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Los Veintisiete piden acelerar el rearme de Europa y se comprometen a disparar el gasto en defensa

Los Veintisiete piden acelerar el rearme de Europa y se comprometen a disparar el gasto en defensa

Bruselas cierra una cumbre marcada por la presión militar, la amenaza de Donald Trump y la cuenta atrás para evitar una guerra comercial total con Estados Unidos.

El presidente del Consejo, Antonio Costa, rodeado de líderes europeos en la cumbre en Bruselas.SIERAKOWSKI FREDERIC

Europa ha decidido acelerar su carrera armamentística. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete han acordado este jueves dar un impulso sin precedentes al gasto militar en la Unión, con una hoja de ruta que permitirá alcanzar las capacidades exigidas para 2030. La Comisión Europea y la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, asumirán la tarea de definir los pasos concretos, con revisiones periódicas —la primera en octubre— para mantener la presión alta.

“Queremos gastar mejor: invertir juntos, de manera más racional, más eficiente, como un equipo”, ha resumido António Costa, presidente del Consejo Europeo. Las conclusiones de la cumbre son rotundas: los líderes reclaman “seguir aumentando sustancialmente el gasto en defensa y seguridad de Europa”, aprovechar los mecanismos de financiación disponibles y evitar duplicidades que resten eficiencia.

La referencia es clara. En plena coordinación con la OTAN —que ha marcado el 5 % del PIB como referencia de gasto militar en la próxima década—, la UE quiere evitar que cada Estado miembro desarrolle por separado sistemas redundantes. “No necesitamos replicar las mismas capacidades 27 veces. Lo que necesitamos es un sistema común que disuada la agresión”, insistió Costa.

España ha ratificado su compromiso con este plan, aunque mantiene su propio modelo. Pedro Sánchez ha defendido el 2,1 % del PIB como cifra suficiente para cumplir con las capacidades asignadas por la Alianza Atlántica. “No hay improvisación, hay un trabajo técnico de nuestras Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa que el Gobierno respalda”, afirmó. “Nuestro compromiso es firme con la OTAN, pero también con el Estado del bienestar”.

Un propuesta arancelaria de EEUU en plena cumbre

La cumbre también estuvo marcada por la irrupción, en tiempo real, de la última propuesta de Estados Unidos para evitar una guerra comercial con la UE. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, confirmó que Bruselas recibió este jueves el documento con la oferta final para alcanzar un acuerdo antes del 9 de julio, cuando expira la actual tregua arancelaria entre ambos bloques.

“El mensaje hoy es claro: estamos dispuestos a llegar a un acuerdo. Pero al mismo tiempo, nos preparamos para la posibilidad de que no se alcance un resultado satisfactorio”, explicó Von der Leyen. “Todas las opciones siguen sobre la mesa. Defenderemos el interés europeo si hace falta”.

Trump amenaza desde hace meses con imponer nuevos aranceles al acero, el aluminio y los automóviles europeos, en especial a países que no alcanzan el umbral de gasto militar exigido por la OTAN. Aunque España no ha recibido un ataque directo en la cumbre, el contexto no se le escapa a nadie.

Pedro Sánchez ha apoyado el proceso liderado por la Comisión y ha reiterado su confianza total en Von der Leyen. También ha querido recordar que España tiene una posición específica: “Tenemos un déficit comercial con Estados Unidos. Es un dato relevante que debe tenerse en cuenta”, ha remarcado.

Los socios europeos han apremiado a Bruselas para cerrar el pacto cuanto antes. “Un acuerdo es siempre mejor que un conflicto. Y cero aranceles es siempre mejor que un arancel”, señaló Costa. El presidente francés, Emmanuel Macron, fue aún más directo: “No es bueno para nosotros. Mientras no se cierre un pacto, se aplican aranceles exorbitantes. Apostamos por un acuerdo pragmático de cero aranceles”. Y el canciller alemán, Friedrich Merz, insistió en la urgencia: “Prefiero un acuerdo rápido y sencillo a uno lento y muy complicado”.

Ucrania, Gaza y el euro: las otras líneas calientes

En paralelo, los líderes europeos también abordaron otras cuestiones de alto voltaje. Sobre Gaza, a propuesta de España, se acordó estudiar “medidas concretas” en el Consejo de julio tras un informe de la UE que concluye que Israel podría estar vulnerando el respeto a los derechos humanos. “No podemos quedarnos pasivos”, reclamó Sánchez. Von der Leyen fue contundente: “La situación sigue siendo insoportable. La ayuda humanitaria debe llegar inmediatamente, sin trabas, con rapidez y a gran escala”.

En el capítulo ucraniano, los líderes —salvo Hungría— reiteraron su apoyo a Kiev y pidieron acelerar la adopción del decimoctavo paquete de sanciones contra Rusia, especialmente contra su flota en la sombra. Por videoconferencia, Volodímir Zelenski lanzó un mensaje directo: “Cuanto más firmes sean vuestras decisiones, más cerca estará la paz”.

Por último, la cumbre sirvió también para reactivar un objetivo a medio plazo: reforzar el papel del euro como divisa internacional. En un momento en que Estados Unidos muestra síntomas de debilidad económica, la UE quiere avanzar hacia una mayor autonomía financiera y evitar que los ahorros europeos emigren a Wall Street. Un mensaje más técnico, pero clave para el futuro económico del bloque.

Europa acelera su rearme, intenta contener una crisis comercial y ajusta su política exterior en tiempo real. La próxima parada será en octubre, pero el calendario real se mide en semanas: hay menos de dos hasta que venza la tregua con Washington.

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