Guerra en Ucrania: ¿qué efectos tendrá en la economía española?

Guerra en Ucrania: ¿qué efectos tendrá en la economía española?

La duración del conflicto macará el devenir económico a corto, medio y largo plazo.

Manifestación contra la guerraEFE

En una guerra nunca hay vencedores, tampoco en lo que a economía se refiere. El ataque del presiente ruso, Vladimir Putin, a Ucrania inaugura una etapa de incertidumbre en la que se espera una intensa volatilidad en los mercados y consecuencias económicas aún imprevisibles tanto para el gigante ruso como para Occidente. También para España. La duración del conflicto, los actos de guerra que lleve a cabo Putin y las sanciones históricas que se prevén por parte de la Unión Europea y Estados Unidos marcarán el devenir económico a corto, medio y largo plazo.

Al final, ha ocurrido lo que muchas voces preveían. Desde finales de 2021, el gobierno estadounidense venía avisando de las intenciones de Putin de ocupar Ucrania. Una tensión que se viene dando desde que en 2014 diversos territorios del este de Ucrania fueran reconocidos como propios por Rusia. La anexión unilateral de Crimea ese mismo año fue uno de los episodios históricos recientes que ponen de relieve el conflicto entre ambos países.

Más tarde, otras provincias como Donest y Luhansk fueron tomadas por separatistas prorrusos generando un territorio en conflicto que ya dura 8 años. Putin ha reconocido la secesión de estas dos regiones en contra del criterio del gobierno ucraniano y las leyes internacionales.

Desde la caída de la Unión Soviética en 1991, Ucrania ha sido un país independiente de la órbita del Kremlin. Con Putin, el anhelo a la vuelta del Imperio Ruso ha resucitado. Además, las intenciones de la OTAN para que Ucrania sea uno de sus miembros ha aumentado la paranoia del presidente ruso sobre su pérdida de influencia en Europa y el mundo.

Todo esto ha llevado al que ha sido¡ calificado ya como el peor ataque desde la Segunda Guerra Mundial. Si la OTAN responde a las acciones rusas en un conflicto armado, España tendrá la obligación como miembro de participar en él. Pero la gran cuestión es: ¿cuáles serán las consecuencias económicas para nuestro país?

El problema del gas natural

El conflicto de la OTAN con Rusia puede generar una gran crisis energética mundial en la que España se verá evidentemente afectada. Europa recibe el 40% ciento del suministro de este combustible de los gasoductos controlados por el Kremlin. No existen alternativas que puedan suplir este abastecimiento si Rusia decide cortar el grifo.

En España, el 10% del gas que se utiliza en el territorio proviene de Rusia. En volumen ocuparía el quinto puesto por detrás de Argelia (que provee el 35%), Estados Unidos (el 21,5%), Francia (el 12 %) y Nigeria (el 11,5%). Por este motivo no se vivirían problemas de abastecimiento.

La principal cuestión es que ya, como consecuencia inmediata, los precios del gas natural continúan su ascenso. Esto se debe a que las reservas de los países son bajas y existe una alta competencia para obtener este recurso. Esto, como ya se sabe, produce el encarecimiento de la electricidad en general ya que la energía más cara es la que determina el precio del resto.

Detrás de esta situación están las reglas del mercado energético marcadas por la Unión Europea en 2005 con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 cara a cumplir el protocolo de Kioto. Además, hay que tener en cuenta que el gas natural supone la cuarta parte de la demanda eléctrica del país.

La situación de las importaciones y exportaciones con Ucrania y Rusia

Ucrania ocupa el puesto número 38 en el ranking de naciones importadoras de productos a España. El valor total de las importaciones en 2021 alcanzó 1.283,53 millones de euros según lo indicado por el ICEX, lo que supone un 0,70% del total.

Una de las principales importaciones que recibe España de este país son los cereales (383,4 millones de euros). Según la Asociación de Comercio de Cereal y Oleoginosas, España adquirió 4,6 millones de toneladas de cereales procedentes de Ucrania en 2021, siendo el principal comprador de Europa.

En concreto, la mitad del maíz que se usa en nuestro país tiene su origen en Ucrania. ¿Qué pasa si se corta este suministro de esta materia prima básica? Los precios de los productos elaborados con este ingrediente subirían.

Una referencia se puede tomar con la anexión de Crimea. Se produjo una subida de hasta el 20% en productos esenciales afectando a alimentos básicos como el pan. Aunque aún no se ha producido ninguna interrupción, la situación es preocupante.

También se realizan otras importaciones importantes como los aceites vegetales (371,1 millones) que también tienen incidencia directa en el carro de la compra.

Las exportaciones a Ucrania son más reducidas. Ocupa el puesto número 53 en el ranking de países que realizan compra a España siendo un 0,21% del total. El valor alcanzado el año pasado sería de 631 millones de euros. Se vería afectado el sector del automóvil principalmente que realizó operaciones por valor de 87,72 millones el año pasado y el de los combustibles y lubricantes con un volumen de 48,13 millones.

En cuanto a Rusia, el volumen de importaciones fue de 6.033,26 millones de euros durante el 2021 ocupando el puesto 24 como proveedor. El combustible representa el 83% de esa cantidad. Además del ya comentado gas natural, España también compra petróleo (Rusia es el tercer productor del mundo). Evidentemente también se encarecerá el precio de este suministro si se produce desabastecimiento.

Las exportaciones realizadas por España en 2021 fueron por un valor de 2.213 millones de euros y se centraron sobre todo en el sector textil y el de maquinaria. Supusieron un total del 0,7%o del total. Estas se verían afectadas por las medidas sancionatorias impuestas por Europa a Rusia.

Qué pasa con las empresas españolas con relaciones con Ucrania y Rusia

En el sector empresarial la situación más difícil es para las 30 empresas españolas registradas en La Oficina Económica y Comercial de España en Ucrania y para las 131 en Rusia (según lo indicado por el Instituto Español de Comercio, ICEX).

Se encuentran empresas de todos los sectores. En esta situación se encuentran empresas tan conocidas como Tous, Lladró o Inditex. La firma española de Amancio Ortega tiene en Ucrania 527 tiendas y sería la más afectada si el conflicto se enquista, ya que se agravaría la crisis económica en el país y por lo  tanto disminuiría el consumo.

Además de ellas, hasta 15.000 empresas españolas mantienen relaciones comerciales con Ucrania o Rusia. Llegando a representar un volumen de facturación que alcanza los 11.300 millones de euros y que ahora se encuentra en una situación de incertidumbre.

Un sector que se verá especialmente afectado será el del turismo. En España llegaron un total de 1,3 millones de turistas rusos en 2019. Es un visitante muy deseado por el sector, ya no por el número de personas que nos visitan si no por el gasto que realizan. Alrededor de una media de 172 euros al día por persona en ese año. España es uno de los destinos favoritos elegido casi por el 60 por ciento de los viajeros rusos.

Las consecuencias a medio y largo plazo para la economía española

La mayor preocupación que se plantea es que todo este escenario va a causar una subida en la inflación que puede alcanzar una cifra récord. Según un análisis de la Fundación de las Cajas de Ahorros, a la previsión del 4,6% para el 2022 habría que subirle un punto. Si la situación no mejora, se podría llegar hasta el 6,5%.

El hecho de que la energía se encarezca repercute en los procesos productivos en general y esto provocará una subida general del IPC. Esto a su vez generará una frenada en el crecimiento del PIB. La confianza en los mercados se deteriorará y el crecimiento de la economía española se situará por debajo del 5,6% previsto.

Seguramente las economías de los hogares se verán mermadas y la capacidad adquisitiva, mermada. El consumo privado será mucho más reducido con todas las consecuencias que ello acarrea.

Esto también provocará un efecto en cadena en la que las exportaciones a otros países (como Alemania) afectados por el conflicto se verán reducidas. Es decir, la demanda tanto interna como externa se verán disminuidas. Todo esto hará bastante más difícil la tan deseada y necesaria recuperación económica generada con motivo de la pandemia.

Todo ello llevará a los Bancos Centrales a desarrollar políticas más estrictas que frenen el crecimiento. Se produciría una subida de los tipos de interés que es especialmente perjudicial para países como España que cuentan con más deuda pública sobre el PIB.

Un conflicto prolongado en el tiempo puede ser muy pernicioso para la economía española. Las previsiones de crecimiento no sólo se verían frenadas, sino que además empeorarían a no ser que la UE sirva, de nuevo, como balón de oxígeno para nuestras cuentas.