Quién era Yevgueni Prigozhin, el jefe del Grupo Wagner e ídolo nacional que llegó a desafiar a Putin
Empresario, exdelincuente, fundador de una fábrica de trolls y mercenario, lideró el motín 'interruptus' contra el Kremlin en junio. Este miércoles ha muerto en un extraño accidente aéreo.
Rusia lo ha hecho oficial. Yevgueni Prigozhin, líder del Grupo Wagner, es uno de los fallecidos en el accidente aéreo registrado este miércoles al norte de Moscú. Después de muchas controversias y cruce de informaciones, la Agencia de Aviación Civil ha confirmado el deceso de una figura fundamental para entender la Rusia de los últimos tiempos.
Todos los medios se han hecho eco de la noticia, como lo hicieron a finales de junio, en una especie de motín interruptus de sus mercenarios contra la mismísima Federación Rusa. Aunque el país (y Putin) se temieron lo peor, incluída una guerra civil, entonces la sangre no llegó al río y Prigozhin dio orden de volver atrás cuando sus hombres caminaban directos hacia Moscú.
Por entonces, como recordaban varios expertos en materia rusa en El HuffPost, ya era un ídolo social en una Rusia cada vez más harta de una guerra sin éxitos a la vista. Su imagen, primero exigiendo armas al presidente ruso, luego mostrándole los cadáveres entre sus filas que estaba provocando la ofensiva contra Ucrania y ahora desafiándole hasta el extremo, ha dado la vuelta al mundo.
Estudiado hasta la saciedad, Prigozhin contaba con tantas facetas como negocios. Unas empresas que le sirvieron para cambiar su nombre, apodándole el "chef de Putin". Pero ese acercamiento con el mandatario ruso y las actividades ilegales, le pusieron en el punto de mira de las sanciones internacionales.
Era empresario, exdelincuente, fundador de una fábrica de trolls, mercenario, pero últimamente, ante todo, el rebelde que desafió al presidente ruso, Vladímir Putin.
Los tira y afloja con el Kremlin
Con más de 25.000 hombres de su ejército privado, considerado ilegal en Rusia pero que lucha del lado de las tropas rusas en Ucrania, inició el viernes 23 de junio una sublevación contra el mando militar por el "caos" en el que, según él, se ha convertido la guerra y los "100.000 soldados rusos" que han muerto por culpa del Ministerio de Defensa.
Prigozhin criticó duramente en los últimos meses al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, con constantes desafíos públicos con audios y vídeos plagados de insultos, gritos y acusaciones de incompetencia y desorganización en la estrategia bélica en el país vecino.
Su experiencia como jefe de los temidos mercenarios rusos, conocidos por su brutalidad y el uso de mazos y métodos de tortura contra propios y enemigos, según las denuncias de excombatientes y vídeos del grupo de la calavera, la labró en países como Sudán, Mali, la República Centroafricana o Libia.
Pero no siempre fue el líder de miles de combatientes de Wagner, grupo que sólo reconoció finalmente en septiembre de 2022 haber creado en 2014 cuando "comenzó el genocidio en el Donbás", según dijo, en línea con el argumento utilizado por Putin en febrero de 2022 para lanzar su guerra contra Ucrania.
De delincuente a vendedor de perritos calientes
Nacido hace 62 años en San Petersburgo, Prigozhin, fue antes que empresario delincuente, pues pasó 10 años en prisión en la década de 1990, aunque nunca reveló la razón.
Al salir de la cárcel vendió perritos calientes mezclando la mostaza en la cocina de su familiar y ganando 1.000 dólares al mes, según dijo en 2011 a un portal de su ciudad natal en una de las raras entrevistas que dio entonces.
Pero aspiraba a más, a mucho más y sabía cómo hacer buenos contactos entre la comunidad empresarial y más tarde entre la élite política rusa. El ultranacionalista consiguió pronto abrir su primer restaurante y a entrar en el mundo del cáterin para cenas de gala o de ilustres invitados de Rusia.
Para entonces Putin ya era presidente y éste a veces llevaba a sus invitados, mandatarios extranjeros incluidos como George Bush, a restaurantes de Prigozhin en San Petersburgo, según fotografías de esta época.
Pronto se adjudicó a través de su empresa Concord contratos gubernamentales de cáterin y para escuelas en Moscú.
Según una investigación en 2017 del ahora encarcelado líder opositor ruso, Alexéi Navalni, Prigozhin habría logrado contratos estatales por valor de al menos 2.500 millones de euros, entre ellos, uno para distribuir comida al Ejército ruso.
Su fábrica de trolls
Su auge no le detuvo y a pesar de no mandar mensajes en defensa de Putin en sus iniciativas ilegales, sí que sirvió a Rusia a través de la famosa fábrica de trolls de San Petersburgo que EEUU acusó de haber interferido en las elecciones presidenciales de 2016.
Una estrategia que no reconoció hasta febrero de 2023, cuando explicó que había sido el fundador de una estructura que lanzó en 2016 con una campaña en las redes sociales para manipular a la opinión pública de EEUU antes de los comicios presidenciales que terminó ganando Donald Trump.
"Nunca he sido simplemente el financiero de la Internet Research Agency. Lo inventé, lo creé, lo manejé durante mucho tiempo. Fue creado para proteger el espacio de información ruso de la propaganda grosera y agresiva de las tesis antirrusas de Occidente", señaló entonces Prigozhin a través de su servicio de prensa.
En noviembre de 2022 respondió por primera vez a las acusaciones de presunta injerencia en las elecciones de Estados Unidos diciendo que Rusia "lo ha hecho y lo hará".
"Señores, lo hemos hecho, lo seguimos haciendo y lo haremos en el futuro", dijo Prigozhin a una pregunta sobre la supuesta interferencia en los comicios legislativos del año pasado en EEUU.
EEUU sancionó a Prigozhin y a tres de sus compañías, entre ellas Concord Management y Concord Catering, por influir en los procesos políticos en Estados Unidos.
Centrado en la campaña de Ucrania
En febrero de 2022 el empresario decidió volver a centrarse en su compañía de mercenarios y enviar a sus combatientes a Ucrania, donde empezaron los problemas con el mando militar de Rusia, que inicialmente no dio el crédito a los wagneritas cuando habían tomado alguna localidad, lo que ya enfureció a Prigozhin.
El conflicto estalló este año en torno a la lucha por Bajmut, finalmente tomada por los mercenarios en mayo en lo que ha sido la batalla más larga hasta el momento en Ucrania, cuando acusó a Shoigú y Guerásimov de dejar morir sin suficiente munición a sus hombres.
Desde entonces sólo han aumentado las arremetidas del empresario contra Defensa, incluido por los ataques con drones supuestamente ucranianos contra el Kremlin y el sur de Moscú o la incapacidad de Rusia de defender las regiones fronterizas con Ucrania como Bélgorod de incursiones enemigas y bombardeos.
Acusaba entonces al mando militar de mentir y engañar a los rusos y a Putin sobre la situación real en el frente. Para algunos rusos y blogueros militares era el único que dice la verdad, para otros era un peligroso e impertinente que incluso se atrevió a protagonizar otra faceta: la de rebelde que se subleva contra las máximas estructuras del poder.
Oscurantismo y vídeos tras el 'levantamiento'
Finalizado un movimiento que unos analistas llaman 'motín interruptus' y otros simple 'llamada de atención al Kremlin', la realidad es que Prigozhin nunca volvió a ser el líder mediático de hasta entonces.
Refugiado temporalmente en Bielorrusia junto a parte de sus hombres, el líder de los mercenarios se dejó ver en ocasiones contadas y casi siempre en vídeos previamente grabados. En los primeros tiempos dentro del país de Lukashenko y, ya en los últimos tiempos, en África, donde llegó a publicar imágenes haciendo ver que seguía la evolución de sus mercenarios, ampliamente desplegados en el continente.
Su eco no desapareció, pero sí se empequeñeció, a la par que su Wagner quedaba prácticamente anulado tras una asonada fallida o simplemente un toque de atención. Misterios que se multiplican ahora tras su muerte.