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Trump ordena investigar si Biden y sus asesores ocultaron sus problemas de salud

Trump ordena investigar si Biden y sus asesores ocultaron sus problemas de salud

El presidente estadounidense dirige una investigación sobre el posible uso de un bolígrafo automático por parte del expresidente.

El presidente de Estados Unidos, Donald TrumpKent Nishimura

Donald Trump ha pasado de la burla a la ofensiva. El presidente estadounidense ha ordenado este miércoles a su abogado de la Casa Blanca que abra una investigación formal para determinar si Joe Biden y su equipo ocultaron de forma deliberada un supuesto deterioro cognitivo del exmandatario demócrata durante su etapa en la Casa Blanca. Trump sostiene que sus adversarios utilizaron un autopen —un bolígrafo automático controlado a distancia— para firmar cientos de documentos oficiales sin que Biden tuviese conocimiento o capacidad para hacerlo. “Se ha vuelto cada vez más evidente que sus asesores abusaron del poder de las firmas presidenciales”, sostiene.

Bajo el argumento de que esa herramienta pudo emplearse para encubrir una “conspiración” y ejercer el poder presidencial de forma “inconstitucional”, Trump exige esclarecer si la firma electrónica se utilizó para conceder indultos, nombrar jueces o promulgar leyes sin que Biden tuviera pleno control de sus actos. El propio expresidente demócrata ya respondió de forma tajante a estas acusaciones. “Cualquier sugerencia de que no tomé yo las decisiones es ridícula y falsa”, afirmó en un comunicado.

Trump quiere saber “quién sabía qué, cuándo y cómo”

Según la orden que firmó este miércoles, el nuevo inquilino de la Casa Blanca exige a su equipo legal, en coordinación con el fiscal general, que investigue si “ciertas personas conspiraron para engañar al público” y tomaron decisiones en nombre de Biden sin que este estuviera capacitado para hacerlo. Se trata de una de las acusaciones más graves que ha lanzado Trump desde su regreso a la presidencia, y llega apenas unas semanas después de haber derrotado a Kamala Harris en las elecciones de noviembre.

En su mandato, Joe Biden firmó más de 1.200 documentos oficiales, nombró a 235 jueces federales y concedió múltiples indultos y conmutaciones. Trump cuestiona ahora la legalidad de muchas de esas decisiones si, como sostiene, su predecesor “ya no estaba en condiciones de gobernar” y eran otros quienes tomaban el timón. “Hay serias dudas sobre el proceso de toma de decisiones y, en algunos casos, sobre el grado de conciencia de Biden respecto a las acciones que se llevaban a cabo en su nombre”, señala el memorando presidencial.

Además del uso del autopen, la investigación también incluirá una revisión de las decisiones de clemencia —incluidos los indultos a varios familiares— y las órdenes ejecutivas que Biden firmó especialmente en la segunda mitad de su mandato, cuando Trump afirma que el deterioro cognitivo del expresidente “era ya evidente para los que estaban más cerca de él”.

Biden: “Yo tomé las decisiones, todas”

El equipo de Biden ha salido al paso de la ofensiva del presidente republicano. Recuerdan que el uso del autopen “es una práctica legal bien establecida” que se aplica solo después de que el presidente haya tomado la decisión correspondiente. En su nota, el propio Biden insiste: “Yo tomé las decisiones sobre los indultos, las órdenes ejecutivas, la legislación y las proclamaciones”.

No es la primera vez que Trump cuestiona la capacidad de Biden para ejercer el cargo. Lo hizo durante la campaña presidencial, en los debates televisados, y lo ha repetido desde su regreso a Washington. Sin embargo, esta nueva investigación eleva el enfrentamiento a un nuevo nivel, en plena batalla por mantener el control del Congreso y cuando el país sigue dividido por cuestiones como los impuestos, la sanidad o el papel de Estados Unidos en el extranjero.

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En paralelo, Biden lucha contra un cáncer de próstata agresivo, un diagnóstico que su oficina hizo público el mes pasado. La noticia, unida a la reciente publicación de un libro que recoge las dudas de algunos líderes demócratas sobre su lucidez durante la campaña, ha reavivado el debate en torno a su salud física y mental. Aun así, sus portavoces han rechazado con firmeza cualquier insinuación de que su capacidad para gobernar se viese mermada.