Compra un billete perfectamente legal y al embarcar es empujado "al rincón de los perdedores" junto a su hermano
"Las normas lo permiten, pero es un modelo que no funciona".
Detjon Begaj, concejal de la ciudad italiana de Bolonia, ha relatado su desventura con una práctica de las aerolíneas, que venden más billetes que plazas disponibles hay en los aviones. "Todo se descubrió en el aeropuerto y hubo mucha burocracia para los reembolsos. Las normas lo permiten, pero es un modelo que no funciona", ha clamado.
"Me dejaron a un lado en el rincón de los perdedores" frente a la puerta de embarque del aeropuerto, mientras todos los demás embarcaban, incluso habiendo comprado un billete perfectamente legal, ha denunciado, según ha informado el medio Corriere di Bologna.
Además, ha señalado que "esto puede ocurrir cuando las aerolíneas sobrevenden, vendiendo más billetes que asientos disponibles". "Esta es una estrategia que muchos adoptan ahora para minimizar la pérdida de esos asientos que a menudo quedan vacíos. Pero también es una experiencia que, aunque completamente legal, parece absurda e injusta para quienes la viven en primera persona", ha afirmado.
Begaj y su hermano esperaban reunirse con su familia en Albania, pero el viaje sufrió un cotratiempo. El concejal ha explicado que tenían un vuelo de Bolonia a Tirana a las 8:40, "donde nos esperaban nuestros padres". "Fueron unas vacaciones muy deseadas e incluso planeadas, porque no es fácil compaginar la disponibilidad de todos en una reunión familiar", ha contado.
Ambos habían comprado sus billetes con Wizz Air: una compañía que, como ha señalado Begaj, "cubre el 55% de los vuelos desde Tirana", casi "el mismo papel que Ryanair en Bolonia". Según su reconstrucción, los primeros problemas surgieron cuando la aerolínea húngara les negó la facturación a través de Internet, a pesar de no llevar equipaje de mano. Al llegar al aeropuerto Marconi, les dieron billetes sin asientos asignados: fue entonces cuando descubrieron que "la aerolínea se reservaba el derecho de sobreventa".
Una desagradable sorpresa que presagia horas de cola y una ruleta rusa sobre el destino del viaje, ya que la única forma de partir es esperar hasta el final para ver si aparece alguien. Tras una larga espera, Begaj ganó esta "absurda lotería".
Sin embargo, su hermano no tuvo la misma suerte, así que los dos, decidieron quedarse en tierra: "Nos acompañan a los 12 perdedores de vuelta, y empiezan a explicarnos cómo funcionan los formularios, la solicitud de compensación y la posibilidad de conseguir más billetes".
