Rusia ha sufrido grandes dificultades en la mecanización de sus fuerzas armadas desde que comenzó la invasión de Ucrania. Un reciente análisis de Resurgam, recogido por Wirtualna Polish, revela que, desde 2022, más de 4.000 tanques rusos han sido retirados de servicio, lo que representa el 54% de los vehículos aptos para restauración. 

Aunque todavía existen aproximadamente 3.500 tanques en almacenes, su estado técnico es tan deteriorado que la mayoría de ellos solo pueden utilizarse como fuente de piezas de repuesto.

Problemas de producción y renovación

Uno de los principales factores de este problema es que la capacidad de producción de tanques en Rusia ha disminuido drásticamente. En 2022, la tasa de fabricación era de 120 tanques mensuales, pero para finales de 2023, esta cifra había caído a 90. En 2024, la industria rusa solo pudo producir entre 33 y 75 vehículos al mes, terminando el año con 50 unidades fabricadas. 

A principios de 2025, la producción se redujo aún más, a tan solo 30-35 tanques mensuales. Este descenso se debe en gran parte a la escasez de tanques T-80 para restaurar, lo que pone en peligro la capacidad de Rusia para mantener una flota mecanizada efectiva.

Por su parte, las pérdidas de tanques rusos también han disminuido. En el periodo de septiembre a noviembre de 2024, Rusia perdió entre 300 y 400 tanques al mes, pero entre diciembre de 2024 y enero de 2025, este número se redujo a entre 200 y 240 unidades. Esta caída en las pérdidas refleja la disminución de la capacidad de combate de Rusia, que enfrenta una creciente escasez de equipos.

Tanques prometedores para el futuro

A pesar de estos desafíos, se estima que alrededor de 1,2 mil tanques de los almacenes rusos pueden volver al servicio con reparaciones significativas. Sin embargo, la creciente escasez de vehículos de combate ha obligado a Rusia a explorar soluciones alternativas para mantener la eficacia de sus fuerzas armadas, cada vez más limitadas.

En cuanto a los tanques más avanzados de Rusia, los analistas destacan el T-90M Proryv, considerado como uno de los diseños más avanzados disponibles en las filas rusas, con un cañón de 125 mm, un sistema de control de tiro modernizado y blindaje reactivo explosivo Relikt, que lo hace resistente a varios tipos de proyectiles.

Además, se mencionan los tanques T-80BWM, que, aunque no son tan avanzados como el T-90M, siguen siendo una de las mejores máquinas de combate de las fuerzas mecanizadas rusas, destacándose por su blindaje reactivo y su potente motor de turbina de gas.