nos dejen residuos. Estas emociones son metabolizadas y la información relevante pasa al archivo de los recuerdos. En los sueños vemos como nuestra mente asocia cosas de una forma aparentemente caótica, mezcla temas, y al hacerlo, está integrando información. De ese modo, cuando nos veamos en el futuro ante una situación similar, tendremos una pista de qué significa y qué podemos hacer.

Está comprobado que después de dormir podemos resolver tareas complejas que se nos resistieron el día anterior.

Muchas veces este proceso que ocurre mientras dormimos consigue deshacer gran parte de nuestros residuos emocionales. Se ha visto que después de dormir podemos resolver tareas complejas que se nos resistieron el día anterior. A nivel popular solemos decir cuando tenemos un problema “tendré que consultarlo con la almohada” o “tendré que dormirlo” porque intuitivamente somos conscientes de este efecto. Al levantarnos por la mañana parte de la carga se ha ido, y las soluciones se ven más claras o más factibles. A veces algunos sueños que sí recordamos parecen darnos una clave que no habíamos visto, o en ellos ocurren cosas que completan o terminan de otro modo situaciones vividas.

Esto no siempre funciona así de bien. En ocasiones los problemas son de envergadura, o a nosotros se nos hacen muy cuesta arriba, y se requiere algo más para buscar una solución. Otras veces no somos demasiado buenos resolviendo, y solemos girar en círculos alrededor de las dificultades, o ser crónicamente indecisos.

Nuestro cerebro puede ayudarnos por las noches, pero no hará milagros, hemos de ayudarle nosotros también. La solución para muchos problemas de insomnio no está en lo que ocurre por la noche, sino en cambiar lo que hacemos con nuestras emociones durante el día.

La solución para muchos problemas de insomnio no está en lo que ocurre por la noche, sino en cambiar lo que hacemos con nuestras emociones durante el día.

Cuando el modo en que regulamos nuestras emociones no es eficiente, dejamos para la noche más trabajo del que el cerebro es capaz de resolver. Nos cuesta dormir, o tenemos un sueño inquieto, nos despertamos con frecuencia y no nos levantamos descansados. Podemos tener pesadillas, que representan que lo que se estaba procesando, al cerebro se la ha hecho demasiado, y el sueño se interrumpe.

A veces la cosa se va complicando con el tiempo. Cuando tenemos situaciones en nuestro pasado que no están resueltas, muchas veces se cuelan también en nuestros sueños. En ocasiones recreamos esas experiencias de modo bastante literal y otras veces simplemente se repiten determinadas emociones que formaron parte de ellas. Estos sueños repetitivos representan nudos mentales que es interesante deshacer. Su significado es muy particular para cada persona.

Nuestras emociones y el modo en que las gestionamos y el modo en que dormimos por la noche se influyen además en las dos direcciones. Si dormimos mal tenemos menos paciencia, manejamos peor lo que sentimos y nos desregulamos más. Esto a su vez no beneficia al sueño nocturno. Por otro lado, dormir bien es importante no sólo a nivel psicológico sino también físico.

Nuestro organismo se repara y reequilibra en buena medida por la noche. Cuando no es así, todo se desajusta. Por ejemplo, un sueño poco reparador altera el metabolismo; se ha visto que dormir mal engorda.

¿Cómo solucionar todo esto? Lo bueno de que todo esté relacionado, es que podemos también resolverlo a muchos niveles. Demos importancia a dormir adecuadamente, y nos ayudaremos a nivel físico y también a nivel emocional. Cuidemos de nuestras emociones y dormiremos de forma natural y más placentera. Resolvamos nuestros temas emocionales pendientes, y no saturaremos a nuestro sistema nervioso por la noche.

  Lo bueno de tener un mal día, de Anabel González (Editorial Planeta).