Lo importante no es (sólo) qué mascarilla llevas, sino cómo te la pones

Lo importante no es (sólo) qué mascarilla llevas, sino cómo te la pones

Sin una buena colocación, da igual la mascarilla que uses.

Un hombre con mascarilla pasa por delante de un grafiti del artista italiano TvBoy en Barcelona, titulado 'Las tres vacunas' en referencia a 'Las tres Gracias' de Rafael. JOSEP LAGO/AFP via Getty Images

En medio de un bombardeo continuo de información y de las dudas constantes sobre qué mascarilla es mejor en función de la actividad y la persona, quizás habría que poner el foco sobre otra cuestión: el tipo de mascarilla que uses es importante, pero más importante aún es cómo la lleves puesta.

Desde marzo han ido surgiendo evidencias sobre la utilidad de las mascarillas para la prevención de contagios de coronavirus entre otros patógenos—, y un año después de que comenzara la epidemia (casi) todo el mundo tiene claro que las mascarillas sirven. 

Esta semana, la máxima autoridad sanitaria en Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), emitieron un documento en el que recomendaban el uso de dos mascarillas a la vez para aumentar su efectividad frente a las nuevas variantes del virus más contagiosas. 

Las nuevas guías de los CDC detallan que lo mejor es colocarse una mascarilla de tela sobre una quirúrgica y de alta protección, y como alternativa sugieren una sola máscara de alta protección, del tipo N-95, con un refuerzo para que quede bien fijada.

Ni doble mascarilla ni FFP2 (al menos en España)

Este jueves, El HuffPost preguntó a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias en España (CCAES), su opinión sobre esta recomendación, y Simón explicó que la situación de Estados Unidos no se debe extrapolar a la de España.

“En principio el CDC recomienda una mascarilla quirúrgica por debajo de las mascarillas caseras no homologadas, que no cumplen una normativa como la que tenemos en España.  Las mascarillas homologadas que utilizamos en España tienen una capacidad de filtrado y una garantía de calidad muy alta; por lo tanto son contextos y situaciones diferentes”, señaló.

En este mismo sentido se expresó el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), Rafael Ortí, que en declaraciones a Efe dijo que “no hay que utilizar nunca” la doble mascarilla para protegerse del coronavirus, puesto que “no tiene ningún sentido”.

Ortí señala que cada mascarilla tiene su certificación para un uso determinado y cuando se utiliza la mascarilla quirúrgica —la más común—, cuya función es limitar la emisión de aerosoles y de gotas generadas durante el habla, “poner otra encima es absurdo”.

El Ministerio de Consumo ha endurecido esta semana sus normas sobre las mascarillas que pueden comercializarse en España. Simón explicó que, según las normas actuales, las mascarillas higiénicas tienen un nivel de filtración superior al 90%, “que es muy alto”; las quirúrgicas deben tener un nivel de filtrado hacia fuera superior al 95%; y las FFP2 tienen una filtración hacia dentro también en torno al 95%. 

Estos días se ha debatido mucho sobre si habría que hacer obligatorias las FFP2, como ha hecho la región alemana de Baviera para los espacios interiores. De momento, los expertos en España son reacios a ello, y aluden a que podría ser contraproducente. Su elevado precio podría llevar a que la gente se la cambiara con menos frecuencia, y eso repercutiría de forma negativa.

“Las FFP2 se utilizan en contextos de mayor riesgo [principalmente en el ámbito sanitario] para que la persona [que la lleva puesta] no se infecte, no para que no infecte”, apuntó Fernando Simón. Para evitar que la persona disemine aerosoles y, por tanto, no contagie a las personas con las que comparte espacio, habría que utilizar mejor una mascarilla quirúrgica.     

Sin una buena colocación, da igual qué mascarilla lleves

Además, muchos expertos recuerdan que la importancia no sólo está en la mascarilla, sino en el ajuste. “Si llevamos una higiénica muy bien ajustada el resultado final puede ser mejor que una FFP2 mal llevada”, explicaba la investigadora María Cruz Minguillón a La Voz de Galicia.

“Seguimos debatiendo qué mascarilla es mejor sin insistir en la importancia de la colocación. Y sin lo segundo, da igual lo primero”, recalcaba en Twitter la farmacéutica Gemma del Caño.

“Un hueco del 2% del área de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar”, apunta el químico José Luis Jiménez, que reconoce que “es difícil conseguir un buen ajuste de las FFP2 o N95, sobre todo en la nariz”, porque “tienen un problema de diseño”.

“Dudo cuando hay gente que propone N95 / FFP2 para todos. Si se llevan mal, por su forma, pueden crear más huecos que las de tela buenas, y al final funcionar peor”, admite Jiménez, que concluye que “hacen falta campañas intensivas de educación sobre ajuste, incluido en centros de trabajo”.

Sobre esta cuestión se pronunció también durante la rueda de prensa de este jueves la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón. “Muchas veces es más importante el ajuste, o llevarla bien colocada, que el tipo de mascarilla en sí”, reconoció Calzón en respuesta a El HuffPost. “Cuando se lleva en el codo, la capacidad de filtrado es nula”, ironizó. 

“Cuanto más ajustada mejor y cuanto más filtre mejor”, resumió Fernando Simón. “Cuanto mejor ajustada está la mascarilla, menos riesgo hay de que parte de los aerosoles que generamos al hablar o al respirar puedan salir; pero lo cierto es que las mascarillas no pueden ser completamente estancas, porque tenemos que respirar”, recordó.

Calzón insistió en la importancia de “no relajar el resto de medidas”. “La mascarilla es una medida fundamental, pero debemos seguir respetando la distancia, la higiene de manos, la ventilación adecuada de los espacios, evitar hacer desplazamientos innecesarios, etcétera. Todas esas medidas siguen siendo igual de importantes”, destacó la secretaria de Estado.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es