"Me tomo una y me voy" y otras mentiras de un viernes tarde

"Me tomo una y me voy" y otras mentiras de un viernes tarde

Seguro que tú también las has repetido muchas veces.

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Cuando llega el viernes vemos todo con otra perspectiva y nuestros días parece que se alargan y tienen 36 horas en lugar de 24. Te propones hacer todo eso que llevas posponiendo durante la semana, y a pesar de que ya contemplas dejar tiempo para tu vida social, eres muy optimista y piensas que te vas a recoger pronto. Los viernes están plagados de pequeñas mentiras que todos hemos dicho. Recopilamos algunas de las más recurrentes.

"Me tomo una y me voy"

Un clásico. Llega la hora de salir del trabajo y tus compañeros quieren ir a tomar algo al bar que tenéis cerca. Tú te animas pero con la promesa de que solo caerá una.

Tus compañeros y tu sabéis que probablamente es mentira, pero te empeñas en mantenerlo. Lo normal es que te den las cuatro de la mañana bajo la promesa de que no vuelves a beber o de que el próximo fin de semana no pisarás el bar.

"Mañana madrugo para ir al gimnasio"

El fin de semana te parece el momento perfecto para hacer todas aquellas cosas que se te resisten durante la semana. Poner lavadoras, dejar tu casa como los chorros del oro, tomarte algo con esos amigos que hace mucho que no ves y madrugar el sábado para ir al gimnasio y así empezar el fin de semana con buen pie.

Te pasas la tarde del viernes orgulloso y confiado con tu decisión, hasta te pones la alarma, pero cuando llega la hora de la verdad la apagas, te giras y sigues durmiendo.

"Yo solo a cenar y a una copa"

Quedas para cenar con tus amigos y ya están intentando liarte para salir hasta las tantas. Tú no estás por la labor y ya les adelantas que solo te quedas a tomar la copa de rigor después de cenar. Pero la carne es débil y te dejas llevar y acabas saliendo hasta que salga el sol.

"Voy a aprovechar para hacer recados"

Te prometes que saldrás pronto del trabajo para hacer todos esos recados que has pospuesto. Pero, casualmente, poco antes de irte a casa tus amigos te llaman para tomar algo en una terracita. ¿Cómo vas a decir que no? Al fin y al cabo, tienes todo el fin de semana por delante para seguir procrastinando.