José Sacristán: "Gracias a todos los que me permiten seguir arando, sembrando y cosechando”

José Sacristán: "Gracias a todos los que me permiten seguir arando, sembrando y cosechando”

El actor ha recibido su Goya de Honor después de ser ovacionado por sus compañeros.

José Sacristán, con su Goya de Honor.Jesus Briones/GTRES

El Goya de Honor ya tenía el nombre asignado antes de que empezara la gala, pero no por ello la emoción ha sido menor. José Sacristán ha recibido su cabezón de manos de Nora Navas, vicepresidenta de la Academia, que lo ha introducido recitando los títulos de algunas de sus grandes películas.

Una vez en el escenario, Sacristán ha recibido una gran ovación del público, que habría sido más larga si el actor no hubiera insistido una y otra vez a sus compañeros que volvieran a sentarse en sus butacas.

“Escuchaba La niña de fuego en la voz del inmenso Manolo Caracol y me vino el barrunto de otras voces, otros sones, otros tiempos. Mi pueblo, su gente y su punto cardinal de su trajín, de su esfuerzo y su esperanza, del campo”, ha comenzado diciendo el intérprete. “En el campo, se sabe, hay un tiempo para labrar la tierra, echar la simiente y recoger los frutos”, ha continuado, haciendo una analogía con su carrera. 

“Gracias a todos los que con su confianza en mi trabajo me permiten seguir arando, sembrando y cosechando”, ha agradecido. 

También ha querido agradecer el galardón a su abuela, “su mejor espectadora”, a su mejor maestro, que es su tío Francisco, y a su tía Socorro. “Le preguntaría a mi hermana Teresa,’¿Cómo hiciste para tener tanta ternura en tus apenas 46 años?”, ha proseguido emocionado.

No han faltado las palabras para sus padres, Nati y el Venancio, y también para sus hijos, a los que ha agradecido que le hayan permitido “repetir las tomas” que no han salido bien a la primera. “Amparo, lo de siempre, que esté, que estemos, porque sin ella, sin su amor y su cuidado, no me quedaría otra que echar el alto”, ha dedicado a su mujer.

Por último, el intérprete ha querido dar las gracias a la Academia por haberle concedido el Goya de Honor. “Me siento orgulloso de ser uno de los doce primeros números de esta noble y esforzada tropa”, ha reconocido.

“Familia, amigos, compañeros, vecinos... Gracias por vuestra cordialidad y compañía, y muchas gracias al público, a todos esos hombres y mujeres que cada año, y hace la friolera de casi 60, bien en manojo o bien en ristra, me siguen comprando los ajos”, ha finalizado, para marcharse de nuevo entre el aplauso de los presentes.