Noboa contra González, las dos visiones antagónicas que se juegan hoy Ecuador
Los ecuatorianos están llamados a una primera vuelta electoral en la que el actual mandatario, conservador, es el favorito, seguido de la aspirante correísta, de la izquierda. Los altos índices de violencia y la polarización han marcado la campaña.

Ecuador está en permanente campaña electoral desde mayo de 2023, cuando el conservador Guillermo Lasso disolvió el Parlamento intentando evitar una posible destitución. Haber tolerado supuestamente un presunto desfalco en una empresa estatal estaba en la raíz de todo. Hubo comicios, los ganó su sucesor, Daniel Noboa, pero ahora es cuando el país tiene que acudir a las urnas realmente para buscar un mandatario para el periodo 2025-2029.
En estos meses, ni Noboa ha gestionado realmente ni ha habido espacio para el debate, porque el electoralismo lo ha barrido todo. Este domingo llega la hora de la verdad, la elección de los ciudadanos en primera vuelta. Si ningún aspirante gana la mitad más uno de los votos o logra el 40% de los sufragios pero aventajando en 10 puntos a su perseguidor habrá que ir a una segunda ronda, el 13 de abril.
Es lo que auguran ahora mismo las encuestas, que dan a la Acción Democrática Nacional (ADN) de Noboa como vencedora, pero sin mayoría suficiente para que ese "una sola vuelta" de los mítines se haga realidad. Se reeditaría así el escenario de 2023, porque su principal contrincante es Luisa González, del izquierdista Revolución Ciudadana, la elegida por el correísmo, por los defensores del expresidente Rafael Correa (en el cargo entre 2007 y 2017), que vive en Bélgica porque tiene condenas pendientes por corrupción.
El pasado pesa en los dos candidatos principales, los que según las encuestas sumarán el 70% de los sufragios, y eso es un lastre y una marca. Ambos han polarizado a la sociedad en un "conmigo o contra mí" entre correísmo y anticorreísmo que es el que va a marcar la jornada. De fondo, unos índices de violencia de récord: enero ha sido el peor mes en 15 años, 750 casos según datos policiales, por ejemplo. La palea entre bandas por el control de la droga, y especialmente la cocaína, que llega desde Colombia (el 40% del total) y sale hacia Estados Unidos o Europa desde puertos ecuatorianos, está desangrando al país.
En 2023 se registró la tasa más alta de homicidios de Latinoamérica y por eso el país vive sus primeras elecciones bajo el estado de "conflicto armado interno" declarado a inicios de 2024 por Noboa.
Lo que dicen las encuestas para esta primera vuelta es que Noboa será el ganador. La firma demoscópica IPSOS indicaba a finales de enero que el derechista se haría con un 41% de los votos, frente a un 27% de González, pero en los últimos días ambos han crecido: hasta el 45,3% él, hasta el 31,3%, ella. Sólo Sociedad Patriótica de la ambientalista Andrea González, de entre las otras 14 listas presentadas a estos comicios, superaría el 2% de los votos; en su caso, se quedaría con entre un 3 y un 5% del total. Las dos González son, por cierto, las dos únicas mujeres de entre 16 aspirantes a la presidencia.
Con este escenario, habría segunda vuelta, para la que la campaña electoral formal comenzaría el 24 de marzo. En 2023, Noboa se impuso a González en este segundo round con un 52% de las voluntades.

La derecha: Noboa
Daniel Roy Gilchrist Noboa Azín (Miami, 30 de noviembre de 1987) es uno de los líderes más jóvenes del mundo: ahora tiene 37 años y asumió el cargo con 35 apenas. Ecuatoriano-norteamericano, proviene de una de las familias con mayor poder económico y político del país. Sus padres son Álvaro Noboa, el hombre más rico de Ecuador y candidato presidencial en cinco ocasiones, y la doctora Annabella Azín, que también ha sido diputada. Además, es nieto de empresarios y descendiente de Diego Noboa, presidente entre 1850 y 1851.
Nada de eso es mérito o demérito suyo, pero todo eso lo define. Es un niño rico y no se sonroja por ello. Millonario, deportista, millonario, católico, muy activo en redes sociales y populista, saltó para suplir a Lasso con un ascenso meteórico. Toda su carrera la había orientado a la empresa, con estudios en Nueva York o Harvard, pero fue electo como asambleísta en las elecciones legislativas de 2021. Desde entonces, estuvo muy bien reconocido entre la derecha.
Cuando llegaron las elecciones anticipadas, estaba bien situado. Amasó apoyos con una espectacular ofensiva contra el narco que incluyó la militarización del país, el inicio de la construcción de cárceles (un enorme foco de violencia) y la exhibición de presos semidesnudos, lo que le ha valido comparaciones con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele.
Intervenciones públicas no hace muchas, no le apetece hablar en público ni atender a la prensa, pero sí gusta aparecer con uniformados, soldados y policías, para explicar operativos especiales contra la droga. La mano dura ha sido su seña en estos meses, también cuando se produjo el asalto a la Embajada de México para detener al exvicepresidente correísta Jorge Glas.
No obstante, el 60% de los ecuatorianos sigue diciendo que la falta de seguridad es el segund mayor problema del país, dice IPSOS, sólo por detrás del paro (67%) y seguido de la corrupción financiera y política (39%) y la pobreza y la desigualdad (26%).
El candidato promete "orden, dignidad, oportunidades para los jóvenes, seguridad, empleo y salud", y tiene como reto añadido hacerse con el Legislativo, ahora en manos de los opositores que son, dice, los que no le dejan avanzar en sus políticas. "Un nuevo ciclo", suele repetir. Por ahora no ha bajado los precios, pero sí ha subido el IVA y la seguridad sigue brillando por su ausencia. A su favor, que ha aglutinado a todo el movimiento contrario al correísmo, de tendencias diversas, porque es el más fuerte para derrotarlo.

La izquierda: González
Luisa Magdalena González Alcívar (Quito, 22 de noviembre de 1977) tiene poco que ver con Noboa. Esta abogada y economista (estudió en la Universidad Complutense de Madrid) es ciclista, maratoniana y amante de los tatuajes y, sobre todo, defiende la mirada de la izquierda para lograr "justicia social".
Desde que el Gobierno de Ecuador no es socialista, dice, "nos sembraron odio y nos sembraron división y polarización porque divididos nos podían dominar y tenernos como hoy: deprimidos, sin nuestros derechos", dijo la candidata. Evangélica y de 47 años, encara continuamente preguntas sobre el peso que en su gobierno tendría Correa, condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción. "Yo soy la candidata (...). Quien gobernará será Luisa González", declara tajante.
Su movimiento, Revolución Ciudadana, lleva ocho años sin tocar poder nacional y es mucha la presión que hay sobre ella. De un lado, para que el correísmo vuelva pr sus fueros. De otro, para que justo se desmarque de Correa y gestione desde el progresismo pero si permitir al exmandatario volver al país y ser perdonado. Aún Correa y su ideario tienen un importante apoyo y arraigo popular, aunque entre las izquierdas quiere resurgir el movimiento indígena con Leonidas Iza.
En su campaña, el mensaje de González ha sido más social que el de Noboa. "Ya no resistimos más", lamentaba. "Pero viene la esperanza de días mejores", promete, frente a los "indolentes, llenos de caprichos y vanidades" que trabajan por los poderosos". La mejora de los servicios públicos es una de sus promesas principales.
Sólo hay una cosa en la que los dos principales candidatos coinciden: la dolarización. Ambos han manifestado su apoyo a mantener a la divisa estadounidense como la única moneda de curso legal en el país, adoptada en el año 2000 y prescindir del sucre, en busca de mayor estabilidad monetaria e inflacionaria. En lo que chocarán los dos en la nueva legislatura será en la posibilidad de una reforma Constitucional. Noboa la quiere porque dice que Correa manipuló el texto en su beneficio y hay que cambiarla. No así González. Una Constituyente podría alterar aún más el clima político.
Del resultado de las elecciones también dependerá, recuerda EFE, el futuro de las impopulares reformas económicas emprendidas por la administración de Noboa para equilibrar las cuentas públicas de Ecuador, al amparo de un programa crediticio del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que implicó la subida de impuestos como el IVA (impuesto al valor agregado), del 12% al 15%, y la reducción de los subsidios a las gasolinas más consumidas.
Un enredo burocrático
La campaña ha venido también marcada por varios enredos burocráticos nada menores. Uno implica a la propia candidatura de Noboa y el otro, a su suplencia temporal como mandatario mientras es, a la vez, aspirante a la Presidencia.
Como explica EFE, Si bien la posibilidad de que Noboa busque la reelección está permitida, la normativa marca que el presidente debe pedir licencia y distanciarse de cargo durante toda la campaña electoral, algo que el actual jefe de Estado ha hecho parcialmente, al "ausentarse" de la Presidencia únicamente en los días donde ha tenido actividades electorales. Unos días ha llevado la camiseta de su partido Acción Democrática Nacional (ADN) y en otros se ha puesto el traje de presidente.

Además, durante la campaña, Noboa debía delegar temporalmente la Presidencia en su vicepresidenta, Verónica Abad, con quien está enfrentado. Por ello, nombró por decreto como "vicepresidenta encargada" a Cynthia Gellibert, la secretaria de Administración Pública y Gabinete de Presidencia, a quien ha delegado la jefatura del Estado en los días que él hacía campaña. Este paso ha sido declarado inconstitucional por la Corte Constitucional, que dio la razón a Abad como única autoridad en capacidad de sustituir al presidente.
El ruido venía de más atrás: una de las primeras polémicas de estas elecciones fue la inhabilitación como candidato del exlegionario y empresario especializado en seguridad Jan Topic, que se perfilaba como un rival con serias posibilidades de restarle votos a Noboa. Su candidatura fue impugnada por tener contratos con el Estado. El Tribunal Contencioso Electoral (TCE) le dejó fuera de la carrera en base a supuestos "informes reservados" de la administración tributaria.
Ahora, 13,7 millones de ecuatorianos tienen la decisión en sus manos, empezando por este mismo domingo.