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Troleo presidencial en la Casa Blanca: un bolígrafo sustituye el retrato de Joe Biden

Troleo presidencial en la Casa Blanca: un bolígrafo sustituye el retrato de Joe Biden

El gesto se produce horas después de que un colectivo instalase en los terrenos del Capitolio, en Washington, una escultura de Trump y Epstein agarrados de la mano.

Fotografía del retrato troleado de Joe Biden en el Paseo de la Fama de los Presidentes.
Fotografía del retrato troleado de Joe Biden en el Paseo de la Fama de los Presidentes.THE WHITE HOUSE

En un país como Estados Unidos, donde cada gesto político se convierte en espectáculo, Donald Trump ha decidido que la mejor man era de humillar a su predecesor no pasa por dar un discurso lleno de descalificativos ni por derogar una ley, sino por la decoración de la Casa Blanca. La que, desde este miércoles, decorará el pasillo que conecta el Despacho Oval con el resto del complejo presidencial y que forma parte de otro proyecto personal del mandatario republicano: el Muro de la Fama Presidencial

Se trata de un galería de retratos -todos con un marco dorado muy del gusto del inquilino actual de la Casa Blanca- en la que se puede contemplar, en riguroso orden cronológico, los rostros de los presidentes que han precedido a Donald Trump en la sede presidencial. ¿De todos? Bueno, como le sucedía al Imperio Romano en la Galia de Astérix y Obelix, el de todos no. Porque el que debería dedicarse a su predecesor en el cargo, Joe Biden, ha quedado reducido a la fotografía de un bolígrafo robótico, el conocido autopen que tanto ha obsesionado a Trump y con el que ha construido todo un relato de ciencia ficción. 

Trump ha convertido en mantra la idea de que Joe Biden no firmaba personalmente sus órdenes ejecutivas porque, según el republicano, se lo impedía su "deterioro cognitivo" (al expresidente se le diagnosticó en mayo un cáncer de próstata con metástasis ósea) por lo que, supuestamente, su equipo se veía obligado a utilizar un bolígrafo automático. En junio, incluso, ordenó que se abriera una investigación para determinar el presunto uso de la herramienta durante el mandato del demócrata. Biden, a sus 82 años, lo desmintió con dureza: "Cualquier insinuación de que no tomase mis decisiones es falsa", respondió.

El autopen, en realidad, no es ninguna novedad: presidentes de ambos partidos en EEUU lo han usado durante décadas para firmar todo tipo de cartas y documentos. Pero en las manos de Donald Trump, el bolígrafo automático se ha convertido en una auténtica arma para cuestionar la legitimidad de su rival. De hecho, desde que el republicano reside en la Casa Blanca y ha asumido algunos proyectos de decoración, no hay nada inocente en sus decisiones: desde enero ha llenado el edificio con dorados, como en su mansión de Mar-a-Lago; ha retirado los retratos de Barack Obama y Hillary Clinton o ha transformado uno de los jardines más emblemáticos de la residencia presidencial, la Rosaleda, que ahora ha convertido en un duro patio de piedra.

Retirada la estatua de Donald Trump y Jeffrey Epstein

“Amo a mi país, pero no lo reconozco en este momento", dijo Angelina Jolie esta semana en su primera visita al Festival de San Sebastián. Inconsciente de que unos días después el esperpento político en el que se ha instalado Estados Unidos, viviría otro episodio este martes, cuando el colectivo artístico The Secret Handshake instalaba por sorpresa, frente al Capitolio, una estatua de Donald Trump y Jeffrey Epstein, agarrados de la mano. 

La obra instalada en Washington y titulada Best Friends Forever, recreaba a Donald Trump y a Jeffrey Epstein agarrados de la mano y con una pierna levantada, como si estuvieran en mitad de un número musical de Disney. El acabado de la estatua en falso bronce y una placa en la que se veía un irónico "el vínculo duradero" hicieron el resto: las redes ardieron y los visitantes se agolparon para hacerse una fotografía. La Casa Blanca reaccionó casi de inmediato, tachando la escultura de “provocación política".

De poco sirvió, porque antes de que Washington se volviera a despertar, ya habían subido la instalación a un camión y había desaparecido. La escultura viral, no obstante, formaba parte de una serie de acciones artísticas destinadas a incomodar a Trump por su amistad con Epstein. Hace apenas una semana, varios activistas proyectaron imágenes de ambos en el castillo de Windsor durante la visita del republicano al Reino Unido. En verano, The Wall Street Journal publicaba una felicitación de cumpleaños, que supuestamente habría enviado Trump a Epstein, en la que se podía leer una frase que aún trae cola: "Que cada día traiga otro secreto delicioso". La Casa Blanca lo niega todo, como siempre.