El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, ha lanzado esta semana una seria advertencia sobre los riesgos globales de una nueva carrera armamentista nuclear si Ucrania es derrotada por Rusia. 

"Si Ucrania capitula después de haber acordado desprenderse de sus armas nucleares a cambio de garantías de seguridad, se enviará la señal de que la única garantía de seguridad definitiva es la posesión de armas nucleares", ha explicado en Washington durante una mesa redonda organizada por el Atlantic Council recogida por Forbes.

Barrot ha alertado que la caída de Ucrania podría provocar "una crisis de proliferación nuclear que aumente otra vez la inestabilidad global a niveles que no hemos visto en los últimos 80 años". 

Haciéndose eco de estos temores, el exembajador de EEUU en Ucrania, Steven Pifer, ha coincidido en que "la guerra de Rusia contra Ucrania puede hacer que los países que limitan con un estado con armas nucleares consideren si deben adquirir armas nucleares".

"Consecuencias duraderas"

Ucrania renunció a su arsenal atómico en 1994 después de heredar cerca de 2.000 ojivas nucleares soviéticas. A cambio, recibió garantías de seguridad de Rusia, EEUU y Reino Unido bajo el Memorándum de Budapest. Sin embargo, la invasión rusa en 2022 rompió ese pacto, desencadenando dudas sobre el valor real de estos compromisos.

"Si Ucrania capitulara", insiste Barrot, "esto tendría consecuencias duraderas y de gran alcance para todo el mundo porque básicamente reemplazaría el orden internacional basado en reglas por la ley del más fuerte".

Algunos expertos sostienen que esta señal podría empujar a otros países, especialmente de Europa del Este, a buscar sus propios programas nucleares. "Ya hemos visto preguntas planteadas en Polonia y Alemania sobre la fiabilidad de la disuasión nuclear extendida de EEUU", concluye Pifer.

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