Manuela Ortiz, experta en comunicación: "Cuando se están riendo de ti, haz esto y recuperarás el respeto casi al instante"
No se trata de la risa, sino de cómo uno responde a ella.

En conversaciones con grupos numerosos no siempre es fácil mantener el control del ambiente: una broma fuera de lugar, una risa inoportuna o un comentario con doble intención pueden convertir un momento normal en una situación incómoda. Saber cómo reaccionar ante esas burlas, sin caer en la confrontación ni quedar en silencio, es clave para preservar el respeto y la autoridad personal.
Por ello, Manuela Ortiz, periodista y coach vocal con amplia trayectoria, ha compartido un consejo práctico para quien sufre risas o burlas durante intervenciones en público. Según explica en un vídeo publicado en su cuenta de TikTok, no se trata de la risa, sino de cómo uno responde a ella. “Si te encoges o reaccionas agresiva, el ambiente se vuelve tenso”, señala la experta.
Para evitar una situación incómoda, Ortiz propone dos fórmulas cortas y elegantes para frenar las burlas sin perder la compostura. La primera de ellas marca un límite sin confrontación: “No sé si lo dices en serio pero prefiero que hablemos desde el respeto”. Con esta respuesta, la experta recomienda no entrar al ataque ni justificarte, sino señalar con calma lo que no es aceptable, devolviendo la conversación a un terreno profesional.
El control emocional
La otra fórmula que propone la experta sirve para reconducir el tono del grupo con calma: “Qué bien que estemos relajados ¿verdad? Aunque el tema del que vamos a hablar requiere que prestemos un poco de atención”. De esta forma, no se señala directamente a nadie, pero sí recuerda al grupo la importancia del momento, demostrando autocontrol y liderazgo comunicativo, y logrando que la atención vuelva al tema sin generar tensión ni incomodidad.
Ortiz, que trabaja desde hace años como entrenadora en voz y oratoria, insiste en que la clave está en el control emocional y en elegir el tono antes que las palabras. Estas fórmulas que propone funcionan porque combinan tres elementos: neutralizan la provocación, ponen el foco en la conducta y recuperan la responsabilidad colectiva sobre el tono de la reunión. De ese modo quien habla no entra al ataque pero sí marca un límite claro y profesional.
Con este tipo de recursos, Manuela Ortiz subraya que el respeto no se impone elevando la voz ni respondiendo con ironía, sino mostrando seguridad y coherencia en cada conversación. En un contexto donde las dinámicas de grupo pueden volverse imprevisibles, saber responder con calma y elegancia no solo desactiva la burla, sino que proyecta una imagen de liderazgo sólido y consciente.
