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España se alía militarmente con el país pacífico que quiso tener armas atómicas

España se alía militarmente con el país pacífico que quiso tener armas atómicas

El inicio de acuerdo fue compartido por el Ministerio de Defensa hace unos días.

Desfile militar del ejército español en AlmagroGetty Images

Hace unos días tuvo lugar un encuentro entre la ministra de Defensa, Margarita Robles y el embajador sueco en España, Per-Arne Hjelmborn, donde ambos trataron diversos asuntos centrados en materia militar. Uno de los temas de los que hablaron fue el de la cooperación militar entre los dos países.

Este fue uno de los asuntos centrales que abordaron, y todo hace indicar que España y Suecia comenzará a colaborar en el ámbito industrial en lo que a Defensa se refiere, tal y como adelantó el medio digital El Debate.

Este pacto llama especialmente la atención, ya que históricamente, Suecia siempre ha mantenido un perfil bajo militarmente, aunque el mundo actual ha obligado al Ejecutivo sueco a tomar decisiones mucho más drásticas y decididas que en el pasado. Así, desde el Ministerio de Defensa español se comunicó el "interés en incrementar la cooperación en materia de Defensa", especialmente en lo que se refiere "al apoyo a la industria de defensa española" con Suecia.

Hay que destacar que este interés mutuo en crear "nuevas oportunidades de colaboración" entre ambos países llega 10 meses después de la entrada del país nórdico en la OTAN.

Con este pacto, tanto España como Suecia confirman la mejoría entre ambos países en materia militar, principalmente gracias a la firma Saab, que actualmente tiene varios acuerdos de colaboración con las españolas Grupo Oesía o Sener. Ahora, con esta alianza, se pretende que Suecia apoye a España en ámbitos como el desarrollo de radares, mandos o control.

Suecia, un país particular: pacífico pero con aspiraciones atómicas

Como decíamos antes, Suecia siempre se ha mostrado partidaria pasiva y activamente de una postura pacífica y de no agresión, aunque en el pasado contó con algún que otro episodio en el que intentaron adquirir armas atómicas.

Todo se remonta al ataque atómico estadounidense sobre Hiroshima en 1945, un episodio que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, y lógicamente, también en el aspecto militar. Esa línea roja, que nunca había sido traspasada provocó que muchas potencias intentarán hacerse también con potencial nuclear ante la posibilidad de un nuevo conflicto internacional. De esta forma podrían atacar, responder o disuadir a los potenciales enemigos.

Afortunadamente para la humanidad, el sentido común se impuso en aquel momento, y se llegó a un consenso de no utilizarlas bajo ningún concepto, estableciendo unos mínimos con el objetivo de que no se desatase una guerra nuclear entre potencias que habría puesto en serio peligro la supervivencia humana dado el inmenso poder destructivo de estas armas.

Pese a ello, y al posicionamiento neutro de Europa, Suecia se consideró en inferioridad, ya que no contaba con dicho potencial, de forma que tras la II Guerra Mundial, comenzó a interesarse por desarrollar armamento nuclear que en un momento dado pudiera servirle de protección. Esta labor recayó en manos del Instituto Nacional de Investigación Defensiva (FOA).

Sin embargo, las aspiraciones suecas cayeron en sacos rotos, ya que se toparon con varias barreras infranqueables, como fue la negativa de los científicos americanos y de la OTAN, que no veían con buenos ojos que ningún otro país se armara nuclearmente, en un clima especialmente convulso e inestable durante la Guerra Fría.

La Guerra de Corea y la de Vietnam alejaron el peligro de Europa

A este hándicap se le unió la complicación de obtener el demandado y escaso uranio, por lo que decidieron cambiar de camino y decantarse por desarrollar una bomba de plutonio, de forma que en 1948 se planeó un reactor especial para crear dicha bomba. 

Finalmente, cuando todo estaba preparado para iniciar el proceso, el estallido de la Guerra de Corea (en 1954), que enfrentó al bloque occidental con Rusia, y ante el miedo de que el desarrollo de una bomba atómica pudiera precipitar una invasión por parte de alguna de las dos potencias, el Parlamento sueco decidió no dar el paso.

Con el paso de los años, el final de la Guerra de Corea, el inicio y final de la de Vietnam, y la caída del Muro de Berlín, hizo que la tensión en Europa se diluyera y con ella el final de las posibles amenazas sobre Suecia, por lo que la bomba nuclear dejó de ser una prioridad y pasó a un segundo plano.