La Audiencia Nacional rechaza prisión provisional y medidas cautelares para Ghali

La Audiencia Nacional rechaza prisión provisional y medidas cautelares para Ghali

El líder del Polisario ha negado por videoconferencia las acusaciones de torturas en su contra y sostiene que es una batalla política contra los saharauis.

Brahim Ghali, el pasado febrero, en un acto en los campos argelinos de Tinduf.RYAD KRAMDI via Getty Images

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha interrogado este martes durante casi dos horas al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por dos querellas en las que se le acusa de presuntos delitos de lesa humanidad, genocidio y torturas, entre otros. Ghali ha negado estos hechos y ha asegurado que las querellas tienen fines políticos, contra su pueblo, el saharaui. El magistrado, finalmente, ha rechazado imponerle ningún tipo de medida cautelar o prisión provisional, como pedían las acusaciones. Esto quiere decir que podrá salir de España cuando se recupere.

Ghali ha comparecido por videoconferencia desde el hospital San Pedro de Logroño, en el que lleva ingresado más de un mes tras entrar de incógnito a España desde Argelia para ser tratado de Covid-19. Es la primera vez que un magistrado de la Audiencia consigue tomarle declaración desde la presentación de las querellas, pese a que se había intentado en años anteriores.

Las acusaciones habían pedido medidas cautelares (prisión preventiva y retirada del pasaporte) para que no pudiera abandonar España. El fiscal Pedro Martínez Torrijos no ha pedido, sin embargo, esas mismas medidas cautelares para el también presidente de la República árabe Saharaui Democrática (RASD), misma postura del abogado de la defensa. De ahí que la decisión final de Pedraz haya sido la esperada.

A sus 72 años, y aún con ingreso por delante, Ghali se ha comprometido ante Pedraz a colaborar en el esclarecimiento de los hechos que investiga, permaneciendo disponible y localizable para contestar nuevas preguntas en el futuro si fuera necesario, según fuentes jurídicas citadas por El País. Así, con este gesto de buena voluntad, intentará impedir que las peticiones de medidas cautelares, desde la retirada del pasaporte al encarcelamiento, prosperen.

dosNo hay riesgo de fuga

Según la informado en un comunicado la Audiencia Nacional, el magistrado ha acordado con Ghali que “aporte un domicilio y teléfono en España a fin de estar localizado”.

El juez señala que en el presente caso “no puede apreciarse riesgo de fuga alguno. No consta dato alguno para apreciar que el investigado pueda o quiera sustraerse a la acción de la justicia, máxime a la vista de que en cuanto ha tenido conocimiento de los hechos investigados se ha personado en la causa y ha accedido a la práctica de su declaración, incluso a la vista del estado de salud en el que se encuentra que bien le hubiera permitido a su defensa solicitar posponer la declaración”.

Además, recuerda que Ghali “no puede ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento, máxime a la vista de la fecha de los hechos investigados” y que “no se ha solicitado diligencias de prueba alguna y menos aún que el mismo pueda actuar contra bienes jurídicos de víctima alguna”.

Pedraz se escuda para su decisión, además, en las carencias de la acusación. “El informe de la acusación (que aparte su poder otorgado ha sido cuestionado) no ha suministrado elementos siquiera indiciarios (las declaraciones de los testigos en la causa no tienen prueba corroborativa y de ellas no se sigue una participación en los hechos del investigado), que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno; no bastando, por obvio, para acordar medidas cautelares personales el indicar que el Sr. Ghali entró en España ilícitamente”.

El líder del Polisario entró en nuestro país con pasaporte argelino -país que apoya a los saharauis y donde se encuentran los campos de refugiados de Tindouf- y con el nombre falso de Mohamed Ben Batouch.

Los hechos investigados

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 le ha interrogado en relación con la querella que interpuso contra él el activista y bloguero saharaui con nacionalidad española Fabel Breica por delitos de detención ilegal, torturas y lesa humanidad. Breica asegura cuando llegó a los campamentos de Tinduf en abril de 2019 fue amenazado por miembros del Frente Polisario para que los abandonara bajo la acusación de traidor, y acabó siendo detenido en un centro no identificado, donde se le sometió a torturas.

También se le ha preguntado por una querella anterior que durante años había sorteado, la de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadeh) por genocidio en concurso con delitos de asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones. Esta denuncia dio lugar a la apertura de las diligencias previas abiertas en su contra ya en 2008.

  Hospital San Pedro de Logroño, desde donde ha declarado Ghali. ANDER GILLENEA via Getty Images

Lo que digan los jueces

El ingreso del líder saharaui en España ha provocado una crisis con Marruecos que ha derivado en una entrada masiva de marroquíes y migrantes de otros países en Ceuta. Rabat exige que Madrid aclare su postura sobre el Sáhara Occidental y ha advertido que la crisis no se cerrará con la salida de Ghali de España. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha calificado de “inadmisible” que Marruecos justifique el “ataque de fronteras” por desavenencias en política exterior.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha pedido este martes respeto a la decisión que adopte el juez sobre Ghali, apelando a dejar trabajar con tranquilidad a la diplomacia para resolver la crisis abierta con Marruecos. Marlaska, juez él mismo, ha insistido en que la presencial del líder del Frente Polisario en España se debe a motivos puramente humanitarios y que hay que dejar que la justicia trabaje.

La situación vivida en Ceuta como represalia fue “extraordinaria y excepcional” y “no debería haber ocurrido”, pero el Gobierno, dice, protegió las fronteras, “lo mismo que los valores democráticos” españoles.

Ha defendido que es el momento de que trabaje la diplomacia, “de forma tranquila y sosegada” para que las aguas vuelvan a su cauce. Se ha negado a valorar si se espera un verano caliente de pateras en el Estrecho de Gibraltar y Canarias, nuevos saltos o más apertura de fronteras como la vivida en Ceuta hace dos semanas. Sólo ha insistido en que Marruecos y España son “dos socios importantes, relevantes, con relaciones fraternales”, que nuestro país es “el mejor aliado” de Rabat en la UE y que es necesario “seguir construyendo confianza” en las dos orillas.