Ona Carbonell: "La conciliación sigue siendo un tema tabú en el deporte"

Ona Carbonell: "La conciliación sigue siendo un tema tabú en el deporte"

La nadadora estrena 'Empezar de nuevo', donde relata su dura experiencia compaginando maternidad y competición y su experiencia en Tokio 2020 obligada a estar lejos de su hijo.

Cuando Ona Carbonell se propuso “empezar de nuevo”, el reto era mucho más que deportivo. La doble medallista olímpica en Londres 2012 y coleccionista de metales en mundiales y europeos quiso volver en Tokio 2020 tras haber dado a luz a su primer hijo un año antes de los Juegos.

No lo tuvo fácil. La capitana del equipo de natación sincronizada ni siquiera pudo tener a su pequeño con ella, porque el estricto protocolo anticovid del Gobierno de Japón lo impedía. Una situación que denunció públicamente en un vídeo casero que se hizo viral y que ahora se transforma en un documental, titulado precisamente así, Empezar de nuevo (ya disponible en Rakuten TV). “Porque no puede ser que estas cosas pasen aún hoy”, explica en una entrevista con El HuffPost.

Cuenta que no quería “abrirse en canal” para el documental, pero que sintió que “el relato valía la pena” y que era responsable sacarlo a la luz. Su testimonio llegará a 50 países, en cinco idiomas. En todos lanza el mismo mensaje: “La conciliación sigue siendo un tema tabú en el deporte”.

Se ven avances, explica Ona Carbonell durante la charla, “pero seguimos a años luz” de lo que sería deseable. Habla por ella, por todas sus compañeras que han sufrido situaciones similares y puede que hable de cara a un futuro cercano. La nadadora de sincronizada espera un bebé para el verano, a dos años de París 2024, algo que “ahora mismo no es mi prioridad”, pero para lo que no ha dejado de entrenar, aunque sea en modo “relax”.

Tu documental no es el convencional de un deportista que abre su vida y hace un repaso a toda su carrera. ¿Por qué quisiste hacerlo así, tan enfocado a tu experiencia de maternidad?

No fue una idea mía, me llamó Rakuten dos veces y dije que no porque soy muy celosa de mi intimidad y si había que hacer un documental sobre la maternidad y mi vuelta a los Juegos tendría que ‘abrirme en canal’ y abrir las puertas de mi familia. No lo veía claro, pero a la tercera vez que me lo dijeron sentí que el relato valía la pena y que era responsable de tener un altavoz tan grande y no usarlo para mostrar algo tan importante como es la conciliación, que sigue siendo un tema tabú en el deporte. La maternidad y el deporte de élite no van muy de la mano y sentí que tenía que explicarlo.

  Ona Carbonell, en un momento de la entrevistaSERGI GONZÁLEZ

Tu testimonio denunciando que no podrías estar con tu bebé en Tokio 2020 en la villa olímpica llegó a todo el mundo. ¿Sientes que ha servido para dar a conocer las dificultades que sufren muchas madres al intentar conciliar su vida personal y laboral?

Yo hice un vídeo casero que me grabó mi madre porque todo el mundo me preguntaba si iría con mi hijo, pero jamás pensé que llegara a The Washington Post o The New York Times, a un nivel de relevancia tan grande mundial. Debemos decir que el deporte ha evolucionado mucho en todos los aspectos pero muy poco o nada en la maternidad, la conciliación o la lactancia.

Desde ahí sentí que tenía ese altavoz y este documental es un reto deportivo, humano y social, de allanar el camino a las compañeras que quieran ser madres. Yo misma hubiera querido ser madre antes si no hubiera tenido esos miedos a renunciar a toda mi vida, mi carrera, las medallas... Pero esto no es así, se trata de explicar que no hay que renunciar a nada, se puede conciliar aunque hoy es muy difícil.

La pandemia dificultó que me pudiera llevar a mi hijo a los Juegos, pero no es solo la pandemia. Yo he estado en otros Juegos y casi nunca he visto a ninguna madre lactante
Ona Carbonell

¿Qué se puede hacer para ayudar a las deportistas en una situación similar?

Necesitamos que cambien muchas cosas de nuestro entorno, regulaciones, información, visibilidad, para llevarlo a cabo con naturalidad. Ahora está empezando a cambiar. Por ejemplo, la Federación de Fútbol va a dar bajas por maternidad, algo que no existía; mis sponsors me han apoyado al 100% durante mi baja, algo que antes parecía imposible. Hay muchas cosas mejorando pero en otras tantas seguimos a años luz.

Señalabas en tu vídeo que la negativa llega del Gobierno de Japón, que impuso un protocolo severísimo de semiconfinamiento para los deportistas. ¿Lo ves como un mero problema de miedo al covid, del Gobierno que quería limitar riesgos o es algo que va más allá?

Va más allá porque afecta a todo el mundo. Yo reivindico esto, pero sabiendo que soy una privilegiada, que tengo una estabilidad económica, que mi entrenadora, mis compañeras me han apoyado, como mis sponsors... En cambio, muchas mujeres en ámbitos que no son el deporte tienen imposible intentar ser lactantes. O hay muchas otras a las que aún les preguntan si van a ser madres en una entrevista de trabajo. Mi pequeña historia es del deporte y aquí siempre ha sido un tabú. Lo estamos empezando a romper, pero la conciliación no existe.

Obviamente, la pandemia dificultó que me pudiera llevar a mi hijo a los Juegos, pero no es solo la pandemia. Yo he estado en otros Juegos y casi nunca he visto a ninguna madre lactante. No está bien estipulado cómo poder viajar con tu hijo, que te garanticen su acceso, que te aseguren un cuidador mientras compites.  No puede ser que estas cosas pasen aún hoy.

  Entrevista a Ona CarbonellSERGI GONZÁLEZ

Lejos de tu hijo cuando iba a cumplir un año y casi encerrada en la habitación durante semanas, ¿cómo fue la mentalización y el día a día sin Kai?

Yo ya me fui sin mi hijo de cinco meses al preolímpico y al europeo, pero son competiciones de ocho o diez días. Los Juegos suponen estar fuera casi un mes, en la otra punta del mundo, y aguantar un mes sin la lactancia es casi imposible. Lo pasé mal, además coincidió su primer aniversario y como madre es duro, aunque me dicen que es peor cuando tenga cuatro (risas).

Para mí, la lactancia es importante como elección personal, siguiendo la recomendación de la OMS, y no poder compaginarlo, uff. La lactancia es una elección y tú asumes las responsabilidades y las dificultades que eso conlleva: el desgaste físico, emocional, la difícil organización con la nevera al lado de la piscina, todo el día con el sacaleches... Pero insisto, no puede ser que lo básico no esté regulado. Hay que evolucionar muchísimo.

En Tokio 2020 no solo se ha hablado de marcas y medallas. Además de tu situación, de las quejas de otros competidores, el caso de Simone Biles ha abierto un debate sobre salud mental en el alto rendimiento. ¿Empieza a entenderse que los deportistas tienen problemas y necesidades más allá de lo puramente deportivo?

Sí y es imprescindible para la sociedad y los jóvenes que nos ven como referentes o heroínas. Todo el mundo tiene problemas. Rafa Nadal no ha ganado siempre, ha caído, ha perdido y el ejemplo es que se ha levantado siempre y sigue esforzándose. El problema es que solo enseñamos las victorias y hay que explicar que en el camino pasan muchas cosas, una de ellas es la salud mental.

Todos tenemos momentos muy duros a nivel mental y emocional, es importante visibilizar que hay que tratarse. Yo toda mi vida he ido al psicólogo, a los mental coaches del centro de alto rendimiento para ayudarme a lidiar con según qué situaciones. Es algo normal y bueno porque significa que aceptas que alguien te puede ayudar.

Mirando al futuro, en verano volverás a ser madre, a dos años de París 2024. ¿Te ves mental y físicamente preparada para competir en esos Juegos?

Intento no pensar ahora en París 2024, la verdad. Sigo entrenando, sigo yendo con la selección, pero estoy haciendo un entrenamiento específico mucho más relax; la prioridad es mi ‘barriguita’. Mi idea es volver, pero quiero mi baja maternal que no tuve el año pasado. Quiero hacer de ‘mami’. Este año puedo leerle libros, bañarle, ponerle a dormir, disfrutar de esas cosas que el año pasado no pude.

Desde el primer día hablo con las ucranianas y me están enviando fotos y vídeos. Una está en un búnker, la otra encerrada
Ona Carbonell, sobre la guerra en Ucrania

Tu documental se estrena en la previa del 8-M y con la proclama de la lucha por la conciliación, otro de los ejes de las reclamaciones por la igualdad. ¿Qué opinas de esta fecha y lo que significa?

Ojalá llegue un día que no haya que celebrar el 8-M porque la igualdad sea total entre hombres y mujeres. No hay que ser tan negativos porque hemos evolucionado mucho en muchas cosas, pero queda camino aún. Yo hablo de la conciliación, una cuestión que todavía no se ha solucionado. Queda esa lucha. Bueno, esa y muchas otras.

Dando un salto a otro tema de máxima actualida, durante años tú has competido con nadadoras rusas y ucranianas y has estrechado lazos personales con algunas de ellas. ¿Cómo estás viviendo la guerra en Ucrania?

Es muy duro. Desde el primer día hablo con las ucranianas y me están enviando fotos y vídeos. Una está en un búnker, la otra encerrada... No pueden salir de casa porque es muy peligroso. Me cuentan que sufren por ellas, por su gente, por su país.

Desde la distancia no tiene nada que ver, pero todos sufrimos y te sientes mal porque no puedes hacer mucho más que hablar con ellas y preguntarles cada día. Ojalá pase pronto.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es