Un país de la UE entra en guerra dialéctica por "besar el anillo de Zelenski"
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, acusa a la oposición de estar preparando un golpe de Estado.

Las tensiones políticas en Eslovaquia se han intensificado en los últimos días después de que el primer ministro, Robert Fico, haya acusado al líder opositor Michal Simecka de intentar dar un golpe de Estado en el país.
La polémica se desató tras la reunión de Simecka, líder del partido prooccidental Eslovaquia Progresista, con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en Kiev el 17 de enero. Esta visita, según Simecka, tenía como objetivo "reabrir la puerta que Robert Fico cerró de golpe con sus arrebatos agresivos".
Sin embargo, Fico, conocido por su postura prorrusa y su firme oposición a la ayuda militar a Ucrania, no compartió esta acción y la criticó duramente. en un discurso publicado en Facebook el 18 de enero, el primer ministro acusó a los opositores de "besar el anillo de Zelenski, prometiéndole apoyo para la membresía de Ucrania en la OTAN". Algo que consideró una traición a la soberanía eslovaca.
Además, Fico vinculó este gesto con un intento de golpe de Estado y, de manera sorprendente, aludió a la revolución EuroMaidan en Ucrania, insinuando que la oposición estaba buscando un cambio de poder en Bratislava: "Nos estamos preparando para todas las alternativas posibles".
"Estaremos preparados para todo. Especialmente para el Maidán, es decir, para el golpe de Estado que se está produciendo en la calle de enfrente, y que la oposición, en particular la Eslovaquia progresista, está intentando con tanta tenacidad", aseguró.
La disputa entre Fico y la oposición se enmarca en el contexto de la postura de Eslovaquia sobre la guerra en Ucrania, donde Fico ha sido un firme crítico del apoyo militar al país liderado por Zelenski. "Robert Fico es el primer ministro eslovaco, no un sirviente de Ucrania", afirmó.
Así, insistió en que su administración probablemente vetaría la futura ayuda financiera a Ucrania desde la Unión Europea y reiteró su oposición a la membresía de Ucrania en la OTAN: "El gobierno que dirijo nunca apoyará la adhesión de Ucrania a la OTAN, porque sólo conduciría a la Tercera Guerra Mundial". "Tampoco propondrá nunca enviar soldados a Ucrania para volver sus armas contra la Federación Rusa", sentenció.