Rusia admite por error una pérdida masiva de tropas en Ucrania
Las cifras no cuadran.

El embajador ruso en el Reino Unido, Andrey Kelin, ha confirmado accidentalmente este juevesla pérdida masiva de tropas que Moscú ha sufrido en el conflicto contra Ucrania. En una entrevista con CNN, reconoce que "alrededor de 600.000" soldados rusos están actualmente desplegados en Ucrania, una cifra que coincide con estimaciones ucranianas previas y sugiere que las bajas totales podrían acercarse a un millón.
Aunque Kelin califica de "exagerada" la cifra oficial ucraniana de más de un millón de soldados rusos muertos, heridos o desaparecidos desde febrero de 2022, no explica por qué el número de efectivos activos ha disminuido a pesar de un continuo flujo de nuevos reclutas. "No soy un especialista en este campo, pero tengo entendido que tenemos entre 50.000 y 60.000 voluntarios al mes que vienen, reclutan, se desplazan y les gustaría participar en esto (en Ucrania)", declaró.
La aparente contradicción entre la afluencia mensual de tropas, unos 250.000 desde inicios de 2025, y el número de soldados activos sobre el terreno apunta a pérdidas alarmantes. Según el Estado Mayor de Ucrania, Rusia ha perdido 217.440 soldados desde el 1 de enero de 2025.
El analista George Barros, del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), refuerza esta evaluación: "Pierden entre 35.000 y 45.000 personas al mes, y quizá reclutan una cifra un poco mayor".
Consecuencias militares y económicas
Estas pérdidas masivas no solo afectan a las capacidades militares rusas, sino que también están generando una presión económica creciente. El economista Janis Kluge estima que Rusia gasta alrededor de 24 millones de dólares diarios solo en bonos de inscripción para los nuevos reclutas. Una carga cada vez más insostenible para una economía ya afectada por las sanciones occidentales y la disminución de ingresos por exportaciones de petróleo y gas.
"El gasto público está fuera de control. Se trata de una política fiscal muy laxa, por lo que la economía corre el riesgo de sobrecalentarse", advierte Barros. Si bien asegura que predecir un colapso económico es "sumamente difícil", avisa de que las señales actuales "no son un buen augurio".
Por su parte, el analista Wojciech Jakobik, especialista en seguridad energética, señala que las implicaciones económicas para Rusia son graves, especialmente si la guerra se prolonga con el ritmo actual de pérdidas y gastos.