La maniobra de urgencia más efectiva para reanimar a un perro cuando se envenena

La maniobra de urgencia más efectiva para reanimar a un perro cuando se envenena

Antes siempre hay que consultar a un veterinario. 

Un perro tumbado en un sofá.Getty Images

Los perros son animales curiosos por naturaleza, por eso es relativamente habitual que intenten llevarse a la boca e ingerir cualquier cosa que encuentren a su paso. En ocasiones, esto puede ser peligroso ya que puede tratarse de una sustancia tóxica que provoque el envenenamiento del perro

Si se sospecha de que esto ha podido pasar, hay que prestar atención a los síntomas de intoxicación o envenenamiento. Entre los más frecuentes están los dolores intensos, vómitos y diarreas, además de pupilas dilatadas y ojos enrojecidos. La intoxicación también se puede manifestar a través de fiebre, convulsiones, rigidez muscular e incluso algún tipo de parálisis. 

Según el periódico vasco Deia, si se ha producido un envenenamiento también es posible que el perro esté desorientado, que presente problemas respiratorios, sed excesiva o una somnolencia extrema. 

Una vez se han constatado los síntomas, lo primero que hay que hacer es llamar al veterinario para esperar sus indicaciones. Si el profesional lo considera así, el dueño puede utilizar alguna maniobra de primeros auxilios para provocar el vómito al perro y que expulse la sustancia tóxica. Eso sí, esto solo podrá hacerse si han pasado menos de dos horas desde que la haya ingerido y que el animal esté consciente. 

Para provocar el vómito, lo más habitual es utilizar agua oxigenada. Harían falta entre 1 y 2 ml del producto por cada kilo que pesa el perro y la mejor forma de administrarlo es con una jeringa para asegurarse de que llega al fondo de la garganta. Una vez administrada, el agua oxigenada tarda alrededor de quince minutos en hacer efecto. Si la maniobra ha surtido efecto, el perro vomitará. 

Si no tenemos agua oxigenada, otra opción es mezclar entre una y tres cucharadas de sal con agua en un vaso y administrar la mezcla al perro de nuevo con una jeringa para intentar que el animal vomité y expulse la substancia tóxica.