Existen diferentes señales que nos pueden advertir de que hay una serpiente o un nido de ellas en nuestro hogar o el jardín. Desde encontrar pieles de serpiente, hasta hallar excrementos, pasando por las marcas que deja su arrastre por el suelo. 

Una de las principales advertencias que nos podemos encontrar en este sentido, es que, en caso de tener perro, este empiece a ladrar. "Una ventaja de tener un perro es su capacidad de oler serpientes y ahuyentarlas", explica el cazador de serpientes Neil Mellon. 

Según el experto, en el caso de notar que el perro huele y ladra en un lugar concreto del jardín, es probable que haya un animal cerca, bien sea un lagarto, una rana, una rata o incluso una serpiente. "Si su perro encuentra una serpiente, trate de mantenerla alejada hasta que pueda retirarla", subraya. 

No es extraño el planteamiento de Mellon, pues en numerosas ocasiones estos animales se han utilizado para detectar serpientes escondidas. Un ejemplo de ello ocurrió en 2015, cuando gracias al uso de 17 equipos caninos y 3.400 trampas, el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU) logró capturar en la isla de Guam— una isla del pacífico perteneciente a los Estados Unidos— en 2014 cerca de 8.300 serpientes arbóreas marrones. 

También en Florida, según reveló The Independent en 2020, emplearon perros entrenados para detectar pitones, en un operativo que resultó exitoso y que se realizó con el objetivo de reducir la presencia de esta especie en la zona, en donde se estima hay entre 100.000 y 300.000 pitones.