En Japón los nuevos pisos cada vez tienen menos ventanas y los expertos alertan del riesgo detrás de rebajar costes
Puede tener serios efectos en la salud mental.

En Japón, los edificios nuevos están adoptando una tendencia cada vez más marcada: la reducción del número y tamaño de las ventanas. Este cambio, que responde a varios factores, como la eficiencia energética, la privacidad y la seguridad, está transformando la manera en que se conciben las viviendas en el país.
Hasta hace poco, las viviendas con ventanales enormes eran vistas como atractivas, ya que ofrecían amplias vistas y abundante luz natural. Sin embargo, con el paso del tiempo, las preocupaciones prácticas han ganado terreno.
La revista japonesa Sumikai asegura, citando a la Asociación Japonesa de Fabricantes de Marcos, que en 2023 se registró un promedio de 15,7 ventanas en alrededor de 3.000 viviendas nuevas, lo que representa una disminución de 4,2 ventanas respecto a 2015. El aumento de los costes de construcción en Japón ha influido en esto, pero también la comodidad de los ciudadanos.
Los residentes de estas nuevas casas aseguran que, aunque las ventanas en sus viviendas sean más pequeñas, siguen recibiendo suficiente luz natural, al tiempo que disfrutan de un mejor aislamiento térmico. En efecto, con menos ventanas, las casas mantienen la temperatura interior de manera más eficiente, lo que reduce los costes de calefacción en invierno y de refrigeración en verano.
De hecho, se ha demostrado que alrededor del 70% del calor entra en las viviendas a través de las ventanas, lo que lleva a los constructores a priorizar el aislamiento de las paredes en lugar de la instalación de costosos marcos y vidrios especiales.
En 2022, Japón modificó su normativa de construcción, permitiendo que las ventanas cubran solo una décima parte del espacio habitable, en lugar de una séptima parte como se estipulaba antes. El objetivo de esta reforma es fomentar la construcción de edificios más eficientes en términos energéticos, lo que ha impulsado aún más la tendencia.
Riesgos para la salud mental
A pesar de los beneficios, los expertos advierten también sobre posibles riesgos. Tsuneari Ikaga, profesor emérito de la Universidad de Keio, señala que aunque la reducción de ventanas puede ahorrar costes, también podría tener un impacto negativo en la calidad de vida de los residentes, especialmente en lo que respecta al bienestar emocional, ya que reducir excesivamente la exposición a la luz natural puede derivar en problemas de salud mental.
Para equilibrar los beneficios de la eficiencia energética con el bienestar de los habitantes, el Gobierno japonés ha lanzado programas de subsidios que promueven el uso de ventanas energéticamente eficientes, como las de doble acristalamiento. Además, las constructoras se están adaptando, implementando soluciones innovadoras como claraboyas y ventanas de techo inclinado, para seguir garantizando la entrada de luz sin comprometer el aislamiento.
