Erika, la mujer de Charlie Kirk que tratará de afianzar su legado al frente de la organización ultra Turning Point USA
Este domingo, y en contraposición a Donald Trump, Erika Kirk perdonó al asesino de su marido. El presidente, en cambio, aseguró "odiar a sus oponentes", algo que "enfadaría" al propio activista ultra Charlie Kirk.

En una de las dos llamadas que Donald Trump realizó a Erika Kirk tras el asesinato de su marido, Charlie Kirk, el presidente de Estados Unidos le preguntó qué podía hacer para apoyarla. Erika contestó: "A mi marido le encantaba hablar con usted y usarlo como su asesor para todo tipo de cosas. ¿Podríamos mantenerlo?" "Por supuesto", confirmó Trump. El republicano y Erika Kirk se conocen desde 2012, cuando Trump era el propietario del certamen Miss USA y ella se coronó como Miss Arizona. Ahora, Erika Kirk no solo mantendrá una cercanía con el presidente de Estados Unidos por su condición de viuda del famoso activista de la extrema derecha, sino también por suceder a su marido como CEO en Turning Point USA, la millonaria organización juvenil fundada por Kirk y que cada vez cuenta con más adeptos. "El llanto de esta viuda resonará en todo el mundo como un grito de guerra. No tienen ni idea del fuego que acaban de encender en esta esposa", avisó Erika Kirk en su primer discurso público tras el atentado.
A pesar de esa agresividad discursiva en su primer discurso tras la muerte de su marido, este domingo, durante una suerte de funeral del Estado de Charlie Kirk, Erika optó por alejarse de la violencia impulsada por Donald Trump. Mientras Kirk perdonó a Tylor Robinson, el acusado por el asesinato, porque "es lo que Cristo hizo" y "es lo que Charlie haría", el presidente estadounidense prefirió destacar lo que le diferenciaba del activista. "Él no odiaba a sus oponentes, quería lo mejor para ellos. Ahí es donde yo discrepaba con Charlie. Yo odio a mis oponentes y no quiero lo mejor para ellos", espetó Trump, quien además añadió: "Lo siento. Lo siento, Erika". "Ahora Erika puede hablar conmigo y tal vez pueda convencerme de que no está bien, pero no soporto a mi oponente", insistió Trump entre risas. Y aún más: "Charlie está enfadado. Miren eso, está enfadado conmigo porque no estaba interesado en demonizar a nadie", dijo.
En Estados Unidos, los republicanos, sobre todo los más trumpistas, confían en que la muerte de Charlie Kirk les dé un impulso aún mayor. La gran pregunta es qué hará Erika Kirk, ya al frente de Turning Point USA, y si será capaz de mantener el alcance de su marido. O hasta qué punto dejará que Trump y los suyos la utilicen. Pese a que durante años Erika ha defendido que el destino y el papel fundamental de la mujer ha de ser el de casarse, tener hijos y convertirse en sostén del hombre. "Me encanta someterme a Charlie. [...] Como mujer, estas destinada a ser la guardiana de tu hogar, la ayuda de tu marido. [...] Conviértete en esa esposa bíblica que debes ser para tu marido y honra el orden que dios creó para el matrimonio", defendió entre otras cosas.
Aunque ahora está convencida de ocupar un papel público relevante, no es que no lo tuviera ya. Antes de casarse con Charlie, Erika se especializó en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Arizona y cursó un máster en Derecho Estadounidense en la Universidad Liberty. Como su marido, también tenía un pódcast, una marca de ropa y acostumbraba a acompañar, incluso participar, en algunos de los eventos de Turning Point. Al igual que Charlie, Erika Kirk se ha sabido manejar a la perfección en un mundo populista, hiperdigital e inmerso en una profunda batalla cultural en la que las emociones mandan. En su caso, con la religión siempre en el centro de toda discusión. "Nuestra batalla es una guerra espiritual", dijo hace unos días. Según recoge The Washington Post, Andrew Kolvet, portavoz de Turning Point, aseguró que Erika "fue parte de todas las grandes decisiones" de la organización, eso sí, "silenciosamente" y "a puerta cerrada".
Tal y como explica Julie Miller en Vanity Fair, a partir de ahora, y "emergiendo de la sombra de su marido, Erika está lista para convertirse en una cara más visible del movimiento antifeminista junto a personas como Phyllis Schlafly, Alex Clark, Candace Owens y Riley Gaines", las tres últimas activistas actuales de la ultraderecha estadounidense y miembros de Turning Point. Candace Owens es, de hecho, la influencer que esparce la teoría conspirativa acerca del sexo biológico de la mujer del presidente francés, lo que le ha ganado una denuncia de Emmanuel y Brigitte Macron.
Desde el asesinato de Charlie Kirk, su organización está recibiendo un interés como nunca antes. Según anunció su portavoz, en apenas unos días han recibido "más de 60.000 solicitudes para crear nuevas filiales en campus universitarios", cuando, según The Boston Globe, "el grupo cuenta actualmente con 3.500 filiales en campus universitarios y escuelas secundarias de todo el país". Turning Point, además, no es solo una organización ultra que busca "fomentar una revolución política en los campus universitarios", sino que también es una recaudadora de fondos monumental para las elecciones. Es, de hecho, de las que más dinero recauda para el movimiento MAGA.
Cuando Erika Kirk descendió del avión presidencial que llevaba el cadáver de Charlie Kirk a bordo, muchos compararon su imagen con la imagen de Jackie Kennedy, mujer del también asesinado presidente Kennedy. Claro que pensar, piensan bien distinto.
