¿Qué le puede pasar a mi coche si reposto siempre en una gasolinera 'low cost'?

¿Qué le puede pasar a mi coche si reposto siempre en una gasolinera 'low cost'?

Tienen la gasolina más barata que en las 'tradicionales'.

Repostaje de gasolinaGetty Images

Es el gran tema de conversación y preocupación de miles de personas en España en estos momentos. ¿Qué ocurre con el precio de la gasolina? ¿Por qué estos niveles históricos? ¿Qué diferencias hay entre unas gasolineras y otras?

Durante este último año el precio de la gasolina ha oscilado, debido a la guerra en Ucrania entre otras causas, llegando a subidas históricas. Ante esta situación, son varias las preguntas que se hace cualquier ciudadano que acude a repostar. Una de ellas es la de los distintos tipos de gasolineras y especialmente la figura de las gasolineras low cost, que en los últimos días han elevado sus ventas y se han ido dando a conocer más por los altos precios.

Con ello, hay gasolineras low cost que tienen precios bastante más bajos que las gasolineras tradicionales y que llegan a tener entre 15 y 20 céntimos el litro de gasolina más barato. Este tipo de gasolineras viven ahora su momento dorado, atrayendo a miles de conductores que ven que se pueden ahorrar una importante cantidad de dinero.

Ante esto, la duda surge al instante y muchos se preguntan si este tipo de gasolina es de la misma calidad que si se repostara en una gasolinera tradicional. “Es exactamente igual”, comenta José Cortes, presidente de la Asociación de Gasolineras Libres (AGLA). “Es combustible, es el mismo producto”, añade mientras recuerda que el producto base de la gasolina “es el mismo en todos lados, es una cosa que está regulado”. Concretamente, todas las estaciones de servicio que hay en España se nutren de un carburante que comercializa Exolum, la actual denominación de la Compañía Logística de Hidrocarburos.

Eso sí, hay una diferencia: los aditivos que se les añade a la gasolina (o diésel). Los productos químicos que se les incluye cambian en si es una gasolinera tradicional o low cost. Estos aditivos se echan en algunos casos con el objetivo de tener mejoras en el propio combustible como la eficiencia de la combustión. Y esto es lo que se añade en las gasolineras ‘de toda la vida’ y lo que no llegan a hacer, en gran medida, las low cost. El combustible es de buena calidad, explican, pero sin esos extras que hay en las gasolineras a las que estamos acostumbrados y que le dan mayor calidad.

“Las gasolineras tradicionales mejoran las propiedades con los aditivos. Mejoran el rendimiento del motor a largo plazo porque aumentan su lubricidad y reducen su consumo y a reducir su consumo también se reducen las emisiones de CO2”, señalan desde la AOP, donde sí se indica que “a largo plazo” repostar en gasolineras tradicionales “es beneficioso para el motor ya que es un carburante que tiene más calidad”.

La bajada de precio respecto al resto de gasolineras se debe -además de una táctica comercial- a que las low cost no tienen otros gastos en servicios que sí aportan las otras. Las low cost apenas cuentan con infraestructuras y no tienen servicios al cliente como autolavado, venta de productos (tienda), servicios. Incluso algunas low cost solo cuentan con un trabajador o ni eso al ser gasolineras autoservicios con pago automático. Eso hace que sus costes operativos sean mucho más bajos.

Desde GasExpress, una de estas gasolineras low cost, indican que la diferencia de precio viene dada del margen que dan en base a dos variables: la inversión que hacen es bastante inferior a la de las gasolineras tradicionales y el coste operativo es también más bajo. “Nosotros tenemos una inversión inicial inferior: nuestra instalación es más automatizada, tenemos parcelas más pequeñas, no tenemos tiendas, en vez de tener ocho surtidores tenemos dos...”, explica José Manuel Costa, de GasExpress.

Eso va de la mano con el coste que tienen que pagar por el sitio en el que se sitúan: “pagamos alquileres más bajos o podemos funcionar sin trabajadores, aunque nosotros tenemos dos por estación”. Todo ello hace que los costes para la empresa sean más bajos y “esa reducción la aplicamos al precio”.

Por su parte, José Cortes se queja de que estos precios de las gasolineras low cost “se están cargando la competencia” y que “no es un precio real” por lo que se podría estar realizando una técnica de dumping. “Están poniendo un precio por debajo del precio de costo”, añade. Y es que ahora el precio de compra está incluso por encima que el de venta, algo que ya avanza que seguirá subiendo el precio. Las low cost lo que hacen es bajar ese precio, llevándolo hasta por debajo de lo que cuesta ahora comprarlo.

Así, el combustible que se echa en una gasolinera low cost es totalmente válido, el mismo que se reposta en el resto de gasolineras, pero no tiene unos aditivos que hacen que el carburante sea de más calidad. Al vehículo “no le afecta en nada” en el día a día pero el motor “se beneficia” con carburante de más calidad “a largo plazo”, expresan los expertos.